Shipp Secreto

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Y la cosa va poniéndose más extrema. Esta es cosa de una vez, no suelo hacer esto jaja. Espero y lo disfruten.

"Nathalie x Emilie"

Si pensaban que el regreso de Emilie Graham de Vanily D'Agreste traería paz y felicidad devuelta a la mansión Agreste, pues estaban muy equivocados.

Gabriel le tuvo que explicar todo lo que hizo con tal de traerla de vuelta, tuvo que ser 100% honesto, ya que su hijo, Adrien se hizo cargo de que contara cada acción que provocó el regreso de la rubia.

Y pues la ojiverde no le gustó para nada los métodos de su esposo. Todo el caos que había causado, el daño a inocentes, a su propio hijo. Estaba decepcionada de él. Tarde o temprano se enteraría de esto, y tarde o temprano Gabriel sabía lo que se aproximaba.

Se estaban divorciando. Gabriel estaba perdiendo lo más importante para él: su familia. Adrien seguía furioso con él, le alegraba que su madre lucharía por su custodia. Aún no estaba listo para perdonar a su padre, menos para llevarse bien con él.

En cuanto a Nathalie, en cierta manera también la perdió. Los primeros días, cuando este todavía celebraba con su próximamente ex-esposa, la azabache se dio cuenta que por el bien de ella, se debería olvidar de él para siempre. Y eventualmente lo logró, sólo estaba para él laboralmente, como debería de ser, y como siempre tuvo que ser...

Un día, Nathalie se encontraba trabajando en su escritorio, su jefe había salido, ya que tenía una cita con su abogado para revisar unos detalles del divorcio. De repente, suena el teléfono de la casa y contesta.

–Residencia Agreste, ¿cómo lo puedo ayudar?

Se escucha una risa burlona del otro lado.
–Soy yo, Nath. Te llamé varias veces pero al parecer no me escuchaste, así que mejor llamé a la oficina.

–Mil disculpas, señora Agreste. ¿Se le ofrece algo?

–Sí, necesito ayuda, estoy en la habitación.

–De acuerdo, voy para allá –cuelga el teléfono y se dirige a la habitación principal de la mansión.

La asistente tocó suavemente la puerta y entró. Veía que la rubia tenía muchas maletas llenas, y una que otra abierta.
–Que bueno que estás aquí, Nath. Quiero que me ayudes a guardar ropa en las maletas que faltan, por favor.

–Por supuesto señora Agre...

–Por favor Nath, tal vez legalmente no, pero ya no soy Agreste. Llámame simplemente por mi nombre, Emilie.

–Está bien... Emilie...

Ambas se pusieron manos a la obra. Nathalie estaba haciendo más el trabajo, ya que la rubia paraba constantemente, para mirar mejor a la azabache. Debía reconocerlo, Nathalie era una mujer bellísima, tenía un rostro luminoso, a pesar de que las horas de trabajo casi no le permitían dormir, y un cuerpo que hasta ella misma envidiaba. Cuando la contraria se dio cuenta, paró y miró a Emilie a los ojos.

–Emilie, ¿por qué después de todo... Me sigues tratando bien? Yo también contribuí con las acciones de Gabriel, fui Mayura, la gente me temía, hice daño a niños, jóvenes, adultos. ¿Por qué?

Emilie se acerca a ella, dándole una sonrisa que le transmitía que todo estaría bien.
–Sé que la primera vez si hiciste esas cosas por cuenta tuya, Gabriel me contó que te ofrecías a ayudarlo, pero también hubo veces que te pedía ser Mayura, y tu estabas en pésimas condiciones. Además, ambas portamos el mismo miraculous, no sé, siento como una extraña conexión. No lo sé, no se por qué no puedo enojarme contigo.

Camino a la perdición... [A GABENATH LEMON BOOK] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora