La historia de Tahomaru

5 1 0
                                    

Tras la intensa pelea entre ambos, Hinata pregunto con mucha incertidumbre que tipo de respiración uso, pues al haber visto las técnicas tan extrañas y poderosas que uso Hiroshi, se sentía confundido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tras la intensa pelea entre ambos, Hinata pregunto con mucha incertidumbre que tipo de respiración uso, pues al haber visto las técnicas tan extrañas y poderosas que uso Hiroshi, se sentía confundido. – ¿Qué respiración usaste? Ya que siendo honesto, he visto todo tipo de técnicas, pero nunca ninguna como las que tú usaste. –

– Pues... se trata de una respiración que yo mismo invente y perfeccione. La llamo respiración de estaciones. – Respondió Hiroshi algo orgulloso por haber impresionado a Hinata de tal manera. – Es un tipo de respiración que invente derivándome de la respiración de agua, viento y fuego. La cual se divide en cuatro estilos diferentes: El estilo de verano, que me permite usar técnicas relacionadas con el calor y la luz, de la cual solo he podido hacer dos posturas. Una de hecho fue la que usa contra ti, se llama "Sol resplandeciente" y me permite absorber con mi espada la luz del sol o de la luna para aumentar su temperatura. – Explico el joven, mientras Hinata solo intentaba procesar la información. – Los otros estilos son los de invierno, primavera y otoño, cada una con solo dos posturas. –Tras la larga explicación, Hinata aun intentaba procesar todo, pero la confusión lo dejo profundamente callado y pensativo. Tras un rato de analizar la situación, Hinata por fin comenzó a moverse y junto a Hiroshi regresaron al centro médico. En el camino, Hinata, al por fin entender cómo funcionaba la técnica de respiración de Hiroshi, le pregunta – La últimas dos posturas que usaste antes... ¿de cuál estilo eran? –

Hiroshi pensó un momento, recordando a cuales posturas se refería el joven – Oh, ahora que lo preguntas, esas fueron las dos posturas de mi estilo de otoño: "Caída de las hojas" y "Ráfaga de viento seco". – Explico el muchacho sin traba alguna, mientras Hinata se quedaba callado y tranquilo al entender la situación.

Al llegar al centro médico, nuevamente se escabulleron sigilosamente para volver al cuarto de Hiroshi, sin llamar la atención, sin ser notados siquiera, solo un par de sombras moviéndose en un lugar de penas y angustias. Al entrar en lo que parecía ser su habitación, Hiroshi se sorprendió al ver un anciano, con un ojo vendado, arrecostado en su cama sin mostrar señales de estar vivo. Los dos asesinos de demonios se sintieron apenados de confundirse de cuarto y lentamente intentaron cerrar la puerta, hasta que en ese momento el anciano, que no parecía estar vivo, repentinamente parecía como si su único ojo se hubiera iluminado y se hubiese puesto contento al escuchar el sonido de la puerta, y con algo de debilidad dijo unas breves palabras – ¿Hanako...? ¿Eres tú...? – Hinata se quedó callado, avergonzado y sin saber que responder, mientras Hiroshi, de la lastima y con un nudo en su garganta, solo pudo pronunciar unas cuantas palabras – No, señor... lo lamento, no soy Hanako... –

El anciano, que hace apenas unos segundos parecía haberse iluminado y llenado de alegría, se entristeció al escuchar tales palabras, deprimiéndose todavía más. La habitación parecía haberse decolorado, el tiempo parecía haberse detenido, y todo en ese momento comenzase a verse de un triste color gris. Hiroshi de la pena entro en la habitación, teniendo la intención de retomar la conversación y alegrar al pobre anciano, mientras Hinata solo se quedó paralizado al lado de la puerta, como si la tristeza del viejo se hubiese transmitido a él.

La voluntad de un asesino de demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora