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14:08 Hrs | 27/Nov/2021 | Sede de Singapur (Interpol), Singapur

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๖ۣۣۜLas manecillas del reloj inundaban la habitación sumida en estrés, causando ligeras irritaciones en los presentes, ocasionando las presiones en sus corazones opacos. Provocando flagelo en sus pensamientos y decisiones.  Casi escuchando el susurro de una suplica tan lejana de la realidad, pero paralela a la misma. La cafeína nuevamente complacía sus sueños y el sonido de la expendedora de alimentos resonó una vez más. 

—¿Qué se supone que has estado haciendo todos estos años? ¿Ah? Dime —Su voz era monótona— ¿Acaso no se supone que deberías evitar justamente eso? 

Nadie quería levantar la mirada, aún si estuvieran ajenos de la situación, aún si no fueran responsables en cierta medida, simplemente no querían confrontarlo. No sabían si estaban preparados para ello. Probablemente porque, nunca terminaban de estarlo. 

—Así es —Respondió sin mirarle, su visión se posaba en el cielo que le brindaban las ventanas— Esa es mi misión... secundaria.

Los párpados contrarios se elevaron, y el semblante neutral desapareció. Sus músculos se movieron instintivamente, empujando al más bajo de toda la sala. 

La única mujer del lugar giró su visión en el más alto, quién mantenía su estadía en observación, indicándole que no se entrometería en donde no le correspondía, aunque principalmente, prefería mantenerse escéptico. Ella se movió con rapidez al notar el golpe certero que inundo el aula. 

—¿Secundaria dices? —Su iris comenzaba a contraerse y la rabia podía comenzar a sentirse en el lugar— Por eso no pudiste salvarle en su momento ¿Verdad? Claro, ¿Por qué su vida era algo secundario? —Su risa ligera estalló en carcajadas, causando mayor fuerza en su agarré, pero sobre todo, su desprecio hacía el menor crecía. A pesar de todo el contexto, incluso de su situación, su mirada seguía siendo la misma— ¡Maldita sea! ¡¿Podrías dibujar otra expresión que no sea esa?! 

Bielorrusia detuvo con sus manos el próximo golpe, captando la atención en el asiático, quién la miraba sin comprender. ¿Cómo podía ella defenderle? ¿Acaso no debería ser la primera en querer estrujarle el rostro? La expresión que reflejaba, sus ojos, los labios temblando, casi como si le rogará. Causo en su interior más rabia. 

—¿Por qué le defiendes? —Preguntó incrédulo— Su inutilidad condenó a tu hermano, ya deberías saberlo. Siendo así, te lo preguntaré de nuevo, ¿Por qué le defiendes? 

Negó con la cabeza. 

—Te ves patética protegiendo a un imbécil como él, Biel —Nunca tuvo tacto con sus palabras, y al pronunciarlas incluso, podía apreciarse la repulsión en ellas— Han estado los dos, ustedes dos, en ésto por años. Y aún así... 

Seguía su rostro sin relucir emoción alguna, como si estuviera tan apartado de su entorno, inclusive, como si no le importará. El coreano comenzaba a irritarse, más de lo habitual.  ¿Cuándo fue que se volvieron más inútiles todos? ¿En qué momento las cosas giraron de improvisto?.

—Aún así no le hemos atrapado, ya sabemos ese cuento Sur —Respondió, su pupila al parecer seguía mirando hacia el vació— No es necesario repetirlo. 

México elevo sus manos señalando toda la sala, captando la atención de los tres presentes. 

—Nuestro trabajo es atraparlo, sin importar el coste —Pronunciaba esas palabras dictaminando una sentencia que repudiaba, podía parecer ante los ojos de todos, que no poseía emociones, inclusive, que no le importaba la integridad del resto, incluyendo a sus compañeros. Pero la realidad era diferente— Al final no todo fue en vano, Finlandia consiguió  enviarme sus archivos. 

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2020 ⏰

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