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Mis ojos pesaban, no importaba cuanto intentara, no los lograba mantener abiertos, el extraño picor de piel habia desaparecido pero a cambio mi cuerpo no reaccionaba bien, mi respiración era irregular y mis extremidades tenian pequeños temblores.

No recuerdo muy bien como llegue a esta situación, solo se que la cueva donde estoy es el unico lugar donde puedo estar sin dañarme involuntariamente.

Podia oír los sonidos de los mods al fondo de la cueva y algun que otro animal que pasaba por fuera de la cueva.

Poco a poco mis ojos se abrian dejandome ver la puesta de sol que se apreciaba al salir de mi escondite.

La luna empezó a alzarse y con eso mis sentidos volvian en si, al menos podia pararme sin tambalear.

Los ruidos del fondo de la cueva se hacian mas potentes, tenia que salir si no queria ser comida de zombies, pero aunque lograra pararme a duras penas sali de aquella cueva y esconderme sin ser visto.

Mire el alrededor sin dar credito a donde me encontraba

"genial, eh vuelto por instinto."

Cerca de mi escondite se encontraba un poblado siendo cuidado por algunos guardias, algunos aldeanos paseaban por las calles ante de llegar a sus casas y descansa en estas.

Algo nostálgico me acerque sigilosamente al poblado, poniendome mi gorro para que nadie me reconociera.

No habia cambiado nada, las calles tenian las mismas tiendas y varios aldeanos eran reconocidos por mi vista, las calles aun tenian ciertos boquetes de bromas o accidente ocasionados por nosotros, muchos lindos momentos que vivimos juntos, pero fueron destrozados en una sola noche.

Sin darme cuenta me encontraba delante de mi antigua casa, algo descuidada y apagada, se veia a kilómetros que hace tiempo nadien vivia aqui, la nostalgia volvio a invadir mi mente haciendome recordar los momentos de felicidad vividos aqui.

Estaba dispuesto a volver por donde vine y salir del pueblo, si alguien me veia seria un gran escandalo, pero de repente un sonido de pisadas acercandose resonaron en mi cabeza, "mierda, alguien viene".

Rápidamente me escondi en el primer lugar que vi, detras de un arbol, asomé un poco la mirada para ver de quien era el que habia venido a mis antiguas tierras.

Una extraña pulsada empezó a oprimir mi pecho al percatarme quien era, un chico moreno mas bajo que yo, vestido con un jeans azul roto, una polera negra y casaca roja, en su mano llebava una cuerda que iba atada al cuello de un cerdo el cual expresaba un aura de tristeza al igual que su amo.

Los dos fueron a parar a la puerta de mi antigua casa, en su entrada dejaron un ramo de flores y dos pequeñas velas a sus lados.

Me acerque despacio a ellos, para no ser notado, empece a escuchar como el moreno le hablaba a algo o a alguien.

_Tres meses han pasado y seria una mentira decir que no eres extrañado, que digo, todos los extrañamos.

Rubius a intentado hablar con los dioses de todas las formas que se le han ocurrido pero ellos tampoco saben donde estan, intenta hacerce el fuerte pero su mirada esta mas apagada cada dia.

Fargan casi no sale de su casa y por lo que nos a dicho Alexbi se la pasa llorando en su cama.

Lolito es un manojo de nervios, a tenido mas de un ataque de nervios y cada vez esta mas inestable, tengo miedo de que algun dia no lo soporte mas.

Alexbi a sido un real soporte para todos, en los dias que todos nos hemos juntado Alex es el que termina consolandonos y nos deja quedarnos en su casa, le debemos demaciado.

Dos puntos rojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora