Narra PocheDaniela no tardaba en llegar, mis padres me habían propuesto invitarla a comer, ya que saben que ultimamente paso mucho tiempo con ella. No tienen idea de que Dani es lesbiana o no me habrían pedido invitarla.
Unas semanas atrás, la primera vez que la traje a casa, me armé de valor y le pedí que no mencionara sus preferencias sexuales ya que mis padres eran algo cerrados de mente, ella parecía incómoda con eso pero aceptó. Después de esa vez, cada que viene a casa evita mencionarlo e incluso ha hablado de chicos frente a mi familia, para aparentar ser una chica común.
Ya quería que llegara y era porque olvidé mi libro en las escaleras èsta tarde, mismo que contenia un gran secreto. Mi lista, esa lista que mantengo en secreto pues revela mis fantasías sexuales. Una vez le mencioné a Mario que deberíamos probar cosas nuevas y cumplir las fantasías del otro, pero él me había dicho que estaba loca, que nosotros somos una pareja formal, que nos amabamos y esa clase de cosas no las necesitabamos pues nosotros hacemos el amor.
Tuve que aceptar su respuesta y no mencionar más el tema pues no quería que pensará cosas raras de mi. Era un hecho que no accedería y seguiremos haciendolo de la misma forma el resto de nuestra relación. Debo decir que eso me molestaba un poco ya que el sexo con él era aburrido, rápido y siempre igual. A veces sentía que él era egoista pues no se preocupa por hacerme sentir bien, o por darme más placer, siempre lo hacemos el tiempo que él aguante y se acabó, aunque yo no quede satisfecha.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un toque en la puerta, abrí y se trataba de Daniela, estaba ahí parada con mi libro en la mano y una sonrisa al verme. La dejé entrar tomando mi libro al pasar, lo llevé a un librero y en el camino me asegure de que la hoja aún estubiera ahí. No sé en que estaba pensando cuando la meti a un libro que llevaría a la Universidad, alguien podría haberlo encontrado.
-Gracias, pensé que no lo volvería a ver
-De nada, lo dejaste en la escalera cuando saliste corriendo
-Sí, me alegra que lo vieras
-Sólo es un libro- dijo Daniela viendome fijamente, por un momento pensé que diría algo pero se detuvo
-¿Qué?
-Nada
-Ibas a decir algo, lo sé
-No, no iba a decir nada- ella se veía nerviosa, fue cuando lo entendí, había encontrado la lista
-La encontraste
-¿De qué hablas?
-La lista, la encontraste cierto?
-No era mi intención- dijo lanzandome una midada apenada
-No es tu culpa, no debi meterla ahí- sentí que mis mejillas estaban ardiendo, claro que lo estaban, moría de pena
-Yo no debí leerla
-Está bien, supongo debes creer que estoy loca
-Por qué pensaría eso?
-Por lo que escribí ahí- contesté sin verla a la cara, de la vergüenza
-No es algo malo, todos tenemos fantasías sexuales, es algo normal
-No todos
-Nombra a alguien que creas que no, te apuesto a que las tiene
-Mario no, yo le mencioné sobre cumplir algunas y me llamó loca
-En serio? eso es raro, por lo general los hombres están llenos de ellas
-Pues él no
-Y te llamó loca? él es el loco, tú eres normal
-Lo crees? llegué a creer que tenía razón
-No la tiene, entonces...¿Se negó a cumplirtelas?
-Sí- me sentía algo incómoda hablando del tema pero Daniela era mi amiga –dijo que nosotros nos amamos y por eso hacemos el amor, no necesitamos fantasías
-Nunca pensé que existiera un hombre así
-Pues existe- comenté caminando hacía la puerta –Iré a traer una soda, quieres algo?
-No, estoy bien gracias
Narra Daniela:
Aún no podía creer lo que acababa de escuchar, como un hombre se negaría a cumplir las fantasías de su novia, y más tratandose de una chica tan hermosa como Poche, yo no me lo habría pensado dos veces, desde el principio habría aceptado hacerlo.
Poché regresó con dos refrescos en la mano, yo no había pedido nada pero por no ser grosera se lo acepté. Se sentó frente a mi, y se veía algo incómoda, claro que lo estaba, yo había leído algo personal de ella y ahora me sentía mal por eso.
-Oye, lamento haber leído tu lista, no era mi intención ponerte incómoda
-No, está bien, no estoy incómoda
-Entonces ¿qué te ocurre?
-Nada, sólo estaba pensando en ello, pero no hablemos más del tema, mejor veamos una película, ¿Te parece?
-Cómo desees, pero sabes que puedes contarme lo que quieras.
-Lo sé, gracias, es solo que me siento... no sé, ¿es raro tener esos deseos?
-¿Las fantasías?
-Sí
-Claro que no
-Y por qué me siento como si estuviera pecando con mis pensamientos
-No lo haces, pusiste cosas muy normales en esa lista, no es como que pusieras algo enfermo
-¿Verdad? Y Mario no aceptó ninguna
-Algo anda mal con tu hombre, creeme que no eres la del problema
-Eso espero, pero igual esa lista no importa, no lo haremos
-Tal vez el no, pero ¿qué evita que tú las cumplas?
-Pues que mi novio no quiere
-Puedes hacerlo con alguien más
-Claro que no, no soy así
-Una de tus fantasías si no mal recuerdo, era hacerlo con alguien que no sea él
-Lo sé, no debí escribir eso
-¿Es bueno en la cama?
-Supongo
-¿Supones?
-Pues... no exactamente, pero es la unica referencia que tengo
-Sólo has tenido sexo con él?
-Sí
-Eso lo explica, por eso deseas algo más de lo que te da
-No es eso, es sólo que a veces me aburre hacerlo siempre de la misma forma
-Claro que te aburre, yo ya te habría cumplido todas esa fantasías y más- me arrepentí al momento de decirlo, no quería que ella confundiera las cosas y se alejara de mi
-Pero bueno, ya dejemos ese tema, vamos a ver la película- contestó sin darle importancia a mi comentario, lo cual agradecí.
Esa tarde, tras ver una pelicula y y revisar unas notas me despedí y regresé a casa. Todo el camino y aún ya estando en casa seguía pensando en las fantasías de Poché y cómo sería cumplirlas con ella. Traté varías veces de no pensar en eso, pero no podía dejar de hacerlo, no estaba enamorada de Poché, ella ni siquiera era mi tipo, pero algo en su inocencia me atraía mucho y claro, agregale que es guapa. Aunque yo sabía que no tenía oportunidad alguna con ella, o ¿será que la tenía?
Saqué esos pensamientos de mi cabeza y me quedé dormida.
ESTÁS LEYENDO
Lista De Fantasías》》☆ CACHE☆
RomanceMaria Jose Garzón(Poché) era una chica ordinaria, de familia conservadora y un novio tradicional. Toda su vida ha hecho las cosas como sus padres y la sociedad le han inculcado, sin romper reglas ni meterse en problemas. Pero eso cambió el día que c...