II.

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-Ya es tarde. ¿Qué hace el señor aquí? ¿Cómo entró? -preguntó una mujer de apariencia anciana al demonio. Kyungsoo sonrió, tocando su hombro, engañando su mente-. Ah, sí... ¿El señor quiere adoptar a algún niño?

El demonio sonrió más abiertamente.

-Sí, me gustaría hablar con un niño en especial...

No había brillo en los ojos de la mujer, demostrando que su mente estaba bajo el control del demonio.

Todo lo que Kyungsoo decía con su voz dulce recibía un asentimiento como respuesta y, en pocos minutos, los dos estaban caminando por los pasillos de lo que el Grimorio descubrió, en el inicio de la conversación, que era un orfanato. No había rastro del ángel que el demonio había visto no hacía mucho y Kyungsoo suspiró aliviado pensando que había alcanzado al humano primero y que el ser divino no habría querido luchar hasta la muerte por el alma del mortal.

-Es aquí -dijo Kyungsoo parándose en frente de una puerta. La señora se detuvo a su lado.

-Hay muchos niños ahí dentro... Y ya están dormidos...

Los ojos del Grimorio se volvieron completamente negros cuando se enfrentó a la mujer nuevamente.

-Está todo bien, ahora puedes irte -susurró Kyungsoo y la mortal obedeció y desapareció por los pasillos.

Tragó saliva, el Grimorio pestañeó un par de veces hasta que las tinieblas en sus ojos se disiparon y recuperó su aspecto humano. Abrió la puerta suavemente, entró en la cómoda habitación, donde había, como mínimo, quince camas dispuestas de lado a lado separadas por, como máximo, un metro unas de otras. Los niños ocupaban todas las camas y Kyungsoo cerró la puerta tras de sí sin hacer ruido, antes de caminar hasta el humano que exhalaba un aura desesperada.

El Grimorio no necesitó llamar al niño que imploraba por ayuda divina antes de que él mismo se girase en la cama para mirarle. Los ojos grandes de Kyungsoo se encontraron con los infantiles e inocentes del pequeño ser humano durante algunos segundos, sin que ninguno de los dos dijese nada.

-Buenas noches -susurró Kyungsoo y recibió una sonrisa como respuesta.

-¿Eres el ángel que pedí? -murmuró el niño sentándose en la cama, todavía mirando al adulto con ojos curiosos.

-No, no lo soy -respondió Kyungsoo sentándose en el borde de la cama, para que su mirada quedase al mismo nivel que la del niño.

Estaba oscuro, y el cuarto estaba iluminado por pequeñas lámparas dispuestas a los lados de las camas, pero Kyungsoo podía notar los ojos redondos y los labios gruesos que tenía el pequeño.

Era un niño realmente hermoso.

-Entonces no deberías estar aquí... Esto es un orfanato de niños y no de adultos.

El demonio no pudo evitar sonreír cuando miró al pequeño.

-No vine a vivir aquí, no te preocupes... -El niño miró desconfiado hacia Kyungsoo y estiró la mano para incrementar la intensidad de la luz que provenía de la lámpara de la mesilla al lado de la cama.

-¿Eres un adulto, no? Tienes el tamaño de uno, aunque tus ojos son demasiado grandes, como los de un niño -dijo el niño mirando fijamente a Kyungsoo, con tanta intensidad que el demonio no sabía cómo reaccionar.

-Claro que soy un adulto... -contestó el demonio con una media sonrisa-. Hablas de mis ojos grandes, pero tus labios... Tus labios son más grandes que los de un niño.

El pequeño abrió los ojos y se mordió los labios, tratando de ocultarlos del adulto. Kyungsoo sonrió ampliamente y el niño suspiró.

-Sólo serán grandes hasta que crezca, serán proporcionados, pero... tus ojos siguen siendo grandes a pesar de que ya eres un adulto.

[#1] ꧁☬ (KAISOO) ☬꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora