11 。 ❛ ecos de culpa. ❜

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— ¿Cuándo volverá Kagura a clase? —preguntó Asahi antes de dar un mordisco al bocadillo que llevaba aquel día. Tenía tanta hambre que había comenzado a comer antes de recoger a Sugawara y Daichi de su clase—.

— No lo sé... —contestó Yuzuki sin poder evitar soltar un suave suspiro—. Pero el equipo se desmorona si ella no está, y más después de la derrota.

El As del Karasuno miró a la contraria y apoyó, con cuidado, su mano en la cabeza de ésta durante unos escasos segundos. Trataba de reconfortarla, en lo posible.

— No te preocupes, ya verás como cuando vuelva todo va a a mejor. —aseguró, tratando de aparentar estar convencido de sus palabras; todo mientras le dedicaba una tierna sonrisa a la pequeña líbero—.

Yuzuki respiró con algo más de tranquilidad, pero su preocupación seguía latente y sus inseguridades comenzaban a emerger. Asahi y ella no tardaron en llegar a la clase de sus compañeros y, en respuesta, les recibieron con con una sonrisa cómplice.

— Puntuales como un reloj. —Daichi dejó escapar una pequeña risa mientras cerraba las cremalleras de su mochila—.

— ¿Te has dejado el bocadillo? —preguntó Sugawara a Asahi, señalando sus manos vacías. Era frecuente, a estas horas, verle con su almuerzo—.

— Me lo fe fomifo. —respondió, con un trozo del bocadillo aún en la boca—.

Los cuatro, inevitablemente, rieron, la cual era una acción que ya escaseaba después de la derrota de los dos equipos -masculino y femenino- de los preliminares del intercolegial.

— Y, ¿vosotros sabéis algo de Kagura? —preguntó la fémina cuando el ambiente se relajó, conectando su mirada con las de Sugawara y Daichi—.

Capitán y vice-capitán se intercambiaron miradas nerviosas, como si supieran algo que todos los demás desconocían.

— ¿No-Nosotros...? —musitó el colocador, señalándose a él mismo y luego a su compañero—.

— Nosotros no sabemos nada. —agregó Daichi, tratando de mantener su rostro serio—.

— Nada más de lo normal, vaya. —se apresuró a añadir el de cabellera ceniza, haciendo un ademán explicativo con su mano—. Sabemos lo que todos sabemos.

— Exacto. Ni más, ni menos.

Para Yuzuki, aquello había parecido un extraño partido de tenis. Aquellos dos parecían nerviosos cada vez que se les preguntaba sobre Kagura. Es decir, más de lo que ya estaban normalmente.

— Será mejor que salgamos un poco. —comentó Azumane señalando la puerta e incluso comenzado a caminar hacia ella—. Antes de que se termine el descanso.

— Un poco de aire nos vendrá bien, sí. —aseguró la de mechones rojizos a la par que seguía al As del Karasuno—. ¿Vais a venir, o qué? —inquirió—.

— ¡Sí, sí! Id avanzando, ahora os alcanzamos —contestó Daichi, mostrando una sonrisa. Parecía haber recuperado su estado de ánimo normal—.

Los veteranos se quedaron solos en el aula y, por fin, respiraron tranquilos.

— ¿Has hablado con ella? —interrogó Sugawara, sacando su móvil de la mochila—.

— Aún no. Tampoco sé cómo empezar la conversación, ¿sabes? No es algo sencillo. Ni para nosotros ni para ella.

— Lo sé, lo sé...

— Anda, vamos fuera o estos comenzarán a sospechar. —el capitán de los cuervos comenzó a caminar hacia la puerta—.

El de irises ambarinos se quedó unos instantes inmóvil, con la vista clavada en la pantalla de su teléfono. Ahí estaba el contacto de Kagura, ¿qué debía hacer?

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2020 ⏰

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AS SIMPLE AS BLACK 。 haikyuu !! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora