O5 。 ❛ cruce de caminos. ❜

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Yuzuki bostezó y, acto seguido, se incorporó para desperezarse, sin dejar de pelear con las sabanas. Había veces en que era complicado no empezar una batalla con aquellas sábanas blancas.

-Buenos días... -se auto-saludó a la par que se frotaba los párpados con somnolencia y se desperezaba.

Tras eso, miró a través de la ventana. Hoy era un bonito y soleado domingo que incitaba a salir a la calle para dar un paseo mañanero.

-Creo que hoy saldré a correr por la misma ruta de siempre. -pensó la líbero en voz alta, posando su dedo índice sobre su barbilla mientras cerraba con cuidado las cortinas de su ventana.

Dicho y hecho, la pelicaoba encendió su radio, sintonizándola en su programa mañanero preferido, y comenzó a vestirse para después tomar un desayuno ligero, salir a la calle y así estirar unos minutos antes de comenzar a correr. El frío mañanero acarició su pálida tez, pero pronto entraría en calor.

-3 kilómetros estará bien. -dijo estirando sus cuádriceps y luego dando un pequeño salto. Afianzó sus auriculares y estiró el cuello.

Sin más palabras, la chica comenzó su larga carrera. Recorría las calles sin descanso, subiendo cuestas y parándose de vez en cuando para hacer series de estiramientos.

Lo que no sabía, es que, al correr un kilómetro y medio, acabaría encontrándose con su capitana, Kagura, quien no dudó un segundo en gritar el nombre de la susodicha.

-¡Eh, Yuzuki, eh! -vociferó la rubia a lo lejos, agitando su mano derecha a modo de saludo.

La joven líbero, automáticamente, dejó de correr y se dio media vuelta. Cuando divisó la figura de su compañera, retrocedió para saludarla.
Mientras se acercaba se quitó los auriculares, recogiéndolos en sus manos para que no se enredaran.

-Buenos días, Kagura. -sonrió la pecosa haciendo una flexible reverencia ante su capitana.

-¡No hace falta que hagas eso, mujer! -se medio-quejó la ojiazul con una sonrisa, provocando que la contraria dejase de lado aquella presentación tan formal- ¡Buenos días a ti también, Yuzuki! -la rubia tenía la energía totalmente cargada, algo extraño a esas horas.

La pecosa iba a preguntar algo sobre los entrenamientos, pero aquel pensamiento se desvaneció de su mente al ver a un gato de pelaje gris perla con manchas y ojos ámbar a los pies de la rubia, que, algo tímido, comenzaba a acercarse hacia los pies de la contraria.

-¿Es tuyo? -inquirió Yuzuki señalando al animalito. Incluso se puso de cuclillas para extender su mano hacia el felino, el cual comenzaba a olisquear las yemas de sus dedos.

La colocadora, sin necesidad de bajar su mirada, asintió confiada y agarró con un poco más de fuerza la correa del minino.

-¡Uaow! Es muy bonito, Kagura. -se alegró la novata acariciando la cabecita de la criatura- ¿Cuál es su nombre? -preguntó levantándose con rapidez.

-Se llama Némesis, ¡como la diosa griega de la justicia retributiva, la venganza, el equilibrio y la fortuna!

-¡Qué nombre más chulo! Además, no sabía todos esos atributos de dicha diosa.

-Je, je, je... lo escogí yo.

Kagura se rascó una de sus mejillas con un aura de orgullo similar a la de Tanaka y Nishinoya juntas.

-Y, bueno, cambiando un poco de tema, ¿qué haces por aquí a estas horas? -cuestionó la capitana algo curiosa.

Cabe decir que eran las 9 de la mañana. No era una hora muy común para despertarse un domingo.

AS SIMPLE AS BLACK 。 haikyuu !! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora