Eran las 4 de la mañana, karen una chica común de la ciudad de caracas, vivía con su madre y su tía, poco sabia de su padre, algo que durante su niñez le causaba incomodidad, mas sin embargo lo había superado.
Se levanto de la cama y camino hacia el baño, una buena ducha la repondría de una noche sin descanso, era el inicio de clases, una nueva jornada llena de problemas, diversión, profesores aburridos, amigos y notas de las cuales preocuparse <<Esto, será interesante>> pensó, mientras el agua caliente recorría su cuerpo con delicadeza y suavidad, aquella sensación era increíblemente reconfortarte y sutil de haber sido por ella habría pasado horas allí metida; salio de la ducha y se miró un rato en el espejo, piel pálida, ojos color café y una cabellera chocolate, ondulada, larga y brillante que caía por sus hombros, a decir verdad no era una chica fea, sin embargo de niña le recalcaban bastante esa palabra ¿Su personalidad? Bien, eso era otra historia siempre expresaba sus emociones con improperios y malas palabras, rebelde, pero a la vez delicada y discreta, misteriosa y sorprendentemente coqueta, complicada definitivamente.
-Malditos mocosos-refunfuñó, mientras recordaba su infancia y todos sus malos ratos gracias a sus compañeros de primaria- Pero, vamos, a que estoy buenísima, está bien no tanto, pero sé que se arrepentirían de todo lo que dijeron- lanzó un guiño al espejo y salió del baño.
Al salir del baño fue directo a prepararse para la escuela, uniforme... Que cosa tan molesta, salio de su habitación y se encontró con su madre preparando el desayuno.
-Hola mamá- Dijo Karen lanzando una sonrisa sutil.
-Buenos días amor ¿Como amaneciste?- Preguntó su madre con una sonrisa, una mujer morena y un tanto rellena de ojos color café, cabello liso y negro con un rostro que aun mantenía varios dotes de juventud, era amable, terca y bastante testaruda, pero muy buena persona.
-Bien, pero igual quiero quedarme en casa.
-Anda, siempre dices eso, ve a comer tu desayuno está en la mesa.
Obedeció y se sentó en la mesa a comer un sándwich de pavo, bastante bueno, salio de casa directo a la escuela, era un día lleno de nubes, al parecer llovería con bastante fuerza durante el día en ese instante tomó sus audífonos y colocó Hologram de Crown the empire y caminó hacia la escuela, la música y el clima frió combinaban a la perfección, sin embargo aun así no quería llegar empapada a su primer día, por suerte era poco el trayecto que debía recorrer, luego de un rato orando para que ni una sola gota de agua cayera del cielo, logró llegar sin lluvia encima, dio los buenos días de una forma amistosa y se preparo para entrar al lugar. De repente, algo la detuvo sintió mas de 100000 cuchillos clavados en su espalda, una mirada extremadamente pesada y dolorosa, tenia miedo de darse la vuelta, pero... Por desgracia la curiosidad pudo mas que ella y logro verlo, un hombre totalmente oscuro de ojos rojos el cual la miraba fijamente sin piedad, karen estaba pálida, fría, paralizada por el miedo, terror, ¿que demonios era aquello, que la miraba de forma tan letal y pretenciosa? Un guardia comenzó a hablarle sacándola de aquel trance, diciendo:
-joven, joven ¡joven!
-¿Qué?
-¿le pasa algo?
Karen negó con la cabeza y se alejo de la puerta a toda velocidad un tanto avergonzada y aun petrificada por el recuerdo de aquellos desgarradores ojos rojos que la habían mirado con tanta ferocidad <<¿Qué diablos? No, que va obvio fue el diablo, pero ¡¿Que carajo?!>> Gritaba en su mente, mientras caminaba hasta el patio del instituto deseando dejar de pensar en el suceso, de la nada, su deseo se cumplió, apareció Nora una joven de su escuela, divertida y alegre, regordeta y bonita, era un poco mas baja que Karen tenia los ojos oscuros y una gran cabellera lisa y oscura, la saludó con un abrazo y luego le siguió Lina, prima de Nora las dos portaban el apellido Grey y estaban en la misma familia, sin embargo Lina era delgada de caderas anchas y cabello dorado eran tan distintas, pero aun así karen las adoraba a ambas poco a poco fueron llegando mas, Victoria... Mejor amiga de karen, muy unidas, por ultimo los chicos, Sebastian uno de los mejores amigos de karen, ademas había algo en él que le parecía tan atrayente a nuestra protagonista, Ricardo y Luke dos hermanos muy buenos amigos.
-Hey ¿Que sucedió? Estás muy pálida-Dijo Lina con preocupación.
-Ha de ser el frió nada más- Respondió Karen con una sonrisa esperando evadir cualquier otra pregunta.
Y así paso el día, profesores inseguros, los cuales se podía ver que eran nuevos en el instituto, chicos nuevos, entre otras cosas, sin mas nada que decir, el día había terminado, era hora de llegar a casa y prepararse para el día siguiente, karen llego bastante agotada ¿la culpa? El demonio de aquel momento, así que cerro los ojos y se quedo dormida, en un profundo sueño.
ESTÁS LEYENDO
Corazones Oscuros
Teen FictionKaren, una adolescente de 17 años, la cual tiene una vida prácticamente normal, con una familia normal, un hogar, amigos y una vida llena de buenas calificaciones, de repente de un momento a otro su vida cambia por completo dándole paso a un sueño...