Capitulo 3

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Mis ojos se abrieron de par en par y mi corazón latía más rápido que cuando corría maratones en la secundaria. La alarma de mi teléfono seguía sonando y el reloj marcaba las 5am.

Con mucha pereza me deshice del cobertor y me puse mis pantuflas de pelos. La noche anterior había sido un gran desafío poder pegar un ojo, no podía dejar de pensar en el asesinato de Caroline. De tanto darle vueltas al asunto, mi cabeza comenzó a maquinar y no pude dejar de pensar las mil millones de posibilidades que existían para que alguien pudiera hacer algo tan macabro.

Finalmente, a las 3 am caí rendida en un sueño profundo después de tomarme una pastilla de clonazepam y dos tés de tilo.

El día a través de mi ventana me regalo una imagen poco gustosa para mí que tenía que hacer mil cosas fuera de mi cálida casa. Llovía y había mucha niebla, el frio podía sentirse con solo tocar el vidrio de la ventana.

Me di una cálida ducha, me vestí con el uniforme y desayuné como para poder sobrevivir todo el día: café batido con leche, tostadas y unos huevos revueltos.

La verdad nunca me considere una buena chef, en realidad la mayoría de mis comidas son simples o son delivery, pero este desayuno lo disfrute como hacía mucho tiempo no lo hacía.

A la mitad de mi segunda tostada, recibí un mensaje... Un poco extraño ya que no suelo recibir mensajes tan temprano en la mañana.

Era Mario.

Mario es el médico forense de la unidad, él era el encargado de determinar cada detalle de las muertes de los casos que recibíamos en la policía. Y también era mi amigo.

Desde que llegué a esta ciudad y desde que empecé a formar parte del equipo, Mario se encargó de que mis días sean maravillosos y amenos. Al principio tuvimos algún tipo de aventura que termino cuando ambos nos dimos cuenta que en realidad solo nos queríamos como amigos, aunque el sexo fuera muy bueno.

Finalmente nos hicimos casi hermanos.

"Poché te busco en 10 y nos vamos juntos para el Red Heart"

Y como bien dijo a los 10 minutos ya estaba debajo de mi casa con su sonrisa de costumbre.

-Que tal te va Ruiz?

-Pochis! Bien bien, muy cansado estuve de guardia 24hs y bueno aquí me tienes... ¡Listo pa' la acción! - Dijo alegremente, todavía no sé cómo hacia- ¿Tu que me cuentas?

-La verdad Mario, no pude pegar un ojo. De casualidad dormí dos horas- Un suspiro rendido se escapó de mis labios.

-Ay Poche! ¿Qué hablamos? ¡Debes dormir mijita!

-Sí, yo sé, pero es que este caso de verdad me tiene volando en las nubes.

- Bueno ya veremos por qué te tiene tanto en las nubes.

En el camino Mario me pregunto un par de cosas más, pero al verme muy pensativa mirando por el vidrio, puso música y no pregunto más nada.

El trayecto no fue tan largo, tardamos 20 minutos en llegar. Antes de arribar a nuestro destino, comencé a repasar todo lo que estaba a punto de pasar y armé una lista mental:

Uno: Estaba a punto de conocer a la persona con la que tendría que trabajar y que estaría supervisando mi trabajo gracias al imbécil de mi jefe.

Dos: Mi mejor y por no decir mi única amiga de esta ciudad había sido cruelmente asesinada en el stripper bar donde ambas trabajamos.

Tres: Nadie sabía de mi trabajo allí.

Cuatro: Nadie del Stripper bar sabía que yo era policía.

Cinco: No tenía un número cinco.

El tan conocido frente del Bar se hizo presente en mi ventana, se alojaban allí también un cumulo de patrulleros y agentes policiales así que supuse que el agente Calle ya estaba ahí.

Respire profundamente y me baje del auto de mi amigo. Al sentir que ya estaba a mi lado comenzamos a caminar hacia la puerta. Con cada paso, mi pulso se aceleraba más y más.

La puerta del Red Heart seguía igual que siempre, lo único diferente era un pequeño cerco hecho con barras y cintas amarillas que delimitaban una huella de zapatilla de sangre. En la entrada estaba Betty, mi segunda jefa, la jefa del Red Heart quien al verme primero me miro sorprendida, al ver mi uniforme su rostro hizo una expresión de confusión a la cual le respondí con una seña de que no dijera nada, automáticamente me entendió y me hizo esa mirada que siempre me hace de que tendría que explicarle luego que es lo que estaba pasando.

Agradecí internamente que Betty me haya adoptado casi como a una hija, así como había adoptado a Caroline.

- Auch! Lo siento estaba muy distraída. - El fuerte golpe que recibió mi trasero por estar papando moscas y chocar con esa chica me dejo el culo paralizado.

-Está bien oficial, ¡es normal! - Respondió la mujer ayudándome a levantarme.

-Soy la inspectora Garzón - Corregí antes de que me confundiera con una oficial.

En ese momento un hombre interrumpió nuestra simple conversación y me estiro la mano.

-Usted es la inspectora Garzón? Un gusto conocerla

En ese momento supuse que quien me estaba saludando era el inspector Calle, pero otra vez volví a tropezar y no literalmente.

-Sí, soy yo. ¿Usted es el inspector Calle? - le devolví es saludo de mano

La señorita con la que había chocado se lanzó una carcajada que podía escucharse hasta en Japón y el hombre que estaba a su lado no pudo evitar contagiarse de su risa. Me sentí avergonzada y miré a ambos con mala cara, y cuando cayeron en cuenta de que su risa no me causaba ni cinco de gracia se detuvieron.

-No Garzón, yo soy LA inspectora Calle y él es el subinspector Vera, un gusto conocerla y trabajar con usted - La mujer estiro su mano para apretarla con la mía

Muy apenada la miré y sostuve su mano entre la mía sin reacción alguna.

-Lo siento inspectora, mi jefe se refirió a usted como un hombre y bueno... yo... yo supuse - Fui interrumpida por ella.

-Si no te preocupes, mi papá es el inspector más importante en Los Ángeles y suelen confundirme con él, pero no pasa nada- Me dedico una sonrisa dulce y una mirada comprensiva

Después del mal entendido, me dedique a presentarle a mi nueva compañera y a su acompañante el expediente y las pocas pistas y pruebas que mis compañeros habían recogido el día anterior.

Al terminar de reconocer un par de datos más decidimos adentrarnos en la verdadera escena del crimen.

Yo no me sentía preparada para este momento, pero tuve que callar mis sentimientos y seguir creando el personaje que venía montando desde hace años. Tomé una respiración muy profunda antes de entrar en la habitación y cuando quise dar un paso sentí una mano apretando mi hombro dándome apoyo, era Betty que me miraba dándome apoyo.

Solté todo el aire contenido y finalmente entré.

-

HOLA!!

Bueno voy a presentarme... Yo soy Ana Paula y está historia me tiene loca!
Estoy tratando de actualizar lo más seguido que puedo pero con esto de las clases online no tengo mucho tiempo de sentarme a escribir! Pero el próximo miércoles hay actualización lo prometo.

Espero les esté gustando!!

Caso 11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora