Der Bote

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Vergangenheit
(Pasado)

Muerte. La definición perfecta para mi vida, es muerte. Desde que mi vida había empezado, la muerte había sido parte de ella, aun cuando había muerto, también ésta definía mi vida; si así se podía llamar.

Mi mejor amiga había intentado salvarme de aquello que definía mi vida, y por ello perdió la suya. Ese hecho, me había obligado a irme de California para averiguar que implicaba el hecho de que hubiese renacido, como el ave fénix. Pues cuando el diablo pone su marca, no hay manera de escapar ante sus deseos y pobre de aquel que lo intente. Pues al final la profecía se había cumplido, el cuervo me acechaba y caí como el sol al final del día.

La única condición que mi madre había impuesto para poder estar en Alemania, había sido estudiar en la universidad y aunque me propusieron la idea de dejar la organización, tome la decisión de abrir una sede allí, era la manera perfecta de mantenerme ocupada.  

Por fin podía ignorar parte del pasado de mi familia, aunque por unos de sus tratos estaba en esta nueva situación. Mi tatarabuela nos había vendido al diablo por una razón todavía desconocida. Ella había sido la mujer más longeva de nuestra familia; quien murió un año después de que su nieta fuese alcanzada por dicha maldición, había vivido por 487 años, había mantenido su belleza y juventud durante su tiempo en vida, pues envejecía mucho más lento. Mi bisabuela, en cambio vivió 200 largos y preciosos años, que había empezado a disfrutar, ella viajó y disfruto de los placeres de la vida hasta que conoció a su marido y tuvo a mi abuelo. Todo eso llegaba a mí y a penas sabía que significaba que la siguiente en la lista sucesoria, era yo, mucho menos después del desastre de Sabrina, mi tía, quien murió a manos de nuestra propia familia por sus delitos. La pregunta en realidad es ¿Que es lo que me espera? ¿Y que es una mensajera de la oscuridad? ¿Que significaba serlo?

Pensar que todo lo que me preocupa antes de escapar era la seguridad de las personas que habían sobrevivido a conocerme era lo único que me instaba a seguir adelante, sin arrepentirme. Era lo que me quedaba, protegerlos de mi. Protegerlos de lo que significa ser de la propiedad del príncipe de las tinieblas.