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"Familia"
8 años

Mi primer beso fue con la chica insecto: Hinano Kurahashi. Estudiabamos en la misma escuela, pero en salones diferentes. Nos hicimos amigos después de que casi piso un escarabajo que ella había encontrado en el patio. Pasamos algunos recesos juntos, ocultos en la maleza. Ella buscaba gusanos en la tierra y yo los escondía en las mochilas de mis compañeros. Siempre me han gustado las chicas que ayudan en mis travesuras.

Aquel año, Nagisa había ingresado a la primaria. Como era su primer año, a mis padres no les preocupó que no hubiera hecho amigos aún. Lo mismo había pasado conmigo, aunque no porque fuese retraido como él. Fue difícil para Isogai y Maehara acostumbrarse a mis bromas, pero tras defenderlos de un chico de sexto que termino golpeando y tirando a los tres a un lodazal, lo consiguieron.

Nagisa, en cambio, no tuvo muchas oportunidades de hacer amigos. Las niñas estaban celosas de su cabello, de un azúl brillante como el cielo. Los niños habían pensado que se trataba de una chica hasta que lo vieron entrar a su baño. No eran malos con él, pero nadie le habló esas primeras semanas.

Pero ese no era el unico problema. Él tampoco estaba interesado en ellos. Como pasaba el receso en el salón, la maestra Aguri le rogaba que saliera al patio, le compraba dulces para compartir con sus compañeros y le daba discursos motivacionales. Tres semanas después logro que el diminuto niño saliera.

Hinano había salido tarde ese día, por lo que tuve que esperarla fuera de mi salón por diez minutos. Desesperado, estaba por ir a jugar con mis amigos, cuando dos sombras cayeron sobre de mi.

   —Karma. —Saludaron al mismo tiempo. No pude evitar mirarles horrorizado.

Ambos se voltearon a ver. Cabellos hasta los hombros de colores exoticos, un poco ondulados, ojos brillantes, rostros palidos y puntiagudos. Y por supuesto, algo que solo yo sabía hasta ese momento: ambos amaban a los animales. No me había percatado de cuán similares eran hasta que los vi juntos. Me había hecho mejor amigo de la versión femenina de mi odioso hermano. Quise salir corriendo, pero Hinano ya estaba tomandome de la mano.

   —¿Quién eres? —le preguntó al chico parado frente a ella.

   —Su-su hermano. —dijo mirando al suelo, mientras movia una piedra con el pie.

Los ojos de Hinano se agradaron y brillaron aún más. Me soltó y tomo las manos de Nagisa.

   —¡No sabía que tenía un hermano! — estaba exageradamente emocionada. —Aunque. . .—ladeo la cabeza. —No se parecen en nada.

No iba a decirle que era adoptado. No por sus sentimientos, pero no quería que, al igual que yo en algún momento, pensara que lo habían adoptado porque yo no cumplía las expectativas de mis padres. Le dije que se parecía a mis abuelos y una rebuscada historia de porque nunca conocería al par de ancianos de cabello y ojos azules.

No conforme, Hinano me hizo traer a Nagisa con nosotros. No entendía porque me busco o si fue una coincidencia, pero por alguna razón no dejaba de sonreirle a Hinano. Eso me molestó un poco. No estaba interesado romanticamente en ella, lo que me molestaba es que nuevamente Nagisa tratara de apropiarse de algo mio. Debía dejarle en claro que no me quitaría la atención y aprecio que la chica me daba.

   —¡Juguemos a la casita! —canturreo la niña aventando su sombrero de ala al cielo. —Yo soy la mamá. —evidentemente. —Y tu el. . .—No deje que completara la oración. La bese o, mejor dicho, estampe mis labios contra los suyos.

   —Eso hacen los papás ¿cierto? —Me aleje, más serio de lo habitual.

A pesar de los años, mi padre sigue despertando y deseando dulces sueños a mi madre con un beso. Como ellos siempre decían que eran del otro, imagine que debía hacer lo mismo con Hinano. En ese momento no comprendí la importancia de aquel gesto.

Hinano se sonrojo como un tomate. Debió ser muy vergonzoso para ella. Las niñas siempre van un paso adelante.

   —Tambien besan a sus hijos. —Dijo, queriendo pensar que todo ello era parte del juego. —Hazlo.

Empujo levente a Nagisa para acortar la distancia. Si no podía verlo como un hermano, mucho menos como un hijo. Por ningun motivo iba a besarlo.

   —Hazlo. —Pidio Hinano a su espalda, sonriendo nerviosa. —No ves que es un buen chico.

Hinano trató de abrazarnos a los dos para acercarnos pero yo había dejado en claro mis intenciones y Nagisa estaba llorando. Pero no por la razón que yo pensaba.

Desesperado, empuje a Nagisa del pecho aunque fui yo quien se fue de espaldas. No había presionado con fuerza. Lo único que quería e hice, fue salir corriendo a contarle a Isogai lo sucedido. Él no comprendió el problema al igual que yo, pero nos quedamos mucho tiempo callados pensando en ello. Llegamos a la conclusión de que lo mejor era mantenerme lejos de ella. Que Nagisa se la quedara, total, jamás sería como yo.

Diez años después, Nagisa se encontró a Hinano en el centro comercial, tan reluciente como esa mañana, usando incluso un sombrero similar. La chica menciona que aquel beso, aunque lo recibio ella, parecia estar destinado a alguien más. Eso la hizo sentirse más incómoda que el el hecho de haberle dado su primer beso. Pero total, ella lo había visto como un juego, aunque Nagisa y yo no.

Le azote la puerta a Nagisa tan solo terminar de contarme.

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2020 ⏰

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