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-¡Blanca! Que michi te pasa jovencita- el bicolor permanecía aun amarrado de brazos y piernas.

-Hupayay pá. [Cállate pá.]- decía la arequipeña mientras preparaba algo en un pequeño bowl.

-¡Arequipa! Tamare' que haces.- decía medio molesto, observando como la contraria seguía mezclando algo parecido a tintes.

-Eh Eh no.- movió la cabeza para transmitir desaprobación.- República Independiente de Arequipa.

-Ay sigues con eso.- rodó los ojos cansado.- Hija ya pues se va quemar el rocoto relleno.

-¡Rocoto!- se sobresaltó.- Espera... no caeré en tu cruel trampa. Hanja yachanky huipla kanaipaq [Tu pensarás que soy zonsa]- y siguió en lo suyo.

-Que es eso?- preguntó intrigado mirando como la arequipeña dejaba de lado la mezcla.- Que vas a hacer?!- se asustó al ver a su hija sacar un cuy que estaba cerca.

-Llamame República Independiente de Arequipa.- dijo triunfante por las buenas.

-...-

-...-

- Ajá sí mi niña, alucina.- dijo levantando una ceja.

-Bueno... no me queda otra- y saco un pequeño pincel de uno de sus bolsillos.

-Alto, que vas a hacer...- la desconfianza subía al ver los movimientos inesperados de su hija.

-Oh, nada malo pá, los animalitos son tan bonitos.- sonreía sin cambiar de expresión mientras cuidadosamente tomaba un poco del tinte con la punta del pincel suave.

Aquel pequeño animal era doméstico, por lo cual se dejo cargar y pintar la punta de las orejitas y la frente por la joven que lo mantenía en sus brazos dándole leves caricias.

∙── ∙ 🌼 ∙ ──∙

-Arequipa linda, deja al pequeñito.- decía Perú ya suplicante.

-Y... Listo!- reía la querida niña mientras dejaba al pequeño correr en el piso.- Bien bonito quedó.

Perú ya estaba medio rayado, ni con todos los chantajes ni sobornos pudo convencer a la arequipeña de que dejara de experimentar de manera estética con el roedor.

-Ahora sí pá, si no quieres que esto pase con todos los demás.- se levantó cansada después del cambio de look hecho al cuy.- Ya sabes que hacer.

-Ese cuy era de Cuzco.

-¿¡QUÉ!?- su expresión cambio totalmente despues de la oracion dicha por el mayor.

Se escuchó por fuera el sonido de la puerta siendo abierta y unos pasos indicando que al parecer alguien llegaba.

En un intento rápido por esconder su culpa la de cabellos negros guardo el pincel y todo debajo de la mesa del comedor.

-Ya llegué!

No obtuvo respuesta así que se adentró más.

-Papá estas por ahi?.- y como usualmente pasaba, era recibido por el pequeño cuy corriendo directamente hacia él.- Hola Cristian

Lo cargó y se quedó mirándolo, viendo como la parte de su frente y orejitas estaban amarillas.

Ahora su compañerito parecía rubio de callejón.

-¿QUE PASÓ AQUÍ?- fue directo a la sala.

-Hermano ya llegaste.- sonreía totalmente nerviosa, esperando que la escena de tener a su viejo amarrado no se viera para nada sospechosa.

-¿Uh? Papá que- fue interrumpido.

-Ajuste de cuentas.- dijo la arequipeña, quien rió nerviosa sin quitar su sonrisa fingida.

-Blanca que tienes en el cachete?- entrecerró los ojos con la finalidad de poder enfocar mejor.

Y se dio cuenta que el color era el mismo que el de las manchas amarillas de tinta de su mascotita.

-¡BLANCAAAAAA!- sus ojos de abrieron para dar paso a una fulminante mirada que decía "Corre, corre, corre"

-AYUDAAAAAAAA- salió de ahí en busca de encontrar ayuda en alguno de sus otros hermanos.

Mientras se escuchaban los "PIEDAD, PIEDAD" de la arequipeña y los pasos en busca de refugio, el bicolor aprovechó la distracción para pararse como pudo.

Llegó y vio que la comida no se quemaba, todo perfecto.

-PAPAÁAAAAA.-

-Por giles.- y rió.

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Si tienen algún headcanon o idea, escribanme porFa

ᴘᴇʀᴜᴠɪᴀɴ ᴛʜɪɴɢs! 🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora