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La mayoría de países americanos son bastante supersticiosos, personalmente creo que Perú no es una excepción.

Algunos países amigos y vecinos del bicolor acompañaron a este hasta su casa ya sea para hablar más o ayudarlo a recoger algunas cosas.

Un argentino cierto día había querido acompañar a Perú a recoger un par de papeles.
La cosa era simple, recogerlos y con las mismas irse a la reunión rápido para evitar quedarse sin sitios.

Aquel día Apurímac y Piura estaban quedándose en la casa del bicolor de visita.

-Wacho, aún hay tiempo, vos podés ir con calma- habló el argentino para dejar caerse con fuerza al sofá después de la caminata hasta aquella casa.

-Bien, esperame un rato.- y Perú ya con calma se fue hasta su oficina.

Argentina ya conocía la casa del peruano, por lo que no estaba sorprendido y se sentía cómodo en el ambiente. Pudo ver un pequeño cuadro de Perú con sus hijos, con 24 hermosos departamentos.

Habían cuadros y adornos nuevos por lo que volteó su cabeza observando todos hasta que su mirada quedo estampada en una chica de estatura mas pequeña a él.

La diferencia era que aquella jóven estaba con los ojos cerrados al parecer intentando escuchar algo, además que tenía dos ramos de ruda en cada mano y observaba que un leve humo salía de una de las habitaciones.

-Hey, pequeña.- el argento habló bajo.-Algo se quema?

Piura se sobresaltó al escuchar aquella voz masculina, puesto que empezaba a sentir una presencia pero no la creyó así.

-Hola...- Piura no sabía de donde había salido aquel albiceleste, pero en fin ya estaba ahí.- Señor Argentina.

-Vos debes ser hija de Perú, no?- habló de forma amigable el argentino.

-Sí.- corrio a acercarse un poco más.- Soy Piura.

-Ahh... Vos debes ser la amiguita de Misiones, no?- mostró una sonrisa recordando como la mencionada hablaba de sus anécdotas con la piurana.- Hola Piura, que andas haciendo?- habló nuevamente.

-Ahora mismo, trataba de encontrar alguna presencia extraña.

-A mí?

-No, una presencia espiritual.- sonrió de lo más tranquila.

-Ay nena, no sos muy chica para eso?- hablo extrañado.

-Claro que no.- se sentó.- Yo lo se todo.

Hablaba con un tono diferente, con el fin de darle un toque místico y terrorífico a sus palabras.

Argentina aguantó un poco su risa, pero con las señas que hacía la piurana hacia su cabeza no pudo contenerse más.
Le causaba mucho interés como hablaba de seres espirituales pero a vez no podía tomarse en serio todo con la delicada y aniñada vocecita de la menor.

-Bien...- Levantó una ceja la menor presente.

-AJJDJAJSJJAJAJA disculpáme pero- fue callada por las manos de la piurana.

La presente sacó una cantidad grande de cartas ordenadas que mantenía en uno de los bolsillos de su muy bonita ropa.

-Esto.- mostró una carta de Rey.- ¿QUe se le viene a la mente por la palabra rey?

-Pues, poder.- habló.

-AJÁ!- levantó la voz.- Que simboliza el poder? Una corona...

¿Que tienen las coronas?

¡Diamantes!

¿Que brilla como los diamantes?

¡Las estrellas!

¿Y quien tiene una estrella en su bandera?

Chile...

¿Que se trae con el señor Chile?
💐

Argentina estaba rojo a más no poder, pues noches anteriores había tenido que camuflar los chupetones de sus hombros y cuello con maquillaje.
Ahora temía que tal vez la joven halla podido verlos.

Volteó a mirarse al espejo más cercano, revisándose el cuello, sin encontrar rastro alguno que lo delatara. Pero su actitud nerviosa ya lo había puesto en prueba.

Y nervioso volteó a mirarla nuevamente.

-C-creo que ya es tarde para la reunión- trataba de tranquilizarse pero la cómplice sonrisa de la contraria parecía quemar su piel.-Perú!

-¡Arge!- como si de un hechizo se tratase justamente bajaba de las escaleras.- Ya encontré los fólderes.- bajó con estos en la mano.

-Bien... vamos!- lo llevó de la mano hasta la puerta.- Adiós Piura! Un gusto verte!

-¿Oh ya se con-

Y cerró la puerta.

-¿Arge que pasa?- pregunto curioso el bicolor.

-Nada, nada!- rió nervioso.

Su celular sonó repentinamente mientras bajaban las escaleras del departamento.

Lo revisó, viendo un meme que le envío su hermano Uruguay, el cual mantenía una imagen de un billete de dólar celebrando sus 18, como mayor de edad.

Rió olvidando lo anterior, aunque fuera un problema económico por el momento los argentinos se encargaban de suavizarlo con los chistes y jodas.

-El dolar ya es mayor de edad, pibe.- le mencionó a Perú.-

Este último iba a responder pero alguien sacó su cabeza de una de las ventanas del departamento, pues recién estaban en la puerta después de bajar todas las escaleras.

-Y PRONTO TENDRÁ EDAD PARA UN EXAMEN DE PRÓSTATA!- gritó nadie más y nadie menos que la piurana.

-PIURA METE TU CABEZA DE UNA-

-Vamonos ya vamonos!- lo empujó Argentina.

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ᴘᴇʀᴜᴠɪᴀɴ ᴛʜɪɴɢs! 🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora