Recuérdame: Lukanette.

Capítulo VI

Narra Luka.

—Juleka no te quedes callada. ¿De qué carajo hablas?.

—Mide tu vocabulario, niño—me señaló.

—Cállate, eres menor que yo—rodeé los ojos.—¡Habla!.

—No... No voy a hablar hasta que estés bien recuperado... Así puedas torturarme, no diré nada.

—¿Entonces por qué me dijiste que debía saber la verdad? Solo dejas a uno con la intriga.—Me levanté de la mesa y fui directo a mi cuarto, ignorando lo que decía mi hermana.

Y así, es como pasaron mis días, mi hermana y mi mamá no dijeron nada. Yo en cambio quería saber lo más pronto posible, ¿qué era todo esto?. Cada día me sentía más confundido. Tenía sueños, quizá eran recuerdos, pero casi todos eran borrosos, no lograba verlos con claridad. Estaba frustrado, quería simplemente volver al tiempo y evitar todo ese accidente...

Un día por la mañana esa chica, Marinette, llegó a mi hogar, «por fin» pensé muchas veces. Mi hermana y mi mamá la recibieron muy calidamente, me llamaron a mí y todos nos encontrábamos en la mesa.

—Bien, ¿Me dirán de que trata todo esto?—pregunté con las cejas alzadas.

Narrador.

—Justamente vine hasta aquí por eso, Luka... Escucha, mientras yo hable, no me interrumpas, quiero ser clara y directa—habló la azabache—Bien... No sé por dónde empezar... —Suspiró estresada y dirigió su mirada al de puntas celestes—Yo... Te mentí esa vez que dije que éramos los mejores amigos—Luka abrió su boca en sorpresa— La realidad es que... No somos solo amigos... Antes de tú accidente, tú y yo éramos, amm..—Tomó una bocanada de aire y siguió—éramos pareja ¿si?—El chico abrió sus ojos como platos extendidos— Por eso vivíamos juntos, llevábamos, llevamos, años juntos... Es por eso que el día que despertaste yo... Te dije cosas muy cariñosas... Yo no sabia que no ibas a recordarme.—hizo una pequeña pausa—Al principio pensé en dejar todo así, y que tu empezarás desde cero... Pero me dí cuenta de que te amo, y no puedo dejarte ir—la vista de la ojiazul se nubló por lágrimas acumuladas en sus ojos— Yo... Simplemente no tengo el valor—quitó algunas lágrimas de sus mejillas— Es por eso que tengo una idea...quizás sea estúpida, no sirva, o quizá si lo haga, pero no pierdo nada en intentar esto... Yo quisiera que te fueras conmigo una semana... Sólo tú y yo.

Luka quedó en silencio por varios minutos, intentando procesar tanta información, se sentía mareado, todo era tan irreal.

—Y... ¿Qué se supone que harás con eso?—preguntó asustado.

—Yo... Planeo, volver a enamorarte.—Luka se fue de lado pero logró mantener el equilibrio. —Si en esa semana no funciona... Yo te dejaré ser libre... Solo necesito tú aprobación para esto...

—Hijo, ¿qué opinas? —habló por fin Anarka.

—Mamá, es mucho que procesar, no pretendan que les dé una respuesta ahora mismo—hizo una mueca—No sé si estoy seguro de hacer esto... Es decir...Oh, estoy tan confundido. No sé si mi cerebro estaba listo para esta conversación...—cubrió su cara con sus grandes y finas manos, y suspiró—Denme unas horas... Hoy mismo tienen mi respuesta—Sin más que decir, salió de ahí y fue a la calle, necesitaba aire fresco urgente.

Por lo tanto Marinette, Juleka y Anarka se miraban entre ellas ¿fue un error proponer eso?. Marinette se puso muy nerviosa, hubo momentos en los que sentía falta de aire.

—Creo que no fue buena idea... —habló por fin la de coletas.

—No no, él sólo... Esta procesando todo esto—Juleka acarició el hombro de la antes mencionada—Estoy segura que aunque un poco inseguro... Luka va a aceptar.