Taehyung ingresa primero a la alcoba, deja su maletín en la cama y se despeina el cabello caminando de un lado a otro. Jungkook aparece poco después, deja su mochila al lado de las cosas de su pareja y espera a que el peliazul se calme un poco.
─Yo... Kookie, de verdad, no tengo idea de lo que me pasó. ─Trata de justificarse, se siente el peor ser humano del planeta.
─Yugyeom dijo que se confesaría aunque supiera que ya tengo novio para poder dejar ir esos sentimientos ─indica con calma─. Pero tú no oíste esa parte porque llegaste cuando acepté escucharlo por cortesía, fue todo un malentendido. Tú eres el amor de mi vida, bebé. No tengo ojos para nadie más.
─Lo sé. ─Se sienta, tiene tantas cosas en la cabeza justo en ese instante.
─ ¿Qué es lo que te atribula, TaeTae? ─pregunta acariciando una de sus mejillas.
─Siempre te reprendo por ponerte celoso, hasta te dejé en abstinencia, sin embargo, acabo de demostrar la doble moral que utilizo.
─Ambos sabemos que ser celosos no es bueno ─admite con desagrado─. Pero también somos conscientes que es algo difícil de manejar. Debemos trabajar en eso. ─Sonríe comprensivo porque sabe muy bien cómo se siente Taehyung en ese momento.
─Te amo, lo sabes, ¿verdad?
─Lo sé ─responde dejando un beso en sus labios y lo abraza meciéndolo como a un bebé. Deja que el mayor se pierda en su calor y su aroma, sabe que se siente protegido en sus brazos.
─Kookie... estuve pensando en algo ─dice contra el hueco de su cuello.
─ ¿Qué pasa por tu linda cabecita?
─Dejaré de tenerte en abstinencia ─susurra besando su piel, lo siente tensarse de inmediato─. Buscaremos otra forma de trabajar en nuestros celos, si lo que dices es cierto, hemos progresado mucho al darnos cuenta de nuestros errores.
─Lo lamento, dirás que soy un hormonal pero, dejé de escucharte desde que mencionaste que ya puedo follarte ─contesta mirando su cuerpo apetecible, sus manos burlan la remera del acanelado para perderse en la piel tibia que quiere adorar sin ninguna tela de por medio. Su respiración se vuelve pesada, se pierde en la suavidad del cuerpo aurisolar que tanto estuvo deseando, ni dormido dejo de perseguirlo con ese hermoso color y tibieza.
─Pero no justo ahora, Jeon ─ríe viendo el puchero en los labios ajenos─. Tenemos que ir a hacer las compras para la semana, tengo un cupón para comprar dos paquetes de Banana Milk a mitad de precio y vence hoy.
─Sigues siendo cruel, no debiste decirme que ya puedo colarme entre tus piernas, no podré concentrarme en otra cosa que no sea tu lindo trasero respingón moviéndose mientras caminas por los pasillos del supermercado. No es mi culpa si la gente nos mira raro.
─Suenas como todo un pequeño pervertido ─se burla levantándose para ir por dinero.
─ ¿Está mal desear a mi novio? ─Lo sigue hasta que salen de la alcoba.
─También debemos pasar por la lavandería, preparar la cena y tengo dos trabajos finales que terminar... me dijiste que debes preparar una exposición para mañana, ¿no?
─Empiezo a pensar que te gusta torturarme.
─Un poquito ─admite antes de empezar a correr, Jungkook lo persigue y parecen dos infantes. Sus risas resuenan en el departamento. Cuando es atrapado, se dan un dulce e inocente beso.
─Hablando en serio, apoyo la idea de trabajar en ello.
─Muy bien, entonces lo haremos.
Jungkook alza las cejas de forma sugestiva y el peliazul resopla cruzándose de brazos.
─Sólo bromeo, sé a lo que te refieres, bebé.
─Eres tan bobito ─dice apretando sus mejillas.
─ ¿Qué te parece si en lugar de cocinar, vamos a comer hamburguesas luego de hacer las compras? Así nos ahorramos todo el desastre y tendremos más tiempo para hacer lo de la universidad ─propone alejándose de las manos de su novio y abrazándolo casi al estar frente a la puerta.
─Por eso te amo.
─ ¿Más que a las hamburguesas? ─Corre tras su novio fuera del departamento─. Dime, mi vida: entre las fresas, Gucci, las hamburguesas y yo... ¿a cuál escoges?
─A ti. ─Voltea enlazando sus brazos al cuello del menor tirando de él hacia el ascensor─. Mi hombre con mucho dinero.
─ ¿Así que te conquistó mi billetera? ─bromea apretando el número uno.
─Sí, fue lo primero que hizo latir mi corazón ─Le sigue el juego.
─Como si lo fuera, ni siquiera sabías qué color era mi billetera cuando aceptaste salir conmigo.
─Te elegí viendo el bulto en tus pantalones.
─Y dices que yo soy el pervertido hormonal.
─Somos el uno para el otro, Kookie hyung.
-electrahearth-
Un capítulo más y termina la historia.
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Cómo Sobrevivir a la Abstinencia -KookTae
Short Story─ ¿Qué sucede, bebé? ─No puedes hacer esto, no es así de simple. No tendremos sexo si no te lo tomas en serio. ─Siempre me tomo el sexo en serio, te lo he demostrado. ─ ¡No me refiero al sexo! Hasta que realmente reflexiones y moderes tu actitud con...