10. Fuera de la Abstinencia.

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La última semana de clases fue estresante para todos, trabajos finales, exposiciones y examenes. Taehyung y Jungkook sobrevivieron a base de café y pequeñas siestas acurrucados en el sofá; aunque el pelirrojo ya no está en abstinencia, la universidad se encargó de no darle más que escaso tiempo juntos donde compartieron besos y algunas melosas palabras. Hasta que empiezan las vacaciones, su grupo de amigos en común planea un viaje a la playa donde los tíos de Hoseok tienen un pequeño hotel.

Cada pareja deja sus cosas en la habitación que compartirá, se visten con ropa más holgada y pasan todo el día en la playa jugando, nadando y recorriendo los alrededores. El tiempo a solas es escaso. Contra todo pronóstico, el más afectado no parece ser Jungkook, sino Taehyung que al final del día se siente decaído y se retira primero luego de cenar dejando a los demás bebiendo y riendo de estupideces, de las cosas que también disfrutaría si no fuera porque realmente desea pasar tiempo con su pareja, de forma íntima, cosa que Jungkook al parecer no extraña tanto como decía.

El peliazul decide bañarse y meterse a la cama, pone un poco de música, se quita las prendas y se pierde en el agua. Al salir, encuentra a su novio recostado en una de las paredes. Jungkook clava su oscura mirada en su cuerpo cubierto sólo por una bata.

─ ¿Sucede algo, bebé? ─pregunta acercándose al mayor con lentitud.

─Nada ─responde despeinando sus hebras añiles, trata de distraerse con cualquier objeto en la alcoba evitando al pelirrojo.

─Estamos solos ─susurra Jungkook atrapándolo antes de que escape. Sus manos se cierran en las caderas ajenas tirando de su cuerpo para acercarse─. Estas desnudo y mojado, bebé. Justo como te soñé.

─ ¿Qué haces? ─Su débil pregunta y su falta de oposición lo invitan a continuar y aprovecha para abrirle la bata dejando su piel aurisolar expuesta.

─Dije que si me dejabas meterme entre tus piernas, te lo haría rudo y tan bien que me sentirías ardiendo en tu piel por días. Que no podrías sacarme de tu cuerpo ─murmura erizándole la piel con su aliento por todo el hombro, la clavícula y el cuello. Jungkook no sube de tono su toque todavía, sin embargo, su presencia grita que es un animal hambriento─. Eso haré, me tatuaré en cada rincón borrando todo el tiempo que nuestros cuerpos se extrañaron.

─K-Kookie, n-no podemos hacerlo. Los tíos de Hobi hyung nos acogieron y ¡mgh! ─gime al sentir los dientes en su hombro, luego la humedad de la lengua barriendo la zona antes de un beso. El de hebras cereza tira la bata al suelo, sus manos suben desde la linea S de su espalda hasta la altura de sus omóplatos, vuelve a hacer su recorrido bajando hasta los glúteos mullidos que presiona con toda la palma cernida en grabar su redondez. Taehyung se sostiene en su novio, su presencia, su toque quemándolo, su olor... quiebra sus barreras con facilidad.

─No seré razonable hoy, bebé. ─Deja otra marca en su cuello y sube la mirada. Taehyung puede ver la lujuria reflejada en sus pupilas dilatadas, brunas, brillando de deseo; se siente demoledoramente bien que Jungkook no se reprima en mostrarle la manera en la que lo anhela, que sus ojos quieran arrastrarlo hasta el abismo de la lujuria, dejarlo caer al vacío y su cuerpo lo espere en el fondo para poseerlo, para no dejarlo escapar.

Se ofrece dando sus labios, deja que el menor tome las riendas, que rompa la tensión que parece querer ahogarlos. Jungkook no tarda en tomarlo en un ambicioso sorbo bebiéndolo como si hubiera muerto de sed durante mucho tiempo, lo saborea en cada movimiento demandando darse sin reparos. Lo pega a él alejando todo espacio, haciendo que sea consciente sólo de su presencia llenando cada rincón, demencialmente bien, su lengua busca profanar su boca, lo muerde como a un fruto maduro, lo recorre robando cada jadeo sonriendo porque es el causante. El ritmo que impone no da tregua, es adictivo, profundizándose, grabándose a perpetuidad. Ambos pierden el sentido del tiempo y de todo lo que esté fuera de su abrazo. Taehyung lo busca, tira de sus cabellos, le entrega el mando dispuesto a seguirlo hasta el final. Cuando el aire se hace realmente indispensable, ambos boquean con un mismo aliento sin rendirse totalmente. Ese beso abre paso al pináculo de su intimidad, las manos buscan marcar su camino en sus pieles, sus cuerpos necesitan más contacto y el mayor tira de la remera de Jungkook mostrando la necesidad de tenerlo desnudo.

Cómo Sobrevivir a la Abstinencia -KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora