Capítulo XV: Esto no quedará así.

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Lo último que recuerdo fue escuchar la voz de mi madre . Estaba en un sofá de la sala del rector, frente a mí estaba sentado ese chico nuevo, Roy Wexler. Al parecer ambos nos habíamos desmayado al mismo tiempo, a mi derecha estaba mi madre con un sonrisa en su rostro, aunque su mirada decía lo contrario. A mi izquierda estaba el rector de la escuela, haciendo una llamada, a quién sabe. En ese momento por la puerta entraba el preceptor que fue testigo de lo sucedido. Miro mi reloj y marca las 11:34 hs, estuve dormido como 2 horas, en ese tiempo llamaron a mi madre, le preguntaron si yo tenía alguna historia clínica pero como es normal, nunca tuve una enfermedad rara ni padezco de asma.

Kai: Mamá, ¿qué sucede?¿Está todo bien?
Madre: Sí, sí. Sólo me llamaron porque te desmayaste y se habían asustado tanto como yo.
Kai: Bueno, como puedes ver estoy muy bien no hay nada de qué preocuparse. ─miro hacia el lado donde está Roy Wexler─ Y tú, ¿estás bien?
Roy: No te hagas como si te importara, no somos compañeros, y no te preocupes por mí. Estoy tan bien como tú.
Preceptor: Bueno, bueno. Fue suficiente por este día, cada uno puede ir a sus casas. Este es un establecimiento donde se viene a estudiar, no para estar discutiendo con otros. ¿Les quedó claro?
Kai: Sí.
Roy: Como no. ─lo dice con un tono sarcástico─
Preceptor: Disculpe Sr.Wexler, no lo oí bien. ¿Le quedó claro que aquí se viene a estudiar y a no perjudicar a sus compañero?
Roy: Ya le dije que si. ─lo dice levantando la voz─

Luego de eso, mamá me llevó de nuevo a casa. Fue raro que me desmayara así de la nada, pero lo más raro fue que me desmayé al mismo tiempo que ese tal Roy Wexler. De seguro fue obra del reloj y lo afectó también a él, pero, eso no significa que también tendría que haber afectado al preceptor, y sin embargo no dijo nada acerca si él también tuvo un efecto. Cada vez que lo pienso en eso se vuelve más extraño esto.

Madre: ¿En qué estás pensando?
Kai: En nada, ¿por qué?
Madre: Estás poniendo una cara de que te preocupa algo, siempre que lo haces frunces el entrecejo y cruzas los dedos de las manos y te los llevas al mentón.
Kai: Eso no es verdad. ─saco mis manos de mi rostro y desvío la vista hacia un lado─ Bueno, la verdad es que ya sabes que nunca tuve un problema similar esto, desde que tengo memoria siempre hice deporte y eso fortaleció mis pulmones, así que diría que no tengo problemas respiratorios.
Madre: Bueno, en cualquiera de los casos sería mejor hacer un chequeo para estar seguro. Ya sabes: "Más vale prevenir que lamentar".
Kai: Sí, sí. Tienes razón.

Al llegar a casa me cambié de remera y sentí un dolor en mi muñeca. La observé y comencé a notar que salía un poco de sangre debajo del reloj. Raro, no sentí nada, ni siquiera me percaté que tenía una herida en la muñeca. Intenté quitarme el reloj pero al momento que lo hice salió una chispa y me dio una descarga eléctrica tan fuerte que sentí cada célula de mi cuerpo y caí desmayado.
Desperté en la oscura y profunda sombra que dejaba mi habitación por ausencia del sol, mientras se veía cómo se reflejaban por la ventana las nítidas luces de los semáforo y autos que transitaban a mitad de la joven noche. 20:18hs marcaba el reloj, por lo poco que podía ver a través de las manecillas nocturnas. Prendí una luz y noté que ya no había sangre, ni residuos de ella. ¿Me lo habré estado imaginando?


Si lo hubiera sabido antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora