Capítulo 3

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Cuando me dirijo a la parada del bus para ir a mi casa, veo una camioneta deportiva muy elegante que se acerca en mi dirección. Inmediatamente mis nervios se incrementan, y enciendo mis alarmas viendo que direcciones tengo para correr. Cruzo los dedos dentro de mis bolsillos rogándo que no se detenga, porque he visto tantas películas donde esto sucede... Una chica sola e indefensa se ve interceptada por un auto de vidrios ahumados y luego su cuerpo es encontrado en un río, una maleta, en la basura; otras veces ni aparecen.

Lo que tanto temía pasa, se estaciona frente a mi. Mi corazón late muy rápido y no puedo evitar temblar. El conductor baja sus vidrios y no sé como reaccionar.

-Hey, sube!

Es él... El chico que conocí esta mañana. Me regala su encantadora sonrisa y mi cuerpo va relajandose poco a poco.

-Lu, ¿estás bien? - sale de su auto y se acerca a mi corriendo.

- Pe... Pero... - tartamudeo porque no puedo creer que sea él. - ¿Qué te sucede? Casi me matas del susto, no puedes aparecerle asi de la nada a una chica, con tu camionetota de vidrios oscuros y, y, y... - le digo, haciendo el intento de empujarlo, porque lógicamente es más fuerte que yo y mi acción no parece afectarle en nada.

El chico me ve extrañado y poco a poco se comienza a formar una sonrisa en sus labios para dar paso a una gran carcajada que no cesa en lo que parecen minutos.

-Lu, calma... - sigue con su risa y tiene que tomar una bocanada de aire para poder continuar con lo que espero sea su justificación al tremendo susto que me hizo pasar, pero no lo dejo terminar con ella y respondo.

- ¿Calma? Pensé que mi próxima visión sería como un espíritu, que mi foto estaría en un papel porque mi familia y amigos me buscarían sin saber que ya no me encontrarían.

La verdad es que estoy muy furiosa, pero admito que su risa incontrolable me hizo olvidar los nervios. Este chico se ve tan tranquilo y me genera mucha confianza, me siento a salvo.

- Oh no, no quería asustarte. Te vi sola y pensé que quizá querrías un aventón, nunca fue mi intención causarte un mini infarto. - su voz es tan serena, se ve tan paciente y tranquilo.

- Si, como sea.

- Entonces, ¿Quieres que te lleve? Puedo ser tu héroe, si te quedas aqui alguien más podría venir y no me perdonaría el que te sucediera algo por no insistirte en aceptar mi aventón.

- No te ves como Superman, o como Batman - ladeo mi cabeza como si lo evaluara para un casting - o Spiderman.

- Ningún súper héroe tiene el poder que tengo yo, ni te protegería como Oli Man lo haría. -y hace una pose muy chistosa inflando su pecho, con sus manos en la cintura y viendo a un lado.

Se me hace inevitable sonreír y siento mis cachetes hervir, eso solo significa una cosa... Estoy sonrojada.

-Bueno, Oli Man, aceptaré ser la doncella en peligro que se aparece en tu camino y la salvas para alimentar tu ego sintiendote su héroe. Solo tengo una condición.

Vuelve a reír y solo puedo pensar en que, si sigue sonriendo asi, le daré un puñetazo para que deje de ser tan encantador y pueda serle fiel a Julián en mi mente pervertida.

- Si, la que sea, pero sube ya porque un minuto más aqui y pasaré de ser tu héroe a ser un depredador por el hambre que tengo.

Sonrío y subo al auto.

- Y, ¿a dónde va la doncella?

-A mi casa, yo te guío.

Mientras él maneja siguiendo las instrucciones que le doy para llegar, hablamos de nuestras ideas para el proyecto.

- Genial, al menos me tocó trabajar con alguien inteligente.

- Lo mismo digo, porque eres inteligente ¿no?

- Pff, estás hablando con la inteligencia hecha hombre, querida Lu.

- Ja, desinflate. Si que eres presumido.

- Solo sé reconocer mis virtudes.

- Ya... Bueno, es ahí. - le señalo mi casa y me giro para tomar mis cosas.

Me voy a bajar y algo me frena, volteo y veo que me olvidó soltar el cinturón, asi que me apresuro en hacerlo sin ver a Oliver porque sé que se quiere reír, pero me enredo con la cinta y para zafarme doy un manotazo que sin querer hiere al chico.

- Auch, esperaba un gracias, no un golpe - dice y se toca el hombro afectado con cara de drama.

Cuando logro salir del enredo que tiene mi cabello, el cinturón y mi bolso, abro la puerta y salgo de un salto.

- Gracias por el aventón, pero olvidaste la condición. Oli Man deberá ayudarme a tener un súper poder.

-No hay problema con ello, se lo comentaré y veremos que podemos hacer contigo.

Niego con la cabeza y sonrío.

-Mañana te envío los apuntes que tome esta tarde de la investigación para el proyecto. Adiós, Oliv.

-Nos vemos, Lu.

Sé que lo acabo de conocer, pero este chico me inspira confianza, tiene una vibra muy agradable, quizá seamos grandes amigos.

Dibujando un Arcoíris🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora