Artemis Black- Harry Potter y la cámara secreta

Cartas

Los días con los gemelos nunca eran aburridas, siempre jugábamos Quidditch y contábamos cosas graciosas, atenea no estaba conmigo, salió en la noche y no ha regresado, estábamos en la cocina desayunando, yo estaba sentada a un lado de Ginny que cuando vio entrar a Harry se pegó y tiró cosas.

– Han llegado cartas del colegio – dijo el señor Weasley entregando a Harry y a Ron dos sobres idénticos de pergamino amarillento, con la dirección escrita en tinta verde-. Dumbledore ya sabe que estás aquí, Harry; a ese no se le escapa una. También han llegado cartas para vosotros dos –añadió, al ver entrar tranquilamente a Fred y George, todavía en pijama. – Artemis la tuya no se encuentra con la de los muchachos, te llego ayer por casualidad.

– No señor weasley tal vez ya me expulsaron– comenté pensando en la magia que hice–.

Todos me quedaron viendo con preocupación, más los chicos porque saben que hice magia, pero bueno. En entonces vi hacia la ventana y vi a atenea entro con la carta de Hogwarts y otro que era completamente negro y elegante, bueno de quien será. La guarde luego la abriría.

– De quien es la carta arty .– me pregunto Ginny –.

– La verdad, no lo sé, cuando termine de desayunar la voy a leer

Le di una sonrisa y comencé a leer, hay no, libros de este rubio Gilderoy Lockhart. Esto debe ser caro, que bueno que antes de venir fui a mi bóveda, aunque son mis ideas o hay más dinero que el año anterior, creo que es la mitad de la herencia Black, o quien sabe lo que Regulus hizo. Fred se acercó a mí y vio mi carta luego fue con Harry.

–¡También a ustedes le han mandado todos los libros de Lockhart! –exclamó–. El nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras debe de ser un fan suyo; apuesto a que es una bruja.

En ese instante, Fred vio que su madre lo miraba severamente, y trató de disimular untándose mermelada en el pan.

–Todos estos libros no resultarán baratos –observó George, mirando de reojo a sus padres–. De hecho, los libros de Lockhart son muy caros...

–Bueno, ya nos apañaremos –repuso la señora Weasley, aunque parecía preocupada–. Espero que a Ginny le puedan servir muchas de vuestras cosas.

–¿Es que ya vas a empezar en Hogwarts este curso? –preguntó Harry a Ginny

Ella asintió con la cabeza, enrojeciendo hasta la raíz del pelo, que era de color rojo encendido, y metió el codo en el plato de la mantequilla. Afortunadamente, los únicos que nos dimos cuenta fue Harry y Yo, porque Percy el hermano mayor de Ron, entraba en aquel preciso instante. Ya se había vestido y lucía la insignia de prefecto de Hogwarts en el chaleco de punto.

–Buenos días a todos –saludó Percy con voz segura–. Hace un hermoso día.

Yo levante la cabeza al escuchar eso y accidentalmente leí su mente, y bajé mi cabeza y comencé a reír, Percy jajaja Percy tenía novia y lo quería , bueno lo quiere ocultar, pero a que le tendrás miedo Percy, porque lo ocultas.

–¡Errol! –exclamó Ron, cogiendo a la maltratada lechuza y sacándole una carta que llevaba debajo del ala–. ¡Por fin! Aquí está la respuesta de Hermione. Le escribí contándole que te íbamos a rescatar de los Dursley .

Vi como Ron llevo a Errol a un lugar para descansar y Ron sacó la carta para comenzar a leerla.

Querido Ron, y Harry, si estás ahí:

Espero que todo saliera bien y que Harry esté estupendamente, y que no hayas tenido que saltarte las normas para sacarlo, Ron, porque eso traería problemas también a Harry. He estado muy preocupada y, si Harry está bien, te ruego que me escribas lo antes posible para contármelo, aunque quizá sería mejor que usaras otra lechuza, porque creo que ésta no aguantará un viaje más.