Artemis Black- Harry Potter y la cámara secreta

La Pelota Loca

El sueño que tuve me ha dejado demasiado pensativa, en todas las clases no me pude concentrar, mi poción multijugos casi la echo a perder, no he tenido ninguna clase particular, estaba sentada en la sala común ya casi era la hora de ir a la cena, pero no tenía mucha hambre, mi tobillo me dolía demasiado, creo que fue por lo del sauce, pero en todos estos días nunca me había dolido así.

Me estaba vendado el tobillo, con una venda que robaron los gemelos de la enfermería, ellos en estos momentos deben estar haciendo una broma.

Escuche a alguien entrar eran Harry, Ron y Hermione, estaban hablando de no sé qué.

— Hola Arty — dijo Hermione con una sonrisa, yo se la devolví con una mueca porque me apreté el tobillo –, ¿estás bien?

— Si, solo es mi tobillo, van a ir a cenar

— Si — contesto Ron — nos quieres acompañar.

— Claro ... solo me pongo la cinta y listo

— Te ayudo — pregunto Harry –.

— Gracias.

Salimos hacia el pasillo, estaba lleno de personas que salían por sus clases, alguien me empujó y mi tobillo se torció poco, pero de todos modos me dolió, bueno me iba caer, pero alguien me sostuvo vi que fue Wood, me sonrió y se fue, de nuevo fui con los chicos, entonces se escuchó una voz.

—¡Eh, Harry!

—¡Hola, Colin! —dijo Harry

—Harry, Harry..., en mi clase un chaval ha estado diciendo que tú eres...

Pero Colin era demasiado pequeño para luchar contra la marea de gente que lo llevaba hacia el Gran Comedor. Le oyeron chillar:

—¡Hasta luego, Harry! —Y desapareció.

Hablan de Harry, que tonterías dirán.

—¿Qué es lo que dice sobre ti un chaval de su clase? —preguntó Hermione.

—Que soy el heredero de Slytherin, supongo —dijo Harry.

—La gente aquí es capaz de creerse cualquier cosa —dijo Ron, con disgusto.

— Si, además son unos hipócritas

La masa de alumnos se aclaró, y consiguieron subir sin dificultad al siguiente rellano.

—¿Crees que realmente hay una Cámara de los Secretos? —preguntó Ron a Hermione.

—No lo sé —respondió ella, frunciendo el entrecejo—. Dumbledore no fue capaz de curar a la Señora Norris, y eso me hace sospechar que quienquiera que la atacase no debía de ser..., bueno..., humano.

— Eso es cierto, pero que, como dijo Dumbledore es magia negra muy poderosa.

Al doblar la esquina se encontraron en un extremo del mismo corredor en que había tenido lugar la agresión. Se detuvieron y miraron. El lugar estaba tal como lo habían encontrado aquella noche, salvo que ningún gato tieso colgaba de la argolla en que se fijaba la antorcha, y que había una silla apoyada contra la pared del mensaje: «La cámara ha sido abierta.»

—Aquí es donde Filch ha estado haciendo guardia —dijo Ron.

Se miraron unos a otros. El corredor se encontraba desierto.

—No hay nada malo en echar un vistazo —dijo Harry, dejando la bolsa en el suelo y poniéndose a gatear en busca de alguna pista.

—¡Esto está chamuscado! —dijo—. ¡Aquí... y aquí!