❝It wasn't bad.❞
Al cumplir los once años una carta llegaba a cada niño con habilidades mágicas, quienes son nacidos de magos esperan con ansías la llegada de dicho sobre. Jesabella y Holland Barker habían sido parte de ese porcentaje de niños nacidos de un linaje de brujos que esperaba con emoción la llegada de aquella carta, sus padres se habían encargado de hablarle del lugar al que irían; Hogwarts, pero también de recalcar a cierta casa de colores verde y plata, dejando a las dos con un solo objetivo; entrar a la casa de Salazar Slytherin.
El hijo mayor del matrimonio ya había pasado por el sentimiento de recibir su carta, para luego decir con orgullo que había quedado en Slytherin, el peso quedaba en las dos menores.
Al llegar el primero de septiembre la mayor de las dos subió al tren escarlata rumbo al castillo, Jesabella no podía estar más feliz por su hermana, le pidió que le contara cómo era, pero sobre todo que le hablara de la casa de las serpientes, pero jamás llegó a saber pues ella recordaba como a la mañana siguiente la llegada de una lechuza gris provocaba la furia de su padre, quien luego de leer su contenido se levantó de la mesa y caminó hacia la habitación del árbol genealógico provocando la mancha ya conocida donde el nombre y rostro de su hermana se encontraba.
Su padre luego dijo que su hermana había deshonrado a la familia al quedar en aquella casa, su madre le explicó que había quedado en Hufflepuff, Ella no veía tan importante el haber quedado en otra casa como para que le hicieran eso al retrato, pero prefirió no decir nada y acatar las nuevas normas que su padre le daba con respecto a su hermana.
Desde aquel día la relación entre ambas se deterioró, aun cuando Ella quería seguir como antes, Holland prefirió alejarse para no afectarla, lo que llevaba a ambas hermanas a ir cada una por su camino cuando el regreso a clases llegaba.
La estación se encontraba llena de familias que despedían a sus hijos, algo que Ella solo experimentó en sus primeros años, por lo que no era raro ver a la Princesita de Slytherin caminar sola entre el tumulto de personas.
— ¡Jesabella! —gritaron llamando la atención de la nombrada, sus pasos se detuvieron y observó cómo su amiga y compañera de casa se acercaba a ella con una sonrisa en su rostro.
— Hola Caroline, ¿cómo estuvo tu verano?
— Asqueroso, mi padre creyó que era una buena idea visitar a mi tía, la que se fue a América luego de terminar sus estudios, bueno, el problema es que su escapada era para estar con un muggle, al llegar la vimos vivir en una casa horrible junto a su esposo e hijo.
— ¿Acaso no lo sabían?
— ¡No! Cada uno en la familia perdió contacto con ella, fue papá quien supo dónde estaba y al ser su hermana favorita nos llevó, fue asqueroso. —murmuró haciendo una mueca— No puedo creer que tengamos que convivir con ellos. —musitó con asco al ver pasar a Lily Evans frente a ellas. Los labios de Ella se hicieron una línea para evitar decir algo— ¿Qué tal tu verano?
— No estuvo mal.
— ¿No estuvo mal? —cuestionó.
— No estuvo mal. —repitió pues era cierto, su familia había pasado en distintas reuniones, de las que estaba segura tenían que ver con los seguidores de Lord Voldemort— No hicimos mucho, papá tenía cosas que hacer en el ministerio. —mintió.
— Muchísimo mejor que estar rodeada de la traidora y esas sangres sucias.
— Si... Lo es. —susurró dando rienda suelta a que Caroline Dekker siguiera quejándose sobre los nacidos de muggles que estudiaban en el mismo lugar que alguien como ella. La familia Dekker era parte de quienes consideraban la pureza de sangre lo primordial, quizás por esa razón es que habían enviado al hermano mayor de la rubia hasta Durmstrang, donde no se recibía a los nacidos de muggles, para mala suerte de la rubia su madre no estuvo de acuerdo en enviarla hasta allá dejándola en Hogwarts.
Al subir al tren y que este empezara a moverse fue el único momento en que ella guardó silencio, aún que Ella sabía que seguía quejándose en su cabeza, la castaña tomó con más fuerza la pequeña caja donde su gato descansaba y siguió con su camino hacia los compartimientos donde todos los Slytherin solían quedarse.
— ¿Qué es lo que te atormenta? —inquirió Ella al ver de reojo a su amiga morder su labio, una clara señal de que se estaba guardando el decir algo.
Las dos Slytherin entraron a los compartimientos y se acomodaron, el maullar del gato fue la señal para que Ella abriera la puerta de su jaula y lo dejará salir para que estirara sus patas.
— Tu hermana está saliendo con Michael Sanders.
— ¿Qué?
— Me sorprende que no lo sepas, se los vio a final del año besándose, Beatriz los vio también y se lo dijo a sus padres, así fue como llegó hacia mí. —respondió y Ella recordó la pelea que su hermana tuvo con su padre.
— ¿Podrías cuidar Miek? —preguntó y sin esperar respuesta alguna salió del compartimiento en busca de su hermana. Ella reconocía a Michael Sanders, premio anual de la casa de Ravenclaw, nacido de muggles.
Su cuerpo esquivó a los pocos estudiantes que se movían en los pasillos en busca de un compartimento o bien de sus amigos, los ojos de la Slytherin observaban rápidamente por cada ventana hasta dar con la persona que buscaba. La puerta del compartimiento se abrió con brusquedad llamando la atención de los que estaban ahí dentro.
La mirada de ambas hermanas se encontró dejándole claro a la una lo que hacía la otra ahí, Holland se levantó de su asiento y caminó hacia Ella.
— ¿Michael Sanders? —preguntó— ¿Estás loca acaso? Nuestros padres planeaban olvidar el que estés en Hufflepuff.
— Si, pero con un matrimonio arreglado y no pienso casarme con alguien, mucho menos para vivir bajo su sombra.
— Pero eso no quería decir que tenías que salir con...
— ¿Una sangre sucia? —inquirió.
— No pensaba decir esa palabra. —rectificó, pero Holland rodó los ojos.
— Ella, no eres quien, para darme un consejo, puedes quedarte con tu pensamiento de sangres puras. —musitó antes de volver a ingresar al compartimiento, pero deteniéndose sólo para girar su cabeza ligeramente y sonreír de manera petulante— Aunque te recuerdo que uno de tus amigos es un nacido de muggle y también tienes a un traidor, papá tampoco estaría muy feliz de saber eso.
La Hufflepuff entró al compartimiento dejando a la castaña con la palabra en la boca y la furia emanando de sus poros, el puño de esta se cerró con fuerza dejando una ligera marca de uñas en su palma.
ESTÁS LEYENDO
Flicker ➳ Marauders Era
Fanfic❝Hay una luz en la oscuridad.❞ #MagicGoblet The Marauders Fanfic Sirius Black x oc Todos los derechos reservados ©2020