Capítulo 5

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-Un Día Después-

Suspiré cansado, me estaba volviendo viejo, tardé cinco horas completas en eliminar la vida de un planeta. Bueno, normalmente tardaba más, pero hoy tenía armas nuevas y la capacidad de transportarme de cualquier lugar a cualquier otro lugar de forma instantánea.

Además de que era un planeta que se encontraba en guerra siempre, había demasiadas bases con diferentes tropas medianamente grandes en cada rincón del planeta… En otras palabras, Como las ratas, Eran muchos, se escondían bien, eran escurridizos y vivían en un gran planeta.

Aunque finalmente pasó lo inevitable, canalizando toda mi energía a mis nuevas hachas diezmé a la mitad del planeta, y créanme que fui muy específico cuando digo “La Mitad”. Luego los dejé un par de horas, y luego de dos horas con veinte minutos mi plan funcionó.

Todos se reunieron, hicieron un ejército masivo y dejaron a un lado sus diferencias para atacarme. 

Todo exactamente cómo lo planeé.

No es por ser cruel, ni desconsiderado ni creerme un dios, pero merecían morir. ¿Por qué? Pues, porque luego de sacarle información a un par descubrí que, en tres mil años de civilización, sólo doscientos años han sido pacíficos… Y aún había una guerra fría entre muchos ejércitos.

Planetas como este no aportan nada a la vida desde mi punto de vista. Las guerras obligan a los seres vivos a evolucionar, y para evolucionar se necesitan muchos recursos, y un planeta que vive en guerra se enfoca sólo en la guerra y olvida que los recursos de un planeta son finitos. 

Literalmente es cuestión de años para que el planeta muera con todos en ellos, porque con una guerra activa en todo un planeta lo menos que se les ocurre es salir a otros planetas a buscar recursos. 

Y eso nos lleva a la actualidad, donde su humildad personificada favorita les da una utilidad a sus vidas. Porque se puede decir que literal sólo ataqué a este planeta para probar mis hachas nuevas.

Actualmente me encontraba en el medio de un ejército de una raza ahora extinta, y no hay que remarcar el hecho de que todo el “Ejército” Está muerto. Yo me encontraba en una montaña de cadáveres de unos ocho metros de altura, con el tiempo descubrí que es más fácil hacer montañas de cadáveres, que son curiosamente cómodas cabe recalcar, a hacer Mini-Castillos de magia negra que eran poco cómodos.

Fenrir se encontraba a unos metros de mí, estaba enojado conmigo por no dejarlo luchar. Tienen que admitir que ese perro es un chota, literal se queja por todo, además de ser demasiado celoso. 

¿Dato curioso? Entre los doscientos y quinientos años los Asgardianos pasamos por lo que los Midgardianos llaman pubertad, y a esa edad nos empiezan a dar impulsos sexuales irreprimibles. Y ahora, con este lobo excesivamente posesivo, dudo que pase esa época sin dejar una cantidad de muertos muy alta.

Pero bueno, regresando al punto.

Me encontraba descansando, curiosamente me había cansado de más, estas armas consumen demasiada magia, sin mencionar que utilicé ataques demasiado devastadores.

Desde causar una tormenta eléctrica que diezmó a la mitad de un planeta, hasta intensificar mis poderes psíquicos para hacer un meteorito con el cual sepulté a la mitad del ejército de varios millones de seres vivos. Estas armas eran poderosas, y ahora no sé cómo viví tanto tiempo sin armas como estas.

Las llamé Hachas del Caos. No sé porqué se me hacía familiar ese nombre… Tal vez lo escuché en mi vida anterior… Que sé que tuve una vida anterior, pero no recuerdo mucho… Tal vez nada a decir verdad…

Dejé un diario en mi cuarto, en ese diario están las ubicaciones de las Gemas Del Infinito, o la mayoría de ellas, hay una minoría que no entiendo porqué solo aparecen fechas en lugar de ubicaciones… 

El Nuevo Dios De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora