Capítulo 6

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Derek.

No puedo borrar la sonrisa de mi rostro. Ella accedió venir conmigo, y todo lo que quiero es besarla, y sostenerla. Es preciosa, y su dulce olor está en cada parte de mí. No suelto su mano en ningún momento cuando ingresamos al departamento, y cierro la puerta con llave.

—¿Dónde estamos? —pregunta tímidamente, y con los ojos bien abiertos.

—Es mi departamento, aquí tendremos más privacidad —Le digo —. En mi casa no la tenemos. Kelly entra y sale de mi habitación cuando quiere. Es muy curiosa.

Me dedica una pequeña sonrisa.

—Ella es adorable.

Este departamento la compré hace un año, pero jamás lo usé hasta ahora. Isabella mira nuestro entorno bastante sorprendida. Puedo notar por sus reacciones que jamás ha estado en lugares tan lujosos.

—Es muy bonito.

—Lo compré hace un año.

—¿Aquí vienes con otras chicas? —pregunta, y no puedo evitar sonreír. Suena celosa.

—Mmm... no —digo, y doy un paso cerca de ella —. Sólo lo compré porque quise, y para estar solo un momento.

—¿Solo sin Kelly?

—Sí.

Vine aquí un par de semanas para olvidar el pasado un momento. Éste es mi espacio, donde puedo ser yo mismo, y quiero que Isabella lo conozca.

—Me gustaría conocerte un poco más —susurra sorprendiéndome.

—Te traje aquí para hablar, y estar a solas contigo. Puedes preguntarme todo lo que quieras —sonrío —. ¿Deseas tomar algo?, ¿tienes hambre?

—No —admite —. Estoy un poco cansada.

Tomo su mano, y empiezo a guiarla en mi habitación. Hay una gran cama ahí, y todo lo que quiero es desnudarla. Joder, las ganas de follarla me están matando.

—Isabella...

—¿Sí?

Me pego a su cuerpo, y ella se tensa. Estoy rodeando su cintura desde atrás, y beso su cuello. Gime un momento, y casi pierdo el control.

—Te traje aquí porque me muero por tenerte.

—Derek...

—No he podido dejar de pensar en ti los últimos días, preciosa. Estás en mi cabeza, y no puedo sacarte de ahí.

—Yo no estoy aquí para trabajar.

Me tenso.

—¿Tampoco quieres estar conmigo?

—Derek...

—Por favor... —Le digo —. Estás volviéndome loco, Isabella. Te deseo tanto. Por favor, nena.

No puedo creer que esté mendigando por sexo, pero esta mujer me tiene tan loco. Quiero tener el privilegio de disfrutar su cuerpo, y hacerla perder el maldito sentido.

Ella se voltea, y entonces su boca está sobre la mía en un beso casi desesperado. Tomo su cintura, y la levanto mientras envuelve sus piernas a mí alrededor. Sus dedos buscan a tientas los botones de mi camisa, y me ayuda a quitármelo.

Ambos caemos sobre la cama conmigo sobre ella. Le quito su pequeña falda, junto a su tanga, y empiezo a besar su estómago plano, lamiendo su piel. Gime con tanta fuerza, y sé que está bastante ansiosa.

—¿Me quieres dentro de ti, preciosa?

Atrapa su labio entre sus dientes, y asiente.

—Sí, por favor.

Te Deseo, Isabella. (RETIRADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora