Capítulo 4: El error

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Rafa volvía de teatro dándole vueltas a la situación. ¿Qué había pasado? ¿Por qué lo había besado? Era incapaz de quitarse esas preguntas de la cabeza, no podía pensar en otra cosa. Decidió en ese momento llamar a Gèrard.

-Hola tío, ¿puedes hablar?

-Eeemm..-dudó- sí, sí, claro, dime- Adiós Anne mañana nos vemos.

-Uy, ¿Quién es esa Anne?-le preguntó burlón a su amigo.

-Calla anda, es la camarera de la Búsqueda- dudó si contarle algo más para terminar declinando la idea- ¿Qué ocurre? ¿Por qué me has llamado? Espero que no sea para preguntarme qué hay de cena- dijo irónico a la par que molesto por haber sido interrumpido en su conversación con Anne.

-No, no, tío, es importante. Eva me ha besado.

Gèrard no podía creerlo, ¿había escuchado bien a su amigo? ¿En qué momento se había perdido ese capítulo de su vida? Siguió divagando en sus pensamientos mientras escuchaba a Rafa hablar atropelladamente al otro lado de la línea.

-... Y de repente me besó, y no lo ponía en el guión, y yo no entiendo nada, porque luego actuó como si nada, pero ¿por qué me besa tío , por qué? No lo entiendo, tiene problemas con su novio, tal vez sea por eso, estaba enfadada con él y me besó, pero ¿para qué? si él no lo iba a ver, tal vez le gusto tío, pero yo creo que no, ¡¡si tiene novio!!, ya sé, ya sé que pasó, se equivocó, no leyó bien el guión y se equivocó, tiene que ser eso, no creo que sea otra cosa, o tal vez puede que sea que...

-¡Rafa!- gritó para hacerse escuchar- ¡frena! No puedes estar así, tienes que hablar las cosas con ella de una vez por todas, queda con ella y habláis y lo aclaras.

Rafa se tranquilizó y pensó que Gèrard tenía razón, no podía seguir así, debía hablar con ella, así que dando las gracias a su amigo colgó y se dispuso a llamar a la de ojos azules, pero al minuto se arrepintió y no lo hizo.

*******

Eva y Anne se encontraron en el portal cuando ambas regresaban a casa, venían escuchando la playlist que las dos amigas tenían en común, pues como todos sabían tenían gustos similares. Se quitaron los auriculares para fundirse en un abrazo a modo de saludo. Cogieron el ascensor y subieron hasta el cuarto piso. El silencio era palpable en el ambiente hasta que entraron por la puerta del error, nombre que las tres amigas un día decidieron ponerle a su pequeño hogar en Madrid, tras considerar que vivir juntas fue una suerte, pero les parecía demasiado cursi.

-Oye- dijeron ambas amigas a la vez provocando sus risas.

-Tu primero- dijo la de rizos.

-He discutido con Hugo.

-Para variar- dijo Anne irónica.- en serio Eva, tienes que acabar con esto, no os estáis haciendo bien ninguno, o lo arreglais o lo dejáis pero no podéis seguir así.- decía a su amiga mientras entraban por la puerta del error.

-Eso no es todo Anne-le interrumpió- creó que me gusta otro chico.

-¡¿Qué, qué?! - Si Gèrard hubiese seguido en la Búsqueda seguro que hubiese escuchado sus gritos. ¿Gèrard? ¿Por qué pensaba ahora en él? suspiró y continuó escuchando a su amiga.

-Bueno, y lo he besado.

-¡¿Qué, qué?!- repitió ahora más bajo- explicame todo esto ya.-exigió.

-¿Te acuerdas de Rafa? El chico de rizos que va conmigo a teatro, te he hablado alguna vez de él

-Sí.

-Pues ese tía. Me gusta, cada día lo tengo más claro, pero yo a él no y además estoy con Hugo. Lo he besado y ni se ha inmutado, la verdad, la he cagado pero bien Anne.

Miradas indiscretas | Geranne/OT2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora