─ •*°🍒 𝑅 🍒°*• ─

1.1K 95 4
                                    

Habían pasado unas pocas semanas, en las cuales los dos chicos se habían vuelto mucho mas cercanos, a tal punto que ya tenían una especie de horario o rutina, la cual contemplaba ciertos días de la semana con actividades para realizar.

Y este era uno de los días que se encontraba dentro de su calendario de juntas, Cherry mentiría si dijera que se encontraba menos nerviosa que otros días. Era sábado y el simple hecho de que iba a salir con el ruloso la hacia sentir una mezcla de nerviosismo y entusiasmo.

Y tenia las razones suficientes para sentirse así, últimamente un chico de cabellos negros con rizos marcados era lo único que ocupaba su tiempo y aún más importante; su mente.

Finn daba vueltas y vueltas en su cabeza, y su inocente amistad ya no era lo único que Cherry deseaba tener con él.

Y es que Cherry nunca hubiese imaginado que terminaría en esa situación, queriendo ser dulce con Wolfhard, ser la razón por la que soltara sus tontas risas de niño pequeño.

Dios, le había gritado a su mejor amiga porque lo quería más él, él era más especial y lo sabía. Ya no podía ignorar ese hecho.

La pelirroja no era nada tonta, sabía lo que todo esto significaba, el efecto que el chico tenía sobre ella tenía una razón.

A Cherry le gustaba Finn.

Y mientras los días pasaban... bueno, las ganas de decírselo se intensificaban más y más

Repito, Cherry no tenia ni un solo pelo de tonta, y ella sabía que el sentimiento era reciproco.

Pero el sentimiento de miedo de hacer algo mal se encontraba ahí de todas maneras, sentía miedo de, por alguna razón extraña e inexplicable, no ser entendida al decirle a Finn lo mucho que le gustaba.

Era tan agradable tenerlo a su lado, ¿Haría el confesarle sus sentimientos que los ratos que pasaban juntos fueran mucho mejor de lo que ya eran?

Se miró al espejo mientras desenradaba su largo cabello anaranjado, analizando una y otra vez la ropa que llevaba puesta.

Eso era lo que odiaba de cuando le gustaba un chico, vaya que dudaba y se ponía insegura de todo, hasta de lo que llevaba puesto.

Tomó aire y negó con la cabeza rápidamente intentando hacer que esos pensamientos se fueran. No había nada de malo con su camiseta a rayas de color amarillo ni su jardinera del mismo color dos tallas más grandes de su talla normal.

No había nada de malo en parecer un minion.

Suspiró y volvió a negar, no podía rebajarse a pensar esas cosas, ya bastante tenía con sus inseguridades sobre confesarse.

Corrió hacia abajo en las escaleras y de un saltito alcanzó su chaqueta de mezclilla también más grande que su talla normal, dándole un efecto oversize. Iba con todo ese día, de todos modos, estaba comenzando a hacer frío pero no suficiente para congelarse hasta los huesos.

•••

Habían llevado una caminata más o menos larga dentro de un silencio cómodo, o al menos así lo era para el más alto, lastimosamente Cherry estaba teniendo una de las crisis existenciales más grandes que alguna vez había experimentado en su vida.

Finn le sonreía y se balanceaba "sutilmente" hacia su cuerpo, haciendo que la chica solo muriese más de amor y de ganas de agarrar su mano en ese instante, aunque por otro lado causaba que se preguntara aún más confundida, ¿Por qué el ruloso tenía qué ser tan jodidamente lindo y tierno en todos los aspectos?

Una parte de sus pensamientos le decía que era ahora o nunca, pero la otra le decía que era mucho mejor esperar, pasar su salida en la pista de patinaje a la que se dirigían y disfrutarla, y cuando ya se encontraran fuera de su casa, a nada de que el azabache se fuera, soltar la bomba.

𝑠𝑢𝑔𝑎𝑟 ; 𝑓𝑖𝑛𝑛 𝑤𝑜𝑙𝑓ℎ𝑎𝑟𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora