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La pelirroja de facciones agradables y bonitos vestidos fue encontrada finalmente luego de unos largos minutos de ser buscada por Finn Wolfhard, acababa de llegar a la escuela y debía recoger un par de libros de su casillero antes de entrar a su primera clase y como si no tuviese suficiente con encontrarse levemente cansada del desvelo que se había dado la noche anterior y el como su cabeza daba vueltas por no haber dormido lo suficiente, sintió como un ruloso realmente alto se paraba junto a ella, intentó tomar aire y le dirigió una mirada desinteresada, pues era obvio que el casillero del chico no se encontraba junto al suyo.

Se sorprendió un poco, sabía que Wolfhard era alto a un nivel donde llamaba la atención, pero no sabía que TANTO como para sentirse levemente intimidada, quizás ella al ser una chica era simplemente demasiado bajita y lo era aún más en comparación del azabache.

—Buenos días, Cherry— Dijo animado con una gran sonrisa sobre sus labios.

—Hola, Wolfhard— Le dedicó una sonrisa ladina desganada y siguió buscando y ordenando sus cosas.

—¿Quieres almorzar denuevo conmigo hoy?— Dijo con energía esbozando una sonrisa hacia la pelirroja.

—Uh, no lo creo— Cerró el casillero intentando deshacerse de Finn lo más pronto posible sin tener que volver a gritarle —Hoy me sentaré a comer con mis amigas, ayer sólo llegué tarde y ya no había espacio en nuestra mesa, por eso nos sentamos juntos.

—Oh entonces, ¿Estás segura de que hoy no te quieres sentar conmigo a propósito?— Hizo un puchero bastante tierno mientras hablaba con un tono insistente.

—Sí, completamente segura, no te preocupes Wolfhard, estaré bien— Sonrió con algo de ironía y procedió a ir a buscar a su grupo de amigas con los 2 libros que necesitaba en mano.

•••

Cherry se encontraba relajada en su clase de español, una clase en la cual le iba realmente bien y no debía preocuparse demasiado pues se le daba fácilmente entenderla, el problema comenzó cuando sintió los dedos de Finn Wolfhard sobre su hombro se giro hacia al lado un poco molesta de solo saber que era él nuevamente y lo miró, este se había esforzado por sentarse al lado de ella, y ella hubiese amado poder evitarlo, pero tristemente no había nada que pudiera hacer y tampoco era tan hija de puta, se resignó por responder.

—¿Qué pasa, Finn?

Este sonrió e intentó hacerle un puchero, fallando por la sonrisa que se le había plasmado en el rostro al momento de que la chica se volteó hacia él, mientras le mostraba la guía de actividades que les acababan de entregar, no entendía absolutamente nada de lo que estaba escrito en esa hoja.

—Por favor ayúdame Cherry~ No entiendo nada— Soltó haciéndose el lindo, la pelirroja se maldecía a sí misma por el simple hecho de saber leer, pues ahora debía aguantar a este papanatas, una vez más en su día, para variar. 

—Por Dios Wolfhard, no es taan difícil, al menos no tanto como tu crees— Dijo alargando la "a" intentando librarse del chico.

Mientras el jovencito seguía, insistentemente pidiendo la ayuda de la chica con un "gran intelecto para la gramática" según el ruloso, se tuvieron que devolver a sus posiciones originales de espaldas erguidas, pues la maestra pedía la atención de todos en el salón.

—Bien alumnos, al ver que nos faltan unas cuantas calificaciones he decidido que haremos un trabajo en parejas para concretar estas.

Todos los alumnos rápidamente comenzaron a hablar y mirarse entre ellos, mientras intentaban organizarse y unos cuantos solo buscaban con quién hacerlo pues habían sido traicionados.

—¡Alto ahí jóvenes! No tan rápido, yo elegiré la manera en la que se emparejarán.

La maestra vió como todos estaban bien sentados y bien ordenados.

—Harán el trabajo con las personas que están sentadas a su lado— Sentenció.

Cherry maldijo todo lo que podía ser maldecido, le pidió a todos los dioses habidos y por haber que aquello no fuera verdad.

Pero lo era, tenía otra instancia más dónde tendría que aguantar al rarito de Finn Wolfhard.

•••

—Hey Cherry, quería preguntarte algo sobre el proyecto de español.

La pelirroja decidió sólo ignorarlo esta vez, aprovechando que la fila de la cafetería comenzaba a moverse bastante rápido, tenía una excusa, podía huir.

•••

Por fin estaba comiendo, relajada, con sus amigas, riendo y charlando de temas que salían en el momento.

Pero la paz no duró, al menos no por mucho tiempo, todas las amigas de la pelirroja bajaron la voz en sus conversaciones y Cherry las miró extrañada mientras comía su ensalada.

Sintió un leve toque en sus hombros, otra vez este papanatas.

—Cherry, uhm, te estuve buscando, y también te hablé antes pero creo que no me oíste o algo— Rió algo nervioso, y tenía razones para estarlo, la chica ya estaba a punto de explotar, tantas interrupciones, tantas veces en el día escuchando la chillona y molesta voz de Finn Wolfhard.

—¡Dame un maldito respiro! ¡Ni un momento tranquilo en el día me dejas tener!— Se volteó exaltada, prácticamente gritando al perder la paciencia, Finn se asustó y su única reacción fue dar un pequeño salto hacia atrás por la sorpresa, el chico llevaba una bebida roja en la mano, probablemente era una porción de jugo del gran bidón de jugo en polvo de la cafetería, en unos segundos, el jugo estaba sobre el pecho y estómago de Cherry, manchando su vestido blanco con puntos negros, el vestido tenía una tela relativamente delgada, por la cuál parte de su brasier y de su abdomen se estaba dejando ver por el hecho de que su vestido con los hombros descubiertos se traslucía, se tapó el pecho rápidamente con ambas manos y lo miró furiosa.

—¡Esta es la gota que derramó el vaso! ¡Wolfhard ya déjame en paz!

Todo su grupo de amigas se quedó en silencio, al igual que Wolfhard, que la miraba aún más sorprendido y se sonrojaba poco a poco al darse cuenta como ahora se daban un poco más a notar los pechos de Cherry, todo estaba mal, y la chica sin poder aguantarlo más salió de la cafetería soltando un fuerte alarido para demostrar su enojo, su cara también se encontraba roja, pero roja de la furia, y sorprendentemente, no de la vergüenza que el ruloso la había hecho pasar.

𝑠𝑢𝑔𝑎𝑟 ; 𝑓𝑖𝑛𝑛 𝑤𝑜𝑙𝑓ℎ𝑎𝑟𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora