Epílogo

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Epílogo

La última noche juntos, el último momento intimó que tendrían hasta quién sabe cuando. La última noche para demostrar el amor que se tenían y el deseo. Lujuria era lo que se leían en esos ojos chocolates y dorados.

A punto de pasar al juego final el timbre siendo tocado como veinte veces los interrumpió dejando que toda excitación desapareciera.

Inuyasha con un pantalón gruñiendo se dirigió a la puerta, Kagome ya se puso su vestido veraniego y sus zapatillas siguiéndolo por detrás.

-¡Miroku maldición! ¿Qué haces aquí? - casi lloro al ver a su amigo detrás de la puerta, siempre él los interrumpía.

Se preguntaba porque no lo había matado todavía.

-¡Inuyasha rápido! - alterado grito Miroku.

-¿Rápido qué?

-¡Sango rompió fuente!

-¡Y qué rayos haces aquí, ve con ella y llevala al hospital! - grito también alterado.

-Sango está en el auto, afuera. Quiso que venga a buscarte...

-¡Esa mujer esta loca! -grito antes de salir a terminar de cambiarse.

-Oh, hola Kag - le sonrió Miroku- Tú también vendrás, Sango quería pasar por tu casa pero que bueno que estás aquí.

-Sango está loca ¿Por qué carajos pasar a buscarnos? ¡Esto no es un paseo! - reprocho haciendo una coleta con su cabello.

-Yo que se - se encogió de hombros.

Inuyasha apareció y los tres salieron del departamento. Sango al ver que su esposo y amigos venían se alegró.

-¡Mierda apúrensen! ¡Estoy dando a luz! - grito sacando la cabeza por la ventanilla.

-¡Tú mujer, estás loca! - grito Inuyasha subiendo a la parte trasera del auto con Kagome a su lado.

-Ay Kagome, que bueno que estabas con Inuyasha, igual pasaríamos por tu casa - dijo con el auto ya en movimiento.

-Nos hubieran llamado, en cuánto más rápido estés en el hospital menos riesgoso para ti y el bebé - reprocho Kagome.

-Ay Kagome, apresure este parto por ti - ignoro Sango el reproche de su nueva mejor amiga - como mañana te vas empecé a caminar un montón toda la semana para apresurarlo, funcionó- sonrió desquiciada.

-Ay por dios - Kagome cerró sus ojos pidiendo paciencia -¡Mira si ponías en riesgo al bebé!

-¡El bebé está bien! El o ella también quiere conocer a su tía.

El camino siguió lleno de reproche de parte de la azabache y el peli plata debido a la inconsciencia de su amiga la castaña y del estúpido ojizarco que seguía los juegos de esta.

Sango entro a la sala de parto en compañía de Miroku, Kagome e Inuyasha se quedaron en la sala de espera.

-Que noche ¿no?

-Interesante última noche.

Tres horas después de estar sentados, caminando de un lado a otro, tomando energizantes para no dormirse, cosa imposible, esa cosa no les hacía efecto. Inuyasha se sentó y tiro de Kagome sentandola en su regazo y abrazándola contra él.

-Hablemos cariño - murmuro adormilado Inuyasha- podre ir a visitarte cuando yo quiera - apunto.

-Avisame antes así canceló la cita con mi amante - bromista soltó.

CASTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora