¿Cómo entrenar te puede cambiar la vida? Un chico de 18 años es la prueba viviente de ello. Algo más que una simple rutina de entrenamientos constantes, no será suficiente para él y en ocasiones, se puede tornar un poco aburrido.
¿Será ésto una simp...
Aquí es cuando la historia comienza a tener sus giros inesperados y empieza a tornarse bastante interesante.
Estamos hablando de mediados de Octubre, en ese entonces estaba a punto de comenzar a cursar tercer semestre, estaban empezando las inscripciones y las nuevas transiciones universitarias, así que tenía que asistir un par de veces a la universidad para poder realizar tales procesos.
Ese día luego de pasar toda la mañana intentando inscribirme y de poder llenar todos los papeles y planillas, al rededor de eso de las 12:30 de la tarde, unas compañeras de clase me avisan para podernos retirar de la zona e ir a salir a tomar un poco de aire fresco. Así que salimos de la universidad y giramos hacia una calle que estaba justo por una esquina. Éramos tres, dos compañeras y mi persona, juntos íbamos a la misma dirección, contando una que otras anécdotas y platicando un poco durante el camino. En ese mismo giro de la calle al otro extremo había una tienda que está justo en la esquina, un poco pequeña, tiene un parecido a una casa pero es muy llamativa por su decoración y aunque siempre supe que estaba allí, nunca le di mayor importancia (hasta ese día). Es entonces cuando seguíamos avanzando, y le pasamos por un lado a la tienda mencionada, sorpresa la mía cuando noté a alguien apoyado en la puerta, y ese alguien era nada más y nada menos que ¡¿EL SUGARDADDY?! PUES ESTABA ALLÍ PARADO, A 2 METROS DE DISTANCIA DE MÍ, JUSTO EN EL MISMO LUGAR QUE YO PERO... ¿QUÉ, CÓMO?
¿Se acuerdan cuando mencioné que el SugarDaddy tenía días sin asistir a las clases y que por ende no lo había vuelto a ver? Pues ¡LO VOLVÍ A VER DE NUEVO, PERO NO ERA EN EL LUGAR QUE ESTABA ACOSTUMBRADO A HACERLO, SINO EN LA MISMA TIENDA! ¡¿SERÁ UNA CASUALIDAD QUE ME LO HAYA ENCONTRADO!? Creo que empiezo a tener alucinaciones.
En el momento que lo vi, solté tal grito que posiblemente lo haya escuchado toda Latinoamérica y gran parte de Europa, lo gracioso fue que él también lo escuchó. Tanto fue el impacto que noté que me miró por unos segundos y también que asusté a mis dos compañeras, comenzaron a preguntarme que qué era lo que ocurría, a lo que les mencioné susurrandoles en el oído que el famoso Sugar Daddy de quién tanto les hablaba a diario, estaba en esa tienda ¡EN ESA TIENDA! y recuerdo que cuando les señalé quién era disimuladamente, también se sorprendieron ellas pues nunca lo habían visto físicamente. Estaba muy sorprendido y al mismo tiempo nervioso porque lo estaba volviendo a ver luego de un par de días, pero para asegurarme que realmente era él (porque llegué a pensar que la vista me estaba jugando mal) recuerdo que una compañera y yo nos acercamos un poco a los estantes figiendo que estábamos buscando algo, pero sólo era para poder confirmar y estar seguros de si era realmente o no, a decir verdad sí, ERA ÉL.
La cosa no quedó allí, llegó el lunes por la mañana y empezaron las clases nuevamente, tenía que asistir de nuevo a la universidad. Como mi rutina diaria pues veía mis clases y en mis horas libres hablaba con mis amigos y compañeros, todo comenzó a tomar un giro cuando volví a verlo allí mismo, de nuevo, sí, en el mismo lugar de la tienda, pero a diferencia de aquella vez, esta vez lo noté cuando salía de aquél lugar, observandolo desde la vista de mi misma universidad cuando estaba entrando a una clases de Matemáticas III, ya que desde ese pasillo se puede ver la calle y en especial, la tienda. ¿Era simple casualidad que lo volviera a ver?
Los días pasaron y sucedía lo mismo, lo veía varias veces en la misma tienda como si fuera a ese lugar frecuentemente a hacer compras, y era un poco extraña la situacion, es decir, llevaba un año exacto estudiando y apenas desde Octubre aparecía en ese mismo lugar repetidas veces, habiéndo miles de supermercados en la ciudad. Aquí fue cuando comenzaron mis sospechas y tenía 3 suposiciones diferentes, la primera; era que era un lugar al que frecuentaba mucho por tener buenos precios, la segunda; es que era empleado, la tercera; era que posiblemente era el dueño del lugar, sea cual sea la teoría, tenía curiosidad y me interesaba saber todo al respecto.
Un día estando en mi hora de descanso, estaba en la zona donde les mencioné que se podía ver la tienda y me fijé que otra vez estaba ahí, así que hablando con una compañera de clases, la cual llamaremos Gabriela, me dió una excelente idea y era ir hasta allá en plan de "comprar algo" para poder verlo y de saber si tenía el valor de acercarme a hablarle. Así que, sin pensarlo dos veces, salimos de la universidad camino a la tienda.
Llegó el momento decisivo, el momento de la verdad. Él estaba de pies en un extremo y cuando llegamos al lugar me reconoce y me da un saludo, lo cual yo actuando "sorprendido" le devuelvo el saludo y mi compañera se acerca a los estantes a preguntar precios sobre cosas al azar mientras yo le hablaba al Sugar Daddy ¡ESA FUE LA PRIMERA VEZ QUE LUEGO DE TANTO TIEMPO, POR FIN PUDE HABLARLE! ¿Saben que fue lo mejor? Que logré saludarlo con un apretón de mano, juré desde ese día no volverme a lavar nunca más la mano derecha. Luego del saludo le pregunto personalmente que cómo había estado, y mis únicas dos neuronas que me servían en el momento (la mayoría estaban en el suelo mientras hablaba con él) actuaron de inmediato y aproveché la ocasión para preguntarle el motivo por el cuál no siguió asistiendo más a los días de entrenamiento ¿Quieren saber por qué era? Resultó que todo este tiempo era porque tenía una falla en su coche, a lo cuál le respondí que esperaba que pudiera arreglarlo pronto ya que lo echábamos de menos en las clases (le echaba de menos yo, eso cuenta) respondiendome él que probablemente la semana que entraba, iba a poder asistir nuevamente, no saben la cara de ilusión que tenía en el momento, claro que definitivamente la estaba ocultando pero por dentro, tenía una mezcla de sentimientos y emociones, luego de todo eso mi compañera Gabriela se acerca a mí y me dice que ya había preguntado lo suficiente sobre algunos precios, a lo cual me despido del Sugar Daddy, con otro apretón de mano (mi mano ya estaba bendecida y bautizada después de eso).
Luego de todo lo ocurrido y del glorioso momento que había vivido, por fin pude tener una conversación con él, sin excusas. En otro tema también hice contacto físico 2 veces con él, se puede decir que ya puedo morir en paz.
Pero entonces al final ¿Cuál era la función que el cumplía dentro de esa tienda? El verdadero misterio comienza ahora.
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