vamos de compras

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Habían muchas cosas que la gema no sabía sobre su compañero, más que todo cada uno de los hechos de su vida, y como estos llevaron daños y traumas

Ella siempre pensó que el hibrido vivió una vida genial pues eso lo comparaba con el tiempo en un jardín sola. Definitivamente entendía lo que él sentía, cada uno de los errores de su madre lo metió en muchas ocasiones cercanas a la muerte

Ella expresó su empatía, ambos hablaron toda la noche, hasta que el mitad gema no pudo seguir con la pesadez de sus ojos, cayendo en los brazos de la gema quien lo arrullo como si se tratase de un bebé

En la mañana buscarían una estación de gasolina y de paso un baño, al menos para las necesidades básicas del morocho

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El cielo resplandecía en los rostros de los viajeros y con ello el hibrido despertó viéndose en el pecho de la gema, notó que ella por fin había conseguido dormir, no quería despertarla, pero se sentía incomodo al dormir encima de ella. Con mucho cuidado pudo retirarse sin que ella se percatara, encendió el vehículo y siguió

La rosada se despertó a los pocos minutos de no percibir el calor que producía el cuerpo ajeno, miró por la ventana al sentir el carro en movimiento

-buenos días Stevi- saludo y de un estirón tomo el mapa que había en la repisa 

-buenos días, perdón si no te pienso hablar en el camino, pero necesito un baño urgentemente- la gema no tenía idea de cuales cosas se hacían en un baño, pero según el hibrido son cosas privadas

-de acuerdo, bueno en el mapa dice que hay una estación, cosa que no sé que sea pero podemos preguntar un baño- decía mientras señalaba la ruta a seguir

-guiame- la de coletas daba indicaciones mientras que él intentaba seguirlas, por suerte habían sido correctas

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La rosada esperaba al joven a un lado del vehículo, mientras llenaban el combustible el de cabello azabache se encontraba en el baño de la estación

-son cinco dólares- habló el joven que los atendió, la gema saco el dinero que le había dejado el hibrido -¿es un viaje largo?- la de cabello magenta no respondió- porque si es así, les recomiendo que compren víveres, la próxima ciudad esta muy apartada-

-¿qué tanto?- intervino el morocho, recién salió pudo escuchar al joven

-diría que unos dos días, y casi no hay restaurantes o moteles aquí, es una zona muerta si me lo preguntas- el hibrido lo piensa por un momento

-¿hay algún super por aquí cerca?-

-si, a un kilómetro y es el último- el joven le sonríe a la gema mandándole un beso, ella lo ignora pues estaba más concentrada jugando puzzle en el móvil de su compañero, pero Steven si lo nota, la toma de la mano y se suben al vehículo

-¿ocurre algo?- el mitad gema lo niega y enciende el auto

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-¿Llevamos sopa o frijol enlatado?- Steven sostenía ambas latas, pero cuando alza la mirada su amiga no estaba -¿Spinel?- mira a todas las direcciones sin encontrarla

El adolescente toma ambas y las echa al carrito, a la vez que miraba los pasillos buscaba a su escurridiza amiga, a lo mejor jugaba a las escondidas

Tomo varias bolletas de agua del refrigerador. Ahora desapareció el carrito

-Spinel, necesito pagar por ello- habló en alto para que donde quiera que estaba la rosada pudiese ser escuchado. Unas ruedas sonaron detrás de él, se volteó, no había nada; no le tomó importancia pero cuando giró nuevamente estaba la gema enfrente suyo, encima del carrito, como si fuese un bote

Nuestro Futuro (steven x spinel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora