¿Mala noticia?

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La vida era color de rosas. Mencionaba mi mamá constantemente aludiendo a mi nombre, también. La veía tan feliz. Tomaba cada pincel con una delicadeza extrema y pintaba cada cuadro que nos encargaban con tanta pasión.
Alicia y yo comenzamos a devolver un poco de lo que la gente nos dió durante mi niñez, cuando arribabamos a Argentina.
Cada miércoles junto a mamá hacíamos galletitas. Salíamos a repartirlas por el vecindario a todos los niños que estaban en situación de calle.
El resto de los días continuabamos maquillando personas. Cada día llegaba una novia, una quinceañera, o a lo mejor también alguna mujer que quería tan solo estar maquillada.
Pagamos cada alquiler sin retraso y podiamos comprar alimentos. Estabamos en nuestro mayor esplendor. No nos faltaba nada.
Pasaban los días, meses.
Cada mañana que mamá se despertaba para ponerse su atuendo observaba mas manchas. Mi madre toda la vida me enseño que no necesitabamos medicacion, ni quimicos en nuestros cuerpos. Mencionaba "la medicina esta en la naturaleza, Rosa". Entonces me crié con esa enseñanza. Pero mi madre no dejaba de tener manchas a lo largo de su espalda, y comenzaron a aparecerle en sus costillas
-Ma.. me preocupan tus manchas-
Mi mamá se acerca a mi tomandome de mi rostro. Me mira sonriendo a mis ojos y niega
-Son manchas de la felicidad hija mía. Cada mancha significa que hemos salido de una pelea diferente. Mi cuerpo está manifestandose libremente de la tensión que llevo por años, con esas manchas que podes ver con tu mirada verde oliva-
Sonreí suspirando aliviada. Mamá era tan sabia. Ella me tuvo a mi en una mesa en Pesmes. Ella siempre creyo en la capacidad de la mujer de dar vida, sin ayuda de la medicina. Como hace muchos años cuando la medicina no existía, las personas actuaban por instinto.
Era una noche de otoño. Me encontraba preparando verduras salteadas con aceite de coco. Las favoritas de mi madre.
Mi madre se encontrada lavando sus dientes, refregando hojas de menta sobre los mismos (ya que no utilizábamos pasta dental) escuche -Rosa- era un Rosa que iba descendiendo. "Sa" se escucho casí sin respiro. Sin fuerzas.
Corrí al baño. Golpe la puerta -Mamá?- hable firmemente. No conseguí respuesta. Golpee aún mas fuerte y grite -Mamá!!!- no escuche respuesta y abri la puerta.
Abri mis ojos tan grandes como pude. Me arrodille al lado de CONTINUARÁ

La Rosa del zafiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora