Mi regla no bajaba. Abrí mis ojos tan grandes. Me mire en el espejo y comenzaron a bajar lagrimas por mis ojos. Me senté en la tapa de el retrete y apoye mis manos en mis mejillas y luego en mi frente, sin poder procesar lo que estaba pasando -estoy embarazada- dije junto a un suspiro. Mis ojos seguian enormes y no supe cómo reaccionar.
Me puse de pie y comence a caminar por todo el departamento. Pensaba y pensaba. Me agache mientras tiritaba llorando y acaricie a Lopi por su cuello -¿qué se supone que debo hacer Lopi bello?- arrugue mi frente quebrando en un llanto y Lopi comenzo a lamer mi abdomen. Aun no tenia panza pero.. que asombrosa la intuición de los perros.
Me recoste en el sillón de mi pequeño departamento. Lopi, Angelina y Rita se recostaron a mi lado. No podía dejar de llorar. No estaba lista para ser madre. No me sentia preparada. No tenía idea de que hacer.
A la mañana siguiente entran rayitos de luz por mi ventana. Me pongo de pie suspirando y saludo a mis mascotas dandoles besos suaves. Camino al baño y me lavo la cara con agua bien fria mirandome en el espejo. Sentí tanta frustración. No me sentía preparada para afrontar una maternidad. No sabia que decisión tomar. Sergio iba a enojarse, y mucho.
Mientras me miraba en el espejo sabía que tenía que tomar una decisión, y que Sergio tenía que saber la verdad.
Camine a mi cuarto y tome una pollera larga morada que era de mi madre. El clima era muy frio. Me puse la misma por mis piernas y luego unas zapatillas azules marinas, con unas medias rayadas verdes y amarillas. Un abrigo largo con sobre mi cuerpo.
Necesitaba oxígeno. Necesitaba tener las ideas claras y fuí a ese sitio que tanta paz me daba.
Cerca de mi departamento había una laguna. Una laguna la cual estaba llena de amigos= ranas, y sapos.
Llegue a la misma luego de caminar unas cuadras. La misma estaba en un bosque. Jamás había visto mas personas en la misma. Ese sitio me daba mucha tranquilidad y plenitud.
Comence a desvestirme de a poco. Me quite las medias y pise el barro fresco que se asomaba a la orilla. Me desabroche mi corpiño y lo deje a un lado al igual que mi ropa interior de abajo. Comence a sumergirme en el agua sedosa y radiante. El agua estaba fria. Logre sumergir mi cuerpo por completo y cerre mis ojos moviendome en la misma. Sonreí al sentir el sonido de los sapos y ranas que nadaban cerca mío. De repente cuando estaba por irme, sentí como una rana se sento sobre mi abdomen. De todas las veces que había venido, era la primera vez que una rana se acercaba a mi de ese modo. Sonreí ampliamente y supe que era una señal. Supe que sería una niña porque era una rana la que se poso sobre mí. Apoye mis dedos en la cabeza de la rana acariciando su piel rugosa sonriendo. Cayeron lagrimas de emoción de mi rostro y supe que tenía que tener a esta bebé. Y que iba a hacer todo por poder cuidarla.
Sali del agua y senti la luna caer frente a mis ojos. Era una noche fria y me cambie luego de que se seco mi cuerpo. Regrese a mi hogar y observe a mis mascotas y sonreí quedandome con ellos hablando.
Los amaba tanto. Eran mis compinches y siempre estaban para mi.
Me acoste a dormir.
A la mañana siguiente CONTINUARÁ
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La Rosa del zafiro
RomanceNos sumergiremos en una historia. Una historia real, creada de una joven de nacionalidad francesa viviendo en la tierra Argentina. Los motivos de la mudanza, y el nuevo mundo lleno de amor y complicaciones que la esperan junto con su madre Alicia. H...