—Scott, pasé una semana cuidando un muñeco, no un ser humano de carne y hueso, ¡no era un bebé realmente!
—Por dios, trataste a ese muñeco como a un bebé real. —intervino la pelirroja. —Quien sabe cómo rayos le hiciste para que esa cosa diabólica llorara como si de un bebé se tratase.
—Era una grabación.
—Le dabas de comer sin falta al horario que estableciste, ¡estuviste dispuesto a darle de mamar!
—¡Nosotros también producimos leche!
—Era comida de verdad lo que le dabas, vi como le hacías la leche en polvo.
—Era leche caducada que tiraron los del asilo de ancianos.
—Cambiabas a ese Chucky de ropa y el pañal.
—Era el mismo pañal.
—¡No pongas excusas!
—¡Es la verdad! ¿Qué voy hacer si le llega a pasar algo? Derek lo va a recordar y me va a ser pagar las consecuencias. ¿Y si accidentalmente lo araño y luego el va a querer vengarse y enterrarme las garras de Alpha nacido que tiene? ¿Qué pasa si sus pompas llegan a rozarse y no le aplicó el ungüento correcto? ¡Y hablando de eso! ¿Creen que estará feliz que le mire su trasero de bebé? ¡Pero por supuesto que claro que no! Todos ustedes perdieron la cabeza, ¡están locos! En lugar de discutir quién se lleva la lata de frijoles que nadie quiere deberían de estar tratando de invocar a Deaton y que nos saque de esta jodida broma de mal gusto.
—¿Terminaste?
—Aún iba por la mitad, me falta explicarles mi trágica historia de mi hámster Hamtaro que murió porque olvidé que es un animal doméstico y no una jodida lagartija de sol. Por lo que desde entonces mi padre no me dejó tener perros o gatos o cualquier otro ser vivo.
—Oh, recuerdo a Hamtaro... pobrecito quedó todo tostado. —afirmó Scott. Dando como verídica la historia trágica de Stiles.
—¿Cuántos días lo dejó al sol? —Isaac le pregunta al latino.
—¡Todo el maldito verano! —le responde Stiles, exaltado y nervioso.
—Stiles, cálmate, lograrás que te dé un ataque de pánico y ya tenemos suficiente con este problema. —trata de apaciguar Lydia.
—No. No tenemos un problema. ¡Tenemos muchos problemas! —los mira con furia, pero no puede enojarse o negarse a cuidar al Alpha, pues sabe (él mismo lo sabe) que no hay otra persona que sea capaz de cuidar a alguien con dedicación (obsesión) y paciencia. ¿Pero en qué mierda momento fue buena idea entrar en un curso de maternidad junto a madres adolescentes embarazas en el hospital donde trabaja la mamá de Scott, Melissa MacCall quien diría que Stiles fue la mejor madre de todas?
—Stiles, eres la mejor mamá, eres perfecto.
Fulmina a su amigo con toda esa carga negativa que emana. Stiles trata de calmarse, pensar con claridad (después de que le aventaran como balde de agua fría con hielos y toda la Antártida metida ahí dentro) en un plan que los saque, o que por lo menos los aminore de problemas. De acuerdo, hay que pensar en cómo poner orden.
—Primero, ¿quién encontró a Derek?
—Fui yo. —ve al castaño, el cual lo está viendo para que dé una explicación. —Nos dividimos para atrapar a la criatura.
—Boyd, sé que eres un chico de pocas palabras e intimidante, pero mis nervios están crispados y de verdad esta es toda mi fuerza de voluntad. Yo necesito que me des detalles. ¿Qué clase de criaturas perseguían cerca de la veterinaria sin llevar apoyo? —coloca su mano en el puente de su nariz. Le va a dar un derrame por cada cosa rara en este maldito pueblo.