Llegó Greg junto con otro equipo y se llevaron el maletín junto con la nota, Sherlock se quedó pensando mucho tiempo, John solo lo observaba no podía hacer más.— Ay, hermanito, ¿Cómo vas con el extraño caso? —llegó Mycroft de repente al departamento— veo que salen imprevistos en todo momento.
— Lárgate Mycroft —dijo el menor de los hermanos en seco—. Necesito pensar, todos fuera de mi departamento. Incluyéndote John.
Todos salieron como si la reina de Inglaterra diera la orden, Sherlock se quitó su saco, desabotonó camisa y se recostó, se puso tres parches y cerró lo ojos. Las preguntas comenzaron a surgir dentro de su cabeza.
John mientras tanto salió del departamento junto con el equipo de Greg y Mycroft.
— John, ven conmigo —dice Mycroft para subirlo a su auto—. Escúchame bien, toda la policía siempre ha sospechado que algún día Sherlock pondrá la escena del crimen. Que estará tan aburrido que él mismo pondrá todo para darse más a conocer, darse más poder, sabes que es un sociopata.
— Dudo mucho, yo creo en Sherlock y en todo lo que dice, siempre lo haré.
— John, Sherlock es impredecible. Ni yo puedo salvarlo de él mismo, si lo llegan a incriminar por algo y tiene suficientes pruebas en su contra, no podré hacer nada. Tenga el poder que tenga.
— ¿Terminamos? —dijo John enojado por las acusaciones que estaba haciendo hacia su compañero de piso.
Se bajó del auto, cerró la puerta detrás de él. Se escuchó como se bajó la ventanilla, donde Mycroft dice:— Ten cuidado John, porque puedes salir tu también herido.
John regresó al departamento y Sherlock estaba recostado en su sillón.
— ¿Algo nuevo John? —dijo mientras presionaba sus parches— Mycroft te habló, ¿Qué dijo?
— Nada, me comentó que eres un peligro para mi y para el mundo, ya sabes cómo es de paranoico, junto con otras personas del cuartel de policía.
— ¿Les crees? —dijo Sherlock abriendo los ojos y sentándose a la orilla del sillón. Lo veía con unos ojos curiosos.
John sonrió y dijo:— Claro que no, confío plenamente en ti y en todas tus acciones, si alguien cree algo de ti no hay porque confiar a menos que haya pruebas.
Sherlock sonrió de vuelta, estaba feliz que alguien creyera en él. A pesar de lo que dijeran otros.
— No sé cuando vendrá otra pista, el jugador no dejó nada.
— ¿El jugador?
— Sí, así le apodé, es el que mueve las piezas en este ajedrez, mueve a personas John, lo sé, salen tres homicidios en un motín, misma arma, misma hora, eso fue planeado, junto con el homicidio en Baker, sabía que íbamos a ir, él nos dejó esa pista, ¡Observa John!
— ¿Él? ¿Que te hace pensar que no es una chica?
— Es probabilidad John, hay más hombres asesinos que mujeres. Son muy extraños los casos de mujeres que asesinan.
— Pero sigue estando esa posibilidad.
— Pero es menor —John se le acercó.
— Sherlock, sigo ganando, aún con tu súper poder, sigo ganando.
— Oh, John nunca me vas a ganar—colocó sus manos en las largas piernas de Sherlock. Al rizado se le estaba acelerando el pulso, sentía como una gota de sudor de los nervios recorría su sien.
— Que creído suenas, ¿En verdad crees que nunca te podré ganar? —estaba demasiado cerca, podía sentir la respiración en la parte superior de su labio. Sherlock se levantó del sillón ante la presión que sintió de su amigo.
Sherlock se acomodó la camisa y se quitó parche tras parche. Donde terminó diciendo:— ¿Tienes hambre? Creo que mi cuerpo pide una comida, hace varios días que no como.
Se levantó sin preocupación, dejando a John ahí. Terminando con:— Pide de comer John, ahora vuelvo.
— Claro —dijo John un poco disgustado por la situación, pero no podía hacer nada al respecto.
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El juicio de Sherlock Holmes
FanfictionJohnlock || Primera parte. Una vez más, Sherlock y John se unen para resolver un extraño caso que llegó en la mañana.