Capítulo VIII: Interrogatorio

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Sherlock estaba mirando a la nada. John no podía creer que su mejor amigo, la persona que el más ama está ahí esposado mirando a lo profundo del cuarto.

— Sherlock, explícame que está pasando, ¡Porqué yo tampoco sé! —dijo John en la esquina cruzado de brazos.

— No lo sé, John, pero no se te ocurra llamar a mi hermano, solo se va a entrometer.

— Es el maldito gobierno británico, ¡Es mucho mejor que se entrometa a que estes aquí en la guerra sin armas! —dijo John casi gritando.

Abruptamente entró Anderson. Diciendo:— Acaba de llegar otra persona a declarar en tu contra, ¿Qué hiciste Sherlock? —el mencionado sólo lo vio apretando la mandíbula.

Sam se encontraba tomándole los datos a la nueva persona que va a declarar. El señor ya le explicó brevemente lo que tenía que declarar. Pero por órdenes tenía que volver a preguntar.

— Señor Elliot Ricolletti, entonces usted quiere declarar en contra del señor Sherlock Holmes, donde supuestamente lo manipuló mientras estaba en un estado poco conveniente, para asesinar a Nick Brown —dijo el policía mientras que atrás estaba Greg de brazos cruzados.

— Así es, comenzó a hacer eso que siempre hace, me dedujo y dijo que si no hacía lo que él dijera, haría algo grotesco conmigo y con mi familia, y créame que en Londres las noticias se mueven como pan caliente, ya está en las noticias que Sherlock está aquí, por eso vine lo más pronto posible. Señor, entienda que tengo miedo, ¡Él traía un arma! —se le cortó la voz— era larga y plateada como las que se usaban en el viejo oeste. —hizo una pausa— también, ¿Quién cree que me dio el veneno para asesinarlo? Es algo que solo se consigue en los laboratorios. ¡Él era mi compañero de trabajo! —sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Ya veo, sí, de hecho nos llegó los análisis del laboratorio en la mañana. Son químicos que se consiguen en un laboratorio. Si nos disculpa un momento...

— Greg, tenemos todo para mandar a Sherlock a un juicio, y con las pruebas que tenemos, todo Greg, todo es perfecto para incriminarlo. No lo quiero en la cárcel pero no podemos ocultar esto—dijo Sam, hacia el aperlado.

— Okey, manda un equipo para darle la vuelta al departamento de Sherlock, necesitamos saber que esconde ahí.

Sam dio un par de instrucciones a los policías y pasó directo a interrogar a Sherlock, sacaron a John de ahí y lo mandaron a interrogación también.

— Sherlock Holmes, el hombre del que todo mundo habla, una persona que se le facilita deducir tan bien como una persona se le facilita respira. Dejémonos de rodeos, Sherlock, detrás de mi hay un cristal, ahí están varias personas, ellos también saben que eres culpable, las pruebas del laboratorio, los testigos, todo indica que eres tú el culpable.

— Sam, no voy a hablar, soy inocente, exijo ir a juicio —al policia le salió una carcajada ante tal estupidez. Sherlock no expresó nada.

— ¿Sin abogado? Es como tirarte de una avioneta sin paracaídas.

— Estoy firme con mi decisión.

— Bien, como tú digas —agarró todos los documentos los dejó caer en vertical sobre la mesa para acomodarlos y se levantó—. Pasen muchachos, llévenselo a los calabozos.

Bruscamente agarraron a Sherlock quitándole las esposas de la mesa y colocándoselas otra vez, lo tomaron de los hombros y se lo llevaron. Mientras tanto a John lo interrogaba otra persona, el oficial Ruíz.

— ¿En donde se encontraba Sherlock el día de ayer a las doce y cuarto de la medianoche? Y usted por supuesto.

— En Baker Street, solo que el bajó un momento, no se a donde, pero tardó un buen rato, yo ordené comida para los dos.

— ¿Y entre el 2 de noviembre al 12 de noviembre del presente año?

— ¿Acaso cree que yo estoy detrás de Sherlock todo el tiempo, o siguiéndolo como si tuviera la necesidad de? —el oficial arqueó la ceja e inclinó un poco la cabeza y la regresó a su posición—. No, oficial no sabría decirle. Sherlock siempre sale y va a su gusto, casi nunca se sabe donde anda.

Sin saberlo, John había dado una declaración que prácticamente estaba mandando a Sherlock a un juicio inminente.

El juicio de Sherlock HolmesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora