Sí, con problemas sociales y todo..., existió una vez un mundo relativamente mejor. Muchos quisieran regresar en una imaginaria máquina del tiempo a ese entonces. Pero ya es tarde. Y, hoy, nos acompaña la nostalgia y el recuerdo de ese mundo... relativamente mejor
Los niños corrían y jugaban libremente por los verdes parques de las grandes capitales del mundo. Y, también lo hacían en el patio de los colegios. Los adultos estrechaban sus manos en un claro gesto de amistad y confianza. Era un saludo que demostraba seguridad. Las amistades y familiares se saludaban con besos en la mejilla, y demostraban su cariño en apretados abrazos. Y los enamorados se besaban apasionadamente en los labios demostrando su amor. Eran otros tiempos, cuando nadie imaginaba que en tan sólo algunos meses todo eso sería muy diferente.
Los grandes centros comerciales se atiborraban de gente. Eran verdaderos paseos familiares los fines de semana.
Calles, autopistas y grandes avenidas se veían atestadas de todo tipo de vehículo. Los trenes metropolitanos andaban tan llenos de gente que costaba encontrar un espacio para sostenerse de pie. Lo importante era llegar a... alguna parte. Terminales de buses parecían hormigueros. Aeropuertos saturados de pasajeros y, miles de aviones surcando los cielos internacionales.
Estadios completamente llenos de simpatizantes (hinchada) alentando a sus respectivos equipos en duros y apasionados torneos de eliminación .
Centros de eventos atiborrados de público, eufórico por ver y escuchar a su grupo musical favorito.
Iglesias, mezquitas y sinagogas recibían a sus fieles religiosos pletóricos de fe, los cuales oraban y entonaban himnos agradeciendo a sus respectivas divinidades los favores concedidos.
Sí, érase una vez... un mundo relativamente mejor. No obstante, había algunas cuantas guerras focalizadas en ciertas regiones conflictivas, pero no alteraban el buen funcionamiento del planeta.
Sin embargo, todo cambió. Y, lo relativamente mejor, cambió a relativamente peor, para los seres humanos, confinados a encierros voluntarios u obligatorios. Miles de personas muriendo día a día. Y las calles, autopistas y grandes avenidas... casi vacías. Iglesias, mezquitas y sinagogas cerradas, vacías. Estadios y centros de eventos ya sin público. Parques y juegos infantiles, sin niños. Los adultos socialmente distanciados, sin darse la mano, sin abrazarse y sin besarse, iban cambiando su actitud. La frialdad impuesta se iba haciendo costumbre. El riesgo de contraer un desconocido virus obligaba tal actitud. Una vez conocido, el riesgo fue menor.
Sí, érase una vez... un mundo relativamente mejor, cuando niños y jóvenes podían asistir a los colegios y universidades sin riesgo alguno. Cuando la gente adinerada podía darse el lujo de viajar en enormes transatlánticos por diversas partes del mundo. Cuando viajar a las playas del Caribe daba la sensación de un buen pasar económico, individual o familiar.
Érase una vez... en que las grandes potencias militares del mundo (siempre antagónicas) estaban ya preparadas para afrontar una guerra nuclear de proporciones inimaginable, pero jamás pensaron que la temida guerra mundial sería contra un desconocido y letal virus que paralizó al mundo entero, mató y sigue matando a cientos de miles de seres humanos; destruyó completamente el sistema económico mundial; dejó millones de cesantes..., y causó hambruna en los más desposeídos.
Hoy el mundo está en jaque. Todos los países entierran dificultosamente a sus muertos contagiados y, ya ni siquiera en los crematorios hay espacio y tiempo para reducir a cenizas a los seres queridos que no han podido salvarse.
Esto marcará un antes y un después. Caerán paradigmas, líderes y sistemas establecidos.
Érase una vez... un mundo relativamente mejor (sin una pandemia que durase tanto). Y no sabemos por cuánto tiempo más.
Relativamente mejor.
Mejor.
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SELECCIÓN DE CUENTOS REFLEXIVOS
RandomSiempre hay algo que contar. Y siempre queda algún apunte guardado sin terminar, que al releerlo dan ganas de completar. Eso haré, y seleccionaré mis mejores narraciones que..., en su momento se habían quedado durmiendo entre decenas de carpetas o...