El Río Me Lleva A Casa

Capitulo Cinco

Jiang Cheng maldijo en voz alta cuando sintió unos brazos envolviéndolo por detrás. Instintivamente, agarro la muñeca del intruso, lo volcó sobre su hombro y lo arrojo al suelo antes de usar su peso para clavarlo contra el piso. Cuando miro bien el rostro de la persona, se puso pálido al darse cuenta que era Nie Huaisang atrapado debajo de él, con los ojos muy abiertos de la sorpresa, pero una vez que el otro líder de secta recobro sus sentidos, una sonrisa astuta se deslizo por su rostro y dejo escapar un suspiro entrecortado. Jiang Cheng sintió como sus músculos se tensaban cuando la mano de Huaisang agarro la parte posterior de su cuello y acerco la cara del otro hombre a la suya, exhalando sus próximas palabras como si fueran un secreto.

"Líder de secta Jiang que atrevido de su parte. Tal abrazo seria generalmente solo visto entre aquellos que son compañeros de cultivo." La cara de Jiang Cheng resplandeció con un rojo brillante ante la implicación, y puso a Huaisang en pie rápidamente, mirando alrededor. Por suerte el Muelle de Loto estaba inusualmente vacío ya que la mayoría de la secta disfrutaba de su día libre y si alguien los veía, mantendrían sus bocas cerradas, temiendo del legendario temperamento de Jiang Cheng.

"¿Por qué estas visitando Huaisang? ¿Estás aquí por asuntos de secta?" Jiang Cheng fue tan brusco como siempre, careciendo de cualquier habilidad diplomática a menos que no tuviera más remedio que emplearlas. Huaisang, afortunadamente, encontró la honestidad directa refrescante y simplemente agito su abanico perezosamente, aparentemente cómodo, incluso mientras calculaba cuidadosamente sus siguientes palabras.

"La última vez que visitaste la secta Qinghe Nie te permití ver mi lugar más querido del mundo. Tu sobrino menciono que tenías poco que hacer hoy, así que pensé que podría otorgarme un honor similar."

"Ese mocoso, hablando de mis asuntos." Mientras Jiang Cheng fruncia el ceño, en sus palabras no hubo ninguna emoción antes de que su enfoque volviera a Huaisang. "Además, Jin Ling estaba equivocado," inconscientemente Jiang Cheng condujo a Huaisang hasta su oficina, dejando entrar al otro líder de secta sin pensarlo dos veces, "Aunque no tenga entrenamiento que atender, una gran cantidad de propuestas de matrimonio han aparecido recientemente y tengo el deber de responder." A pesar de la agradable sonrisa de Huaisang, algo oscuro y posesivo se encogió en su estómago al pensar en Jiang Cheng eligiendo una novia.

Mientras Jiang Cheng seguía hablando, probablemente quejándose de la cantidad de papeleo involucrado en su vida cotidiana, los penetrantes ojos del otro hombre vieron el montón de cartas que probablemente eran las propuestas de matrimonio en cuestión. Antes de que Jiang Cheng pudiera reaccionar, Huaisang se había apoderado de los papeles y casualmente los arrogo al brasero ligeramente humeante de la habitación. Se prendieron fácilmente y pronto se quemaron hasta desaparecer. Antes de que pudiera liberar su ira sobre Huaisang, el hombre más bajo simplemente le ofreció una sonrisa inocente, junto con unos ojos brillantes y emocionados.

"¡Ahora ya no tienes papeleo que atender!" Ante la mirada incrédula dirigida hacia él, Huaisang se encogió de hombros con desdén. "Te enviaran las cartas nuevamente si te preocupa el matrimonio, pero ahora puedes pasar el día conmigo." Jiang Cheng sintió que su ira se desvanecía rápidamente. Las propuestas de matrimonio no eran algo por lo que estuviera ansioso de abordar, no cuando la sonrisa de Huaisang aun hacía que algo en su pecho ardiera intensamente y esto le permitía disfrutar de su día libre. Rodo los ojos, pero aun así hizo un gesto para que el líder de secta Nie lo siguiera fuera de la habitación.

Huaisang vacilo cuando pararon en la cima de un acantilado, muy por encima del Muelle de Loto, la casa de Jiang Cheng se extendía debajo de ellos como un juguete para niños. Tenía una broma en la punta de su lengua, preguntándose si Jiang Cheng planeaba deshacerse de su cuerpo ahí pero luego miro y vio la mirada en la cara del otro líder de secta. El semblante perpetuo en su rostro se había aliviado, quitando años de su rostro, pero no había sido remplazado por una sonrisa. En cambio, Jiang Cheng parecía melancólico, mirando a la distancia como si hubiera sido transportado lejos y de vuelta a una infancia que podía apreciar. Huaisang permaneció callado a su lado, sin romper el silencio agobiante hasta que Jiang Cheng lo rompió por sí mismo.