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El sábado por la mañana me despertó el sonido del móvil, era Connor.

- ¿Qué quieres Connor me acabas de despertar? - dije de mal humor.

- Lo siento, tio. ¿Quería preguntarte si quieres venir conmigo, con Jake y los demás a la playa? ¿te apetece?

- Vale, pero primero déjame que siga durmiendo un poco más que esta noche no he pegado ojo. ¿Sobre que hora iríamos? - Acepte ya que hacía un espléndido día y no me apetecía quedarme en casa y así no me estaría comiendo la cabeza todo el tiempo.

- Sobre las cinco, ¿te paso a buscar o vas tu con tu coche?

- Prefiero ir yo solo, gracias. - dije y al instante colgué.

No paraba de pensar si debía invitar a Jenna, porque ya estaba demasiado mal con Caroline como para que esta se enterase y se enfadara más. Así que decidí no invitarla, aunque me hubiese encantado pasar el día en la playa con ella. Después decidí volverme a dormir, horas más tarde me desperté con el delicioso olor a comida, que seguro mi padre habría hecho, ya que a mi madre no se le daba muy bien cocinar, un día lo intentó y casi quema la cocina. Al entrar a la cocina descubrí a mis padres cocinando juntos, aunque mi madre solo estaba pelando las patatas. Cuando la comida estuvo lista nos sentamos los tres en la mesa y empezamos a comer.

- Hijo, ¿qué tal con Caroline hace muchos días que no os veo juntos, os ha pasado algo? - me pregunto mi madre antes de servirse una copa de vino.

- Nada mama solo que esta un poco molesta porque el otro día lleve al instituto en coche a la nueva alumna que también es nuestra vecina.

- Es verdad el otro día me la encontré con su madre en el ascensor, me parecio muy simpatica. Me dijo que se llamaba...

- Jenna - la interrumpi.

- Si eso se llamaba Jenna, es una chica muy guapa ¿No crees?

- No lo se mama, no me he fijado, a mi la que me gusta es Caroline. - dije con brusquedad.

- Hijo no le contestes así a tu madre, ella no tiene la culpa de que tu y caroline os habéis peleado. - después de las primeras palabras que dijo en toda la comida nadie volvió a hablar.

Después de comer volví a mi habitación a echarme la siesta, ya que no había dormido lo suficiente. A las cuatro y media me puse el bañador, cogí unas gafas de sol, la crema solar y la toalla, lo metí en una mochila y lo cargue en el maletero del coche. Durante el camino a Santa Mónica puse la radio y me obligue a desconectar un poco. Tenía que dejar de pensar en Caroline, pero sobre todo tenía que dejar de pensar en Jenna. El camino se me hizo muy corto escuchando la música de la radio. Al llegar a la playa me costó mucho aparcar porque era un sábado y había muchas personas, la mayoría de ellas turistas.

Después de aparcar llegué al muelle donde había quedado con Connor. Miré en todas las direcciones, pero allí no conocía a nadie, llamé a Connor y a Jake pero ninguno de los dos me cogió el teléfono, asi que decidí esperar apoyado en la barandilla. Minutos más tarde oí que alguien gritaba mi nombre, era Jenna que estaba con Connor y con los demás viniendo hacia mí. Al ver a Jenna me puse muy nervioso y empecé a sudar.

- Hola Hayden ¿no te importa que pase el día con vosotros? Es que Connor me invitó – dijo mirándole con una sonrisa, eso me molestó muchísimo, pero intente que no se me notará.

- No, lo pasaremos genial. – en ese instante nuestros ojos se conectaron y fue como si solo estuviéramos nosotros solos, sin nadie más. Hasta que Connor nos interrumpió.

- Entonces vayamos a darnos un baño. – Jake y los demás le siguieron rápidamente, pero Jenna y yo nos quedamos rezagados.

Durante el trayecto desde el puente hasta la playa hablamos de un montón de cosas, música, series, sobre motos ya que a ella le encantaban..., teníamos muchas cosas en común. Nuestras manos se rozaron muchas veces y cada vez que lo hacían sentía una corriente de electricidad, igual que la que había sentido el primer día que la conocí. Y me pregunté si ella sentía la misma electricidad que yo. Cuando llegamos dejamos las toallas y la ropa en la arena. Al llegar a la orilla me dio un poco de impresión porque el agua estaba un poco fría, cosa que a Jenna no le paso y se tiró al agua haciendo que las gotas me mojasen a mí, al salir empezó a salpicar asi que no tuve más remedio que tirarme. Cuando llevábamos un rato dentro ya no estaba tan fría. Lo pasamos genial, entre risas y ahogadillas ya que intento hacerme algunas cuantas y yo intente hacérselas a ella pero como nadaba muy rápido no pude.

When I met herDonde viven las historias. Descúbrelo ahora