||CAPITULO 3||

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Os estaréis preguntando que que hice, bueno pues salí corriendo, sí efectivamente, salí corriendo, como no había corrido en mí vida. Me imaginé que me miraron raro, como si estuviera loca, y la verdad normal.
Me metí en un baño y cerre la puerta, empecé a tener un ataque de ansiedad, empecé a hiperventilar y a temblar, lagrimas caían por mis pomulos. Estuve un rato así hasta que me puse mí música y me tanquilicé. Salí del baño para irme a algún jardín que estuviera cerca, pero hoy no era mi día, porque me encontré a Noya por el camino, maldigo mi suerte inexistente.
--- Netsu, ¿estás bien? --- me preguntó.
--- Sí, estoy... bien... --- como se iba a creer eso si tenía los ojos y la cara roja por llorar, de verdad que a veces no comprendía mi estupidez.
--- ¿Estás segura?
--- Sí, sí, no te preocupes.
--- Bueno okey, chao --- me despidió con una sonrisa y yo hice lo mismo.
Al llegar al patió me senté y me puse a dibujar mientras escuchaba música tranquila.
Ya era la hora de encontrarme con Hiriko en la salida así que la esperé allí. Estuve un rato esperando hasta que la ví acercandose a con un grupo de chicos, y de verdad que hoy la vida me odiaba y con ganas, venía acompañada de los chicos de voley, de los que había huido corriendo como si me fuese la vida en ello. En ese momento estaba por irme con mi bici a toda leche para no tener que entrentarlos o quedarme como habíamos acordado en la salida. Y como soy medio lerda la que me pareció mejor opción era salir huyendo, otra vez. Me iba a poner en marcha cuando oí la voz de Hiriko por detrás llamandome. En ese momento estuve maldiciendo todo lo maldecible, no quería encontrarme con ellos otra vez, no quería que me preguntasen por qué había dejado el voley. Pero ya era demasiado tarde para huir, un chico pelinaranja y bajito se me puso enfrente.
--- Tú eres la que ha recivido el balón ¿no? --- tenía un nudo en la garganta, no quería hablar de ese tema, no quería volver a ver el voley nunca.
No le conteste solo le sonreí como pude y me aleje, me despedí de Hiriko y de Noya, que eran los únicos que conocía, y me fui en mi bici. Todos me miraron extrañados porque era la segunda vez que huía de ellos, y la verdad no les culpaba.
Estaba yendo por la calle con mis cascos puestos y sin pensar en nada, cuando, de repente, alguien me empujó y me caí, no veía mucho pero si notaba un poco de sangre por mí cara. Alguien me levantó del suelo y me choco contra la pared haciendo que me haga aún más daño, me tapó los ojos y me empezó mansear, era asqueroso. Me beso por el cuello e intetaba meterme mano, no sabía que hacer, necesitaba ayuda y rápido.

Heey, ¿qué tal estaís? lo siento por dejaro ahí pero quería un poco de suspense jeje. ¿Alguien vendrá a rescatarla? Estoy deseando descubrirlo.
Chaoo, besos en su cola <3

Cecilia

Mis alas serán tus alas ||Nishinoya Yuu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora