Bleach - K.C.

Capítulo 6: "Eres una psicópata"

Una vez llegamos a mi casa, Kurt se quedó fascinado con mi colección de vinilos. En cuanto entramos por la puerta fue directo al estante del salón en el que los tenía ordenados, probablemente para asegurarse de que era verdad que me gustaban los mismos artistas que a él. Creo que seguía algo confuso por ello.

Me senté a su lado en el suelo y él se dio cuenta de que tenía la guitarra al lado.

- Tócame una de tus canciones.

- ¿Qué?

- Sí, quiero oír alguna de tus canciones, de las que tocas en el metro.

Me sudaban las manos, pero aún así lo conseguí hacer. Notaba que la cara me ardía y notaba sus ojos clavándose en mí, pero mirando hacia abajo conseguí tocar un par de ellas.

- No sé por qué te da vergüenza, tienes talento. No deberías de estar perdiendo el tiempo en el metro.

- Muchas gracias. -tragué saliva.

Él me sonrió y siguió examinando mi colección mientras que una ráfaga de valentía se llevó lejos mi timidez y comencé a tocar canciones de Nevermind. Recordad que estoy hablando del día veintitrés de septiembre de 1991 y el álbum salía a la venta al día siguiente. Comencé con Smells Like Teen Spirit, seguí con Come As You Are y si creo recordar bien creo que también toqué Drain You y Something In The Way. La cara de Kurt era un poema, incluso creo que sintió algo de miedo.

- ¿A cuántos de mis conciertos has ido?

- Por desgracia solo a uno.

- ¿Y cómo coño te sabes las canciones del nuevo álbum? Todavía no ha salido a la venta.

- No te preocupes. -reí- Tengo un amigo que trabaja en una discográfica y me ha dado una copia en cinta. Hizo lo mismo con Bleach, os escucho desde entonces, pero no había tenido la oportunidad de veros.

Kurt algo más calmado se pasó la mano por el pelo apartando algunos mechones de su cara y sonrió.

- Eres una psicópata.

- ¡Para nada!

Ambos reímos mucho aquella noche. A Kurt le entró pereza de volver al hotel y me preguntó si podía quedarse a dormir en mi apartamento. Obviamente no pude negarme. Le  preparé una cama improvisada en el sofá, aunque ninguno de los dos íbamos a dormir nada. Ambos estábamos emocionados por el lanzamiento de Nevermind y eso nos hizo pasar la noche en vela, contándonos anécdotas graciosas de nuestra vida y riéndonos el uno del otro.