A partir de ese 12 de octubre todo se fue a la mierda, aunque yo era demasiado ingenua por aquel entonces como para darme cuenta. La misma mañana que yo volví a Boston, la señorita Courtney Love cogió un avión en Los Ángeles rumbo a Chicago para visitar a Billy Corgan, el que era su novio o algo por el estilo por aquel entonces. Aquella relación era extraña, no tenía pasión, Courtney estaba cautivada más por las cartas de amor que él escribía que por su presencia real.
Lo que Love no sabía era que Billy no la esperaba y al abrir la puerta de su apartamento con la llave que él mismo le había dado algunas semanas atrás, se encontró con la sorpresa de que él había vuelto con su exnovia y le estaba siendo infiel. Tras una gran bronca, Courtney huyó del lugar totalmente despechada.
Mientras andaba desamparada y humillada por las calles de la ciudad, vio un cartel en el que decía que Nirvana iba a tocar en el pub Metro. Ella no dudó en emplear los últimos diez dólares que le quedaban para que un taxi la llevase hasta allí.
No estuve presente en ninguno de sus encuentros previos, aunque yo sí sabía de su existencia, al fin y al cabo Courtney tenía su propia banda y aunque no estuviera en el Olimpo con Hole, estaba decidida a llegar a él a través de Kurt. Años después, amigos en común me admitieron que la tensión sexual que había entre ambos era algo bastante notable, simplemente que nunca había llegado a nada más, por lo que nadie le dio importancia ni me dijo nada.
Courtney asistió a los últimos quince minutos del concierto de Nirvana, que consistieron, como la gran mayoría, en Kurt destrozando su guitarra. Entiendo que Kurt era un misterio para todo el mundo. Todos alguna vez nos hemos preguntado por qué hacía esas cosas, nos hemos preguntado qué motivos tendría para estar tan enfadado. Lo que hechizaba de Kurt era que podía inspirarte un instinto de protección, podía actuar con una fuerza intensa y brutal y luego presentarse con una voz temblorosa y frágil, pareciendo tímido y delicado.
Cuando el concierto terminó, aún no entiendo cómo, Courtney consiguió colarse en el backstage donde, según me contaron, cruzó la sala y fue directa a sentarse en el regazo de Kurt. Lo que más me dolió escuchar fue que él se alegraba de verla y mucho más cuando ella le preguntó si podría quedarse a dormir en el hotel con él porque no tenía donde ir.
Al igual que Kurt hizo con Tobi, Courtney rompió la regla y le contó todo lo que había pasado con Corgan unas horas antes.
- ¿Sabes? No deberías estar triste. -la interrumpió mientras contaba el lamentable episodio que había vivido- Él es el gilipollas que te está perdiendo. Te lo dije la primera vez que te vi hace cinco meses atrás y te lo repito, eres la chica más guay del mundo.
A mí nunca me dijo nada por el estilo, supongo que nunca fui guay ni una chica del todo interesante para él.
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Bleach - K.C.
Fiksi PenggemarYo intentaba ser normal, pero unos meses después me di cuenta de que él huía de la normalidad.