4; Zander

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Capítulo 4

Nada más haber puesto un pie fuera del autobús, Ander y yo nos dirigimos a la puerta del instituto sin perder más tiempo fuera.

Sigo realmente abochornado por lo que supuestamente pasó en la fiesta. Sí, quizás me vería impresionante sin ropa pero se supone que el espectáculo es privado, ¡y que yo jamás muevo el culo! Excepto cuando suena Britney Spears mientras limpio mi cuarto. Ahí sí lo doy todo.

En cuanto más nos acercamos al edificio, más frunzo el ceño. ¿Así lo dejé hace tres meses?

Nunca fui alguien con un fuerte sentido arquitectónico, pero la construcción de nuestro instituto me parecía fea que te cagas. ¡Era tétrica! No me podía ni imaginar acercándome a ella en plena noche para hacer botellón como otros de mis amigos. Saldría disparado gritando el nombre de mi dulce abuela.

Imagínate entrando solo. Directamente iría junto a mi abuela.

"Ahora que lo pienso...". -¿Ander? -llamo a mi mejor amigo.

-Dígame usted.

-¿Esto siempre ha estado así de vacío? ¿Dónde están todos? -me extraño. Tan solo hay unos cuantos contados mirando sus taquillas, hablando entre ellos o mirando sus extraños libros, pues casi todos parecen los típicos empollones. Tuerzo la comisura de mi boca al verlos: Podría partirles por la mitad con dos dedos de lo enclenques que son.

-Ahora que lo dices... -duda él antes de observar a su alrededor para después encogerse de hombros y soltar una pedorreta de entre los labios.

Extiendo mi brazo para poder ver el reloj que tengo debajo de mi sudadera y consulto la hora: Las ocho y diez. Faltan cinco minutos para que toque el timbre, se supone que la gente ya debería estar toda ahí.

-Esto es raro de cojones... -le susurro a Ander mirando a mi alrededor. Me doy cuenta de que los empollones también se han dado cuenta de la hora que es y comienzan a ir a sus respectivas aulas dejándonos a mi amigo y a mí solos.

Uno de los fluorescentes parpadea encima de nuestras cabezas y yo doy un respingo. -Joder...

-¿Qué tío? ¿Te sigue dando miedo la oscuridad? -Ander eleva una ceja y yo trago grueso.

La oscuridad me devuelve a tiempos que no merecía.

-No me da miedo -miento, a medias quizás -. Oye vayamos ya a clase o salgamos, no sé que hacemos aquí si no hay nadie.

-Qué va tío. Fijo que los que no vinieron ayer vienen hoy y se están abrazando y toda la movida. Tranquilízate, seguro que...

El fluorescente vuelve a parpadear haciendo que Ander se calle de repente. El tiempo que está apagado es mucho más largo del que está encendido -. Joder, yaya, protégeme, prometo ir a misa. -Suplico susurrando mientras miro al techo. Si esa maldita cosa se cae, no me vuelven a ver.

-Este instituto se cae a peda... -Enmudece de repente mirando fijamente algo detrás de mí.

Ya está, me perdieron.

-Ander por el amor de Dios, si estás intentando meterme miedo, no lo vas a conseguir. -digo soltando una risa nerviosa.

Él sigue sin decir nada, y yo empiezo a sentir como se me cae el alma.

-Ander tío, que no me vas a dar mie...

-Esa tía sí que estaba de miedo. -balbucea cortándome.

Yo pensando en un plan de huida del espíritu maligno y él viéndole el culo a una tipa. Como siempre.

Aún así, arrugo el entrecejo. -¿Qué tía? -pregunto.

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