Solo quedan los recuerdos

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Recuerdo

-Sarah, ¡más te vale que vengas acá ya!- Gritó Sebas desde el final del pasillo.

-Eso decía mamá cuando tenía once- Grité corriendo a todo dar a los baños de la prepa.

Me escondo agitada en uno de los baños, cierro la puerta y me subo al inodoro para que Sebas no me vea ya que está cabreadísimo porque le he sacado el celular del bolso para leerle las conversaciones de WhatsApp con una tal Laila que lo trae embobado.

Escucho unos pasos apresurados entrar al baño -Sarah, me vale madres que este sea el baño de señoritas, te voy a encontrar y lo vas a lamentar.

Reí por lo bajo, mis piernas temblaban.

Otros pasos entraron al baño -Sebas pero salí de acá- Dijo Tina entre risas.

-Que no, que yo quiero mi celular- Dijo Sebas mientras tiraba la primera puerta de seis baños, yo estaba en el cuarto -Dile algo tú, que a ti si te hace caso.

-A mi no me metan en sus niñadas- Dijo Tina.

Tiró la segunda puerta -Sarah, no tienes escapatoria- Dijo Sebas, parecía un psicópata.

Rápidamente leí los msj, no tuve problema porque sabía su contraseña.

"Laila Linda": Claro, cuando quieras te daré un beso.

"Sebas": ¿Solo eso?

"Laila Linda":  Te doy lo que quieras.

Tremenda zorra.

"Sebas": Vale, nos vemos mañana, ya sabes en vestido.

Tiró la tercera puerta y pegué tremendo brinco. Hasta aquí había llegado mi vida, caminó hasta la cuarta puerta y me hice pequeñita. Los cierres apenas y sostenían las viejas puertas y sabía que la abriría con solo una patada.

-¿Señor Fuller se puede saber que esta haciendo usted en los baños de señoritas?- Escuché la voz de la profesora de historia.

Respiré profundo.

-Me estaba retocando el maquillaje profe, pero ya me iba.

Final de recuerdo

Los días pasaban así, de broma en broma, a veces Tina contra mí, Sebas contra mí, Sebas y Tina contra mí, Tina y yo contra Sebas, Sebas y yo contra Tina... Siempre éramos el trío loco que apenas sonaba el timbre de salida corrían por toda la preparatoria.

Una vez Tina y yo nos enojamos porque las dos estábamos hablando con el mismo chico y no lo sabíamos y cuando nos dimos cuenta fue el ¡BOM! En media cafetería de la prepa nos agarramos del pelo y limpiamos todo el piso con nuestros uniformes, mientras Sebas comía su hamburguesa y gritaba con la boca llena -"Vamos Tina arráncale el pelo", "Vamos Sarah muérdele una teta". 10 días de trabajo comunitario por castigo. Estuvimos enojadas por dos días y después no reíamos a carcajadas viendo los vídeos que nos tomaron durante la pelea.

Los fines de semana íbamos a fiestas, terminábamos borrachísimos y los tres llorábamos en las aceras de las calles y no sabíamos el porqué.

-Chicos saben que los amo con toda mi alma- Decía Tina entre lágrimas.

-Yo también te amo- Decíamos Sebas y yo al mismo tiempo.

Segundos después...

-¿Y si hacemos un trío?- Preguntaba Sebas a carcajadas.

A veces después de clases íbamos a alguna de nuestras casas y veíamos películas de todo tipo, comedia, terror, suspenso, romántico y hasta de Disney. Cuando lo hacíamos en mi casa, mis padres después del trabajo se nos unían con palomitas de maíz y Coca-Cola, tanta felicidad. Tina, Sebas y yo tirados en una colchoneta frente al televisor y mis padres en el sofá riendo de nuestras locuras.

¿Tanta felicidad cuanto duraría? 

Tengo Que SoltarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora