Cruda realidad 1/p

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Despierto con un fuerte dolor de cabeza, miro a hacia un lado y estoy en mi habitación, bajo la mirada y mi mano está entrelazada con otra, miro hacia el otro lado y me topo con el rostro de Sebas, está dormido, la nariz roja y los ojos hinchados.

Caí a la realidad.

Dolor...

Mucho dolor...

Un dolor tan fuerte en el pecho...

Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas, no sé qué hacer, quiero correr, desparecer del mundo, o simplemente quedarme dormida y no despertar más. Solo me quedo ahí, quieta mientras mis lágrimas caen a los lados tragándolos la almohada. Sollozos ahogados salen de mí.

Pasaron algunos minutos hasta que escuche la voz ronca de Sebas -Hola.

Lo miré y el también tenía los ojos llenos de lágrimas -Hola.

Me volví hacia el y nos abrazamos tan fuerte, tratando de volver a unir nuestras piezas en un fallido intento.

La cruda realidad...

Estoy en la ducha, tuve que unir fuerzas y levantarme de mi cama a alistarme para ir al funeral. Recuerdos pasan por mi mente.

-Guarda esas lágrimas para cuando me muera- Dijo Tina secándome las lágrimas. -El no te ama y tienes que aceptarlo y seguir, no te vas a morir por eso nena.

Tenías toda la razón, ese dolor no era nada comparado con este y aquí estoy con mis lágrimas para ti. Me miro en el espejo y mi cara está hecha un desastre, me hago una coleta alta y me pongo un vestido negro de manga larga, holgado hasta las rodillas.

-Ya Sebas está aquí- Gritó mamá desde el otro lado de la puerta.

-Fuerza Sarah- Dije para mi misma, respiré hondo y salí de mi habitación. Llegué a la sala y ahí se encontraba Sebas, con un traje casual negro.

-Te ves terrible- Dijo dándome una mirada triste.

-Sin esos ojos hinchados y esa mirada triste, me casaría contigo- Dije dándole una sonrisa.

Nos dirigimos al coche de papá, el conducía, mamá de copiloto, Sebas y yo en la parte trasera. No dijimos una palabra en todo el camino. Llegamos a la capilla del cementerio, había mucha gente, nos bajamos del coche y mamá nos tomo del brazo -Mírenme- nos dijo a Sebas y a mí -Tienen que ser fuertes, saben que aquí nos tienen, no están solos- Nos dio un fuerte abrazo y papá se unió. Nos secamos unas pequeñas lágrimas rebeldes y entramos.

Hubo silencio total, todos fijaron la vista en Sebas y en mí abriendo espacio para que pasáramos. Allá en el fondo vi una madre sentada al lado de un ataúd de madera café, tras ella un padre de pie que la tomaba del hombro.

Mi corazón se contrajo, ella nos miró, se levantó y con los brazos abiertos nos recibió. -Mis niños- Dijo con voz tranquila.

¿Cómo hace para ser tan fuerte?

-Mamá Andrea- Dije con la voz cortada.

-Mis niños- Escuchamos otra voz gruesa a nuestro lado.

-Papá Ema- Lo abracé y Sebas me siguió.

Así que los abracé miré al ataúd y lentamente me acerqué con Sebas, estaba cerrado.

-Quiero verla- Dije mirando a todos.

-Sarah no- Dijo mamá.

-Quiero verla- Dije.

-Déjala- Dijo Doña Andrea deteniendo a mi mamá. -Conozco su dolor, déjala.

Ya con el permiso de su madre abrí la ventanilla del ataúd y ahí estaba ella, tenía su rostro golpeado, muy golpeando, en la boca y nariz tenía algodón.

-Mi Tina- Me desmorone -Mi Tina, aquí estamos mi Tina- Lloré sobre su ataúd tan fuerte que por toda la capilla hacia eco.

Sebas no soportó más y me abrazo por detrás -¿Por qué Tina por qué?- Dijo fuerte entre sollozos. Pasamos ahí como media hora, nadie nos pudo despegar de su ataúd.

Mi cabeza estaba de lado recostada en el ataúd viendo a Tina sobre el vidrio, con la mano acaricié el vidrio -Took an oath that I'm a stick it out 'till The end. (Hice un juramento que soy un palo hasta el final)- Canté despacio -Now that is't raning more that ever. (Ahora que está lloviendo más que nunca) -Know that we still have each other. (Sabemos que todavía nos tenemos el uno al otro) -You can stand under my umbrella (Puedes pararte debajo de mi paraguas). 

Tengo Que SoltarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora