Jueves, día nublado, por ratos caía una llovizna que apenas y mojaba las aceras, bancas y calles de la preparatoria. Estaba en clases de biología mirando por la ventana, en cualquier momento sonaría el timbre de salida. Miro a mi lado y Tina está sumergida en su dibujo, lo miro y es una rosa roja, sus pétalos cayendo lentamente al suelo, es hermosa pero transmite tristeza. Miro al frente y está Sebas con sus audífonos a todo dar mirando a la nada. Se supone que deberíamos de estar haciendo una práctica de Cruces de Mendel, por mi parte, he hecho la mitad de la práctica y sé que Sebas ha de haber terminado y Tina, pues es Tina, sé que después nos la pediría porque ni siquiera a abierto el libro de biología.
Suena el timbre y como siempre recogimos nuestras cosas y salimos corriendo a lo que nuestras piernas daban. Teníamos un trato de que el primero que llegara todas las tardes a la salida se ganaría un helado, invitación de los otros dos perdedores. Pues sí, la mayoría de veces Sebas ganaba, por ello, esta vez Tina y yo nos pusimos de acuerdo para empujarlo para que cayera al suelo y nosotras coger ventaja. Una vez le amarramos el bolso a la silla mientras él escuchaba música y cuando sonó el timbre nosotras corrimos y él duró lo que nosotras duramos en llegar a la salida soltando el nudo. Después de eso, no hay día en el que no nos caigamos al suelo todos tratando de ganar, pero hoy Sebas tenía todo listo para salir primero y nos ganó burlándose de nosotras.
...
-¿Tarde de pelis hoy?- Pregunté mientras caminábamos hacia el parqueo.
-Sí.- Dijo Sebas.
-Vale, pero los acompaño un rato porque hoy mi padre llegará de su viaje.- Contestó Tina, ella vivía con sus padres, Doña Andrea es una ama de casa y Don Ema es un empresario que la mayoría del tiempo pasa en viajes de negocios. Los tres somos hijos únicos, nuestros padres son amigos desde hace algunos años, siempre solemos celebrar nuestros cumpleaños todos juntos, somos como una gran familia.
Sebas vive a unas cuadras de mi casa así que siempre viajó con el ya que tiene coche y yo no. Tina vive un poco más lejos, a unos 20 minutos en coche de mi casa, ella también tiene coche.
Como siempre conectaba el celular a los parlantes del coche y en el camino escuchábamos música de Shawn Méndez, nuestra canción favorita era Stitches, siempre la cantábamos a todo pulmón. Pasamos a un supermercado y comparamos chucherías para picar y un helado grande para los tres, obviamente Tina y yo no nos quedaríamos con las ganas de comer. Llegamos a casa y escuchamos música un rato más en mi recámara. Teníamos una canción que era la del trío "Umbrella-Rihanna" la escuchábamos y la cantábamos siempre que alguno de los tres estuviera pasando por un mal rato, por algún enfado o simplemente por gusto.
Le baje el volumen a la música -Vale, dejemos las cursilerías y pongámonos serios- Dije -¿Que peli vamos a ver?
-¿Enredados?- Opinó Sebas.
-Flor que da fulgor, con tu brillo fiel- Cantó Tina. Me encantaba su voz, siempre subíamos vídeos a nuestras redes cantando juntas, ya que las dos íbamos a clases de canto privadas habíamos mejorado mucho. Aún recuerdo como hacía un año atrás habíamos cantado juntas "Umbrella-Rihanna" mientras Sebas tocaba la guitarra, en un proyecto de música frente a toda la preparatoria, fue genial, recibimos aplausos de parte de todo el mundo.
-Enredados será- Dije y nos encaminamos a la sala de televisión.
Al ser las 7:00 de la noche, ya habíamos visto la película, ahora veíamos otra de acción.
-Bueno chicos yo me voy- Dijo Tina levantándose de la colchoneta -Nos vemos mañana, no follen porque los papis de Sarah en cualquier momento llegarán.
Sebas la cogió de un pie y la hizo caer de nuevo -Podemos echarnos un rapidín- Opinó riendo.
Le di un golpe en el estómago -Ya te dije que virgen hasta el matrimonio- Le grité.
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Tengo Que Soltarte
Teen FictionUn 17 de septiembre, mi vida cambió. Un 17 de septiembre, perdí una de las personas más apreciadas de mi vida. Un 17 de septiembre, me seguiría de por vida. Un 17 de septiembre...