Un 17 de septiembre, mi vida cambió.
Un 17 de septiembre, perdí una de las personas más apreciadas de mi vida.
Un 17 de septiembre, me seguiría de por vida.
Un 17 de septiembre...
Ha pasado una semana desde el funeral de Tina, no me he levantado de mi cama, hace dos días no me baño, nadie tiene permiso de entrar a mi habitación, mi madre deja comida en la puerta, sin embargo como al menos una vez al día, ella todos los días llama a mi puerta muy angustiada, toca, me habla, me cuenta un poco de su día hasta terminar llorando diciéndome "no quiero perderte, levántate de ahí por favor" pero de mi no a recibido respuesta aún.
Por mi parte, siento que la cama y yo somos uno, los ojos me pesan y si intento levantarme mis piernas tiemblan, casi no duermo, solamente estoy sumida en mi tristeza, cada que puedo dormir tengo pesadillas, en algunas vivo el accidente con Tina donde yo voy de copiloto junto a ella, en otras he soñado que Sebas también muere en un aparatoso accidente y por si fuera poco también he visto en sueños a Tina horrorosamente ensangrentada pidiéndome ayuda. Mi celular desde el funeral se apagó por estar descargado y no lo he encendido, no quiero saber de nadie no, quiero nada...
Por otra parte, Sebas viene todos los días y se sienta tras la puerta, a veces me cuenta algún chiste, a veces llora, a veces solo calla pero no ha faltado ningún día que no haya venido. El volvió a la prepa tres días después, aún así se que está sufriendo muchísimo.
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