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Algo que me he dado cuenta al estar con Frisk es que se tiene que disculpar por todo

Es más hasta una vez lo hizo con un maniquí cuando lo chocó por accidente. Por desgracia no pude capturar el momento pero fue memorable.

Los primeros tiempos me pareció algo sin importancia, pero pasa el tiempo y me da cierta angustia ¿No es normal verdad?

Aunque ya le pregunté por eso, ella dice que no lo sabe, o de donde tomó ese extraño hábito.

Son cosas de Frisk que, aunque no entienda, no me hace quererla menos.

Por más de que llevamos poco más de 3 meses ella pudo avanzar muy lentamente, cosa que me lo esperaba.

*

Estamos en pleno invierno y ella se ha ausentado unos días en el instituto, cuando mi hermano me lo preguntó le dije que se había enfermado de gravedad.

-¡Esto es terrible hermano! El gran Papyrus no puede permitir tal cosa – estábamos en casa un sábado en la mañana –Le llevarás esto de inmediato, sabes que los fines de semana ella está sola –

Cierto olvide ese detalle, aunque mayormente ella vive por su cuenta, Chara tiene asuntos de su colegio y llega muchas vece tarde, o inclusive voy a buscarla, por más de que Frisk no le gusta. No puedo ser un mal cuñado y dejarla a su suerte.

Por más de que sé que siempre está con un cuchillo, me da algo de escalofrío solo pensarlo.

-Eres un hermanito muy atento Paps ¿Puedes quedarte solo hoy y mañana?- sé que él entendería la indirecta.

-Nyejejeje por supuesto ¡El gran Papyrus puede con esto! Además, padre estará a la noche para descansar – Eso me tranquiliza un poco, que el viejo venga en casa y que mi hermanito no este solo.

-Nos vemos luego Paps-

Obviamente tomé ropa de cambio y tomé el auto, mi padre tiene otro que es de su trabajo. Me pregunto su algún día conocerá a Frisk.

-Realmente hace frío-

Tome el camino que siempre uso al irme a la casa de mi pequeña, pensando que quizás pueda sentirse sola, pero como es orgullosa no me escribió siquiera para ver si quería estar con ella.

Pero sabe que no hace falta eso, igual iré por más de que no me lo pida.

Poco a poco desarrollamos una extraña y graciosa química, muchas veces completamos las frases del otro u adivinamos lo que piensa sin decirlo en voz alta.

Simplemente la adoro.

Estacione en el patio de su casa, ya que tengo permiso. Tomé mis cosas y abrí la puerta con la llave que me dio Chara, es extraño que fuera ella quien me lo diera pero en cierta forma entendí el porqué.

-¿Amor? Hola, traje un poco de sopa de verduras – Llame por teléfono apenas entré para que no se asuste por si piensa que fue algún ladrón.

-¿Sans? Estoy en mi cuarto – estornudo unos cuantas veces – Trae la bolsa de hielo que tengo en el congelador por favor.

-Claro amor-

Corté e hice lo que me pidió, saqué algunas medicinas que traje conmigo y junto a un vaso de agua fui arriba.

La vi acostada con las mejillas levemente enrojecidas producto de la fiebre. Me senté en su cama y ahí se percató de mi presencia.

-¿Amor? Perdón por no escribirte, me dolía la vista mirar el móvil – se disculpó, cosa que me causo ternura. –Gracias por venir –

Ansiedad Social (Humantale Frans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora