Capítulo 1:

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En la  mañana del sábado, Emma está tumbada en el sofá de su casa, observando las extrañas maneras de moverse al hablar de la novia de su hermano. Pareciera que contará una aventura fuera de lo normal, pero solo se trata de gastados chismes del pequeño pueblo en el que viven, en el municipio de Zimapán en Hidalgo, México.
Emma, al igual que su madre la mira atentamente sin prestar atención a sus palabras ya que sus pensamientos están siendo ocupados por otra cosa más importante.  Ya había pasado una semana en el qué le dieron de baja del trabajo en el que estaba hace más de dos años. No podría ser la gran cosa pero fue su primer trabajo en el que las personas que llegaban por un café, a esas horas de la mañana, nisiquiera la miraban a la cara para darle las gracias, lo que era algo bueno ya que significaba menos palabras más que un frío "buen día".
Ella, con sus veinticinco años de edad, nunca fue una chica amante de la vida social,  su carácter fuerte y esa manía de decir todo en cuanto piensa, la hacia menos comprensible para los otros, sin embargo no era algo que le preocupara.

—Emma, se irá a la Cuidad de México.

Las palabras de su madre la hacen volver en sí comprobando las miradas de los presentes sobre ella.

—Am, si—habla casi como un murmuro, aún no acostumbrada  a la idea  que había decidido con tanta firmeza hace dos días.

— pero no tienes a nadie allí— salta la joven novia de su hermano.

—tengo suficiente dinero para irme y mantenerme—le regala una amarga sonrisa a la cara demasiada maquillada...

Al día siguiente, en la terminal de ómnibus Emma, tuvo el agrado de ser despedida por su madre y su hermano, no había ninguna amiga que le pudiera desear suerte.
El viaje pasó sin inconvenientes, sentada en uno de los últimos asientos al lado de una mujer anciana que se dedicó a dormir en todo el trayecto hasta la flamante “Ciudad de México”.

Cuando la jóven baja del colectivo, es recibida por el potente sol brillando en lo alto y una vocecita insistente que de repente se convierte en un grito,

— ¡hey, Emma!—una joven de su edad, cabello negro, morena y una espléndida sonrisa se acerca a ella,
— hola—recupera el aire que perdió en sus intentos de llamar a Emma.

—¿Ca... mila?

—claro—la recién llegada, le da una palmada en la espalda como si la conociera de toda la vida pero la verdad es que Camila y Emma solo se comunicaron por las redes sociales por la habitación que alquila Camila y, está había decido llevar a Emma personalmente a su nuevo “hogar”

— Bienvenida— Camila le guiña un ojo arrebatandole una de sus maletas, — vamos, tengo un auto— ladea su cabeza en dirección al Mustang  usado de color azul.

— gracias–alcanza decir Emma, pero Camila toma la delantera para llegar al auto.

En todo el camino por las calles de la Cuidad de México, Camila no fue capaz de borrar su sonrisa  mientras que Emma se dedicaba a observar todo en tanto podía. Para ser un domingo, las calles son habitadas por jóvenes, familias, niños corriendo a los innumerables puestos de comida.

— tranquila, tendrás tiempo para ver todo—comenta Camila al parar frente al semáforo en rojo.

—Si, solo necesito un trabajo antes que nada.

—veremos que hay — le devuelve otra de sus sonrisas poniéndose en marcha.

Cuando llegan a la casa, Camila estacionada frente a la misma.

— Mi humilde hogar— comenta.

La casa está  ubicada alejada del centro, tiene un pequeño  camino de piedras que desemboca en la puerta de la casa, la misma posee dos plantas.

Olvidados✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora