c u a t r o

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Beomgyu no sabía qué hacer ahora mismo, tener a Choi Yeonjun prácticamente en su casa, era cosa de otro mundo, su madre se veía muy feliz de tenerlo allí para conversar un buen rato, por supuesto Beomgyu sabía que lo hacía seguramente para caerle perfectamente a su madre y que aceptara con una grata sonrisa sus tatuajes, además lo peor de todo era que ahora tenía que prácticamente compartir su habitación por una noche con Yeonjun, ¿por qué? Pues se había hecho tarde y Yeonjun no podía regresar a casa tan tarde.

- Ponte la playera, ¿quieres?- Beomgyu se sentía avergonzado, Yeonjun tenía un cuerpo mejor trabajado que el suyo, y le tenía un poco de envidia, él y a duras penas había conservado su abdomen plano, pero sin músculos, y Yeonjun gozaba de una musculatura que definitivamente era envidiable.

- ¿Por qué debería? No debe darte vergüenza, cariño- Yeonjun se miró los brazos, podían destacar algunos de sus tatuajes, principalmente aquellas espinas de rosas que recorrían por sus hombros además de las pequeñas rosas que había en ellas, luego estaban algunas calaveras además de un dragón que recorría gran parte de su brazo derecho-, acostúmbrate, algún día me tendrás que ver desnudo.

- ¿¡Por qué demonios piensas que me gustaría ver aquello!?- Beomgyu se sentía sumamente avergonzado.

- Para que puedas presumirlo, no todos tienen el privilegio de mirarme.

Las mejillas de Beomgyu seguían rojas y tan calientes como si hubiera una temperatura alta, suspiró, solo sería una noche, no soportaría más a ese chico, bueno, a excepción de mañana y el resto de los días antes de la cena de navidad.

- ¿Por qué has decidido venir?- preguntó Beomgyu mientras se colocaba dentro de la cama y se cubría con las sábanas-. Pareciera que no te quieren en tu hogar.

- Diste en el blanco- mencionó Yeonjun.

Beomgyu pudo notar el tono decaído que Yeonjun había soltado al decir aquello, ¿acaso lo habían echado de su casa y vino a la suya solo para refugiarse?

- ¿Te han echado?

- Solo digamos que mi padre no quiere verme la cara en estos momentos- soltó un resoplido-, pero olvidemos eso, ahora- sonrió hacia Beomgyu-, ven aquí.

Antes de que Beomgyu pudiera poner alguna clase de protesta, Yeonjun lo tomó por la cintura y lo acercó hacia él para abrazarlo, pasó su nariz por el cuello blanquecino hasta llegar a los cabellos de Beomgyu y suspirar.

- Nunca pensé que tu aroma me gustaría, ¿qué jabón es el que usas? Hueles delicioso, podría quedarme así contigo todo el día.

- ¿Por qué no quieres hablar sobre lo que ha pasado?

Yeonjun escondía muchos secretos, pero en especial los de su familia, su padre no hacía más que pasarse la mayoría del tiempo tomando cualquier bebida alcohólica , a su madre no le interesaba, ella se iba a trabajar dejándolo solo, prácticamente su padre se la pasaba en la mayoría de los bares lejos de la ciudad, y Yeonjun se quedaba solo todo el tiempo, pero se había acostumbrado a esa soledad de por medio, se quedaba en casa, aprendió a cocinar y a mantenerse a sí mismo, consiguió un buen trabajo en una tienda de tatuajes y allí seguía.

 Cuando había regresado a su casa, grande había sido su sorpresa, sus padres se estaban peleando y a pesar de que quería saltar en la defensa de su madre, lo único que había recibido a cambio fueron reprimendas y ambos de sus padres le habían terminando diciendo que no querían ver su espantosa cara por ningún lado por un buen tiempo.

Así que lo mejor había sido ir con Beomgyu, sabía que por lo menos él no sería capaz de echarlo de manera tan brusca, al día siguiente vería qué podía hacer para no aparecerse por su casa con esas odiosas personas a las que ni siquiera puede considerar como su familia.

- Eres afortunado- mencionó Yeonjun en voz baja-, al menos a ti te quieren cerca y en casa te espera tu madre con una sonrisa, en cambio a mí -suspiró- solo quisiera que por lo menos alguien me reciba al llegar a casa.

Beomgyu sintió cómo Yeonjun comenzaba a darle suaves caricias a su cabello, lentas caricias que le hacían sentirse extraño, que Yeonjun prácticamente le confesase aquello que seguramente tenía bien guardado, lo hizo sentirse sumamente extrañado.

- Puedo ser yo esa persona si quieres, Yeonjun- el mencionado dejó de acariciar el cabello del blanquecino y Beomgyu miró a Yeonjun, pues no estaba apartando su mirada de él, y eso hacía que se sintiera un poco incómodo al respecto-, p-perdona s-s-si no quieres y-yo...

Yeonjun no lo dejó terminar, lo atrajo hacia él para unir sus labios con los de Beomgyu, en un principio Beomgyu abrió los ojos como platos, no entendía el por qué de aquel tan repentino beso, y no sabía si acaso tenía que corresponderle cuando sintió que Yeonjun movía sus labios levemente, parecía ser alguna clase de señal, y simplemente Beomgyu se sentía paralizado, aún así y de forma torpe comenzó a proseguir con el beso que prácticamente Yeonjun estaba dominando, y por fin tras la necesidad de aire se separaron.

Beomgyu sentía su rostro arder en demasía, y Yeonjun relamió sus labios para luego brindarle una radiante sonrisa a Beomgyu.

- ¿Por q-qué lo hiciste?- preguntó Beomgyu no pudiendo seguir manteniendo su mirada con la de Yeonjun.

- No tiene que haber una razón para besarte, ¿o sí? - le dio un beso-  A decir verdad me ha gustado - otro beso-, tus labios son -de nueva cuenta lo besó- , dulces y suaves.

- ¡Ya!- se quejó Beomgyu en voz baja para evitar que su madre los escuchara-. Deja de hacerlo.

- No veo que me detengas, Choi -otro beso-, puedo acostumbrarme.

- Se supone que no te gustan ni los chicos ni las chicas...

- ¿Y? Que no me haya definido en un principio, no significa que no pueda hacerlo ahora -de nuevo le robó otro beso-, ¿y si salimos?

- No...

- Entonces te convenceré para que lo hagamos -volvió a juntar sus labios con los de Beomgyu quien a pesar de que quería apartar a Yeonjun para que dejase de besarle, una parte de él, muy en el fondo, no quería que dejase de besarlo.

𝒞𝒽𝓇𝒾𝓈𝓉𝓂𝒶𝓈 𝐵𝑜𝓎𝒻𝓇𝒾𝑒𝓃𝒹 💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora