Beomgyu sentía que sus manos estaban casi a punto de congelarse por completo, pero tenía que aguantar solo un poco más, colocar el alumbrado de la parte de afuera de la casa, era divertido, pero le quitaba lo divertido el intenso frío que se había presentado, su madre había dado indicaciones, mientras ella se iba a comprar las últimas cosas faltantes para la cena de navidad, él se quedaría en casa a terminar con el adorno, y por supuesto Yeonjun estaba con él.
- ¿Seguro que no quieres tus guantes?- preguntó Yeonjun mientras miraba cómo prácticamente las manos de Beomgyu temblaban.
- ¡No! Tengo que colocar los últimos detalles y luego me pondré los guantes.
Para Beomgyu utilizar guantes mientras hacía algún trabajo, era muy incómodo, pues sentía que no podía ni siquiera poner una aguja en sus dedos, así que lo mejor era, aguantar el frío como todo un hombre y seguir con su trabajo.
Yeonjun rodó los ojos, Beomgyu es terco como una mula, pero debía admitir que sigue siendo igual de lindo, aún así Yeonjun siempre ha odiado a personas como esas, pero Beomgyu podía ser menos terco, miró la escalera que se encuentra justo sobre la pared para poder subir, caminó hacia ella y se aseguró de que estuviera lo suficientemente firme como para poder subirse , y entonces comenzó a subir.
Por supuesto Beomgyu ni siquiera se había percatado de que Yeonjun ya estaba a la mitad del camino hacia arriba, y entonces terminó de colocar las últimas luces, su madre siempre ha sido una exagerada en cuestión de adornar, le gustaba ver casi cada rincón de la casa adornado, y podía comprenderlo, todo se podía ver más colorido y más animado, pero eso no cambiaría el hecho de que sintiera que es demasiado para el espacio de la casa, seguramente para su madre sería más que fabuloso tener varios árboles de navidad para poderlos adornar, pero por supuesto, para Beomgyu era totalmente diferente.
- Será mejor que te los pongas antes de que tus dedos se caigan- Beomgyu dio un pequeño salto al escuchar aquello.
- ¡Mierda!- Beomgyu sentía su corazón latir a mil por minuto- No hagas eso, me has asustado- Yeonjun rodó los ojos al escuchar eso-, y no era necesario que subieras, ya iba a bajar.
- Eso dijiste hace diez minutos, y llevas aquí arriba más tiempo, ¿qué piensas?¿Que soy idiota como para creerte? Solo póntelos, no quiero que sufras quemaduras por frío.
Beomgyu soltó un largo suspiro, y miró los guantes azules que Yeonjun traía en sus manos, de inmediato se los arrebató, y se los colocó mientras no apartaba la mirada de Yeonjun.
- ¿Feliz?
-¡Sí!
- Ahora baja con cuidado, y espero hayas dejado algo sosteniendo la escalera.
- ¿Por qué lo dices? No es como si fuera a caerse.
- Lo digo porque el perro del vecino no le gustan las escaleras, y usualmente se la pasa arrastrándolas hasta tirarlas así que...
Y entonces un golpe sordo fue lo que se escuchó, y esta vez tanto Yeonjun como Beomgyu abrieron sus ojos con demasía al escuchar aquello, de inmediato miraron hacia abajo, encontrándose con un esponjoso perro de tamaño mediano, un pastor alemán de color total mente negro mirándolos mientras movía su cola y soltaba dos ladridos.
- ¡Elías, no me jodas!- exclamo Beomgyu hacia el perro quien de inmediato soltó otros nuevos ladridos.
A Beomgyu le gustaban los perros, pero los prefería cuando eran pequeños, y eso lo había aprendido por una mala experiencia cor el doberman de uno de sus amigos, pues el perro se le había lanzado prácticamente encima solo para saludarlo y darle demasiadas lamidas en el rostro, tardaron casi cinco minutos en quitárselo de encima, y Beomgyu se había sentido sumamente asfixiado.
El de piel nívea soltó un resoplido y frunció el ceño mientras miraba mal a Yeonjun.
- ¡Te dije que pusieras algo!
- ¡Lo hubieras dicho cuando estaba abajo, no es mi culpa!
En eso Yeonjun tenía toda la razón, pero ya no podían hacer nada, de nuevo otro ladrido los hizo dejar de mirarse, ahora el perro se encontraba ladrando hacia la escalera para después gruñirle, amenazante, Beomgyu sabía que Elías le tenía miedo a las escaleras, además de odiarlas a muerte por tirar a su querido dueño.
- Maldición- dijo Beomgyu-. Elías- el perro lo miró mientras sacaba la lengua, jadeando y soltando en vapor por su hocico-, ve con tu dueño y por favor intenta que venga para ayudarnos.
- No creo que sea capaz de hacerlo.
- ¡No me ayudas, Choi!
Por supuesto Elías no fue de mucha ayuda, el perro estuvo un buen rato allí con ellos y después se fue, pues ya era la hora de comer, y para la buena suerte de ambos, las calles prácticamente estaban vacías, a excepción de los carros que pasaban por el asfalto, Yeonjun y Beomgyu se habían resignado a esperar a la madre de este último para que les ayudase a bajar del techo.
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𝒞𝒽𝓇𝒾𝓈𝓉𝓂𝒶𝓈 𝐵𝑜𝓎𝒻𝓇𝒾𝑒𝓃𝒹 💙
RomanceChoi Beomgyu es bisexual, adicto a los libros de terror y de aventuras, siempre llega tarde a clases, con un alto promedio y con problemas muy graves para socializar. Choi Yeonjun se cree asexual, siempre toca la guitarra, le gusta presumir sus tatu...